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Trigésima Primera Crónica del País de Gaigé

13 septiembre, 2022 By amarias Deja un comentario

La semana que terminó el once se septiembre ha sido pródiga en acontecimientos, luctuosos y alegres, tristes o emotivos. Momento, pues, feliz, para los comentaristas de todo pelaje, y especialmente para los llamados periodistas del corazón, más proclives a desmenuzar comportamientos aislados, imágenes sueltas y gestos impostados, que a meterse en las honduras de analizar el porqué de las cosas.

El entramado de fondo para Gaigé sigue siendo preocupante, porque no llueve, la inflación sube más y el desencuentro entre las facciones políticas aumenta. Pero el país continúa disfrutando de fiestas, que se prolongan hasta casi todo septiembre, bajo advocación de vírgenes, santos y tradiciones intocables.

Valga como ejemplo de algunos crueles despropósitos, la fiesta del toro de la Vega (del padre Duero) en Tordesillas, en donde hasta este año, en que fue prohibido con gran protesta popular, incluida la de su regidor -Oliveira (Miguel Angel), se corría hasta matarlo a lanzazos a un pobre animal, generando un escenario irrepetible de color, sangre, empellones y jolgorio campestre, en la que el motivo principal, era, en realidad, irrelevante.

Falleció la reina de Inglaterra, Isabel II, óbito que se produce en unánime loor de reconocimiento a personaje que se coincide en proclamar como histórico y digno de alcanzar (por el momento) lugar de relevancia y respeto en la Historia de la Humanidad. La razón fundamental del prestigio es, para no dar mucha vueltas en busca de motivos, la longevidad de su reinado (duró más de setenta años), alimentado el mito con misterios, secretismos, boatos y ese punto acre de vulgaridad mundana que viene bien para  ensalzar un mito, haciéndolo carnal sin sobrepasarse. La conjura mediática y la discreción  política para mantener alejada la Corona de cuantos asuntos pudieran afectar a la institución de manera directa, hizo el resto.

No tiene este cronista de Gaigé, -el país de los despropósitos, tierra de angustias siempre a la busca de su identidad-, envidia de los ingleses. Sus historiadores, teniendo vetado meterse con la Monarquía propia, se ceban en contarnos cosas de la nuestra, buscando entre los papeles de nuestros archivos, públicos y privados,  material con el que alimentar la Leyenda Negra, desligitimarla o darle un nuevo repaso. En la institución monárquica inglesa se mezclan elementos religiosos (el cabeza visible es heredero de un rijoso monarca que decidió separarse de la Iglesia de Roma para seguir sus inclinaciones sexuales, en las que cabía el asesinato) con una elaborada colección de ritos, puertas selladas y boatos de colorines inculados a su defensa.

En Gaigé, causa revuelo la decisión declarada del Rey de antes, Juan Carlos, de acudir al sepelio de la inglesa, de la que es familia, pues del mismo designio divino proviene su dinastía. Hay quien prefiere (quiero suponer, por puro sentimiento humanitario, que no en lo que nos queda de la Casa Real) mantenerlo en Abu Dahbi hasta su propio funeral. Si así se produce como está previsto, y el estigmatizado Borbón sale con la suya, tendremos ocasión de sufrir la vergüenza de ver a dos Reyes de Gaigé hacer como que no cruzan sus miradas, en la creencia de que así se defiende a Monarquía hispana, ya tocada del ala, porque nos falta un Churchill (Wiston) que defienda que se puede ser independentista y republicano, viendo en la Monarquía la solución transitoria inmejorable.

El sucesor de Isabel,  Carlos III, accede al trono a una edad avanzada (somos coetáneos), y con un curriculum tal vez apasionado (inolvidable su referencia al tampax de Doña Camila, hoy reina consorte) pero nada apasionante. En cuanto al resto de la familia real, no solo no tiene la nuestra nada que envidiar, sino que ésta se ha movido por las telarañas de la popularidad forzada con mucho más tiento, aunque no ha sido tratada con la misma benignidad.

Deplorable ha sido el encuentro entre Sánchez (Pedro) y Núñez Feijóo (Alberto) en el Senado, en donde compareció el primero para regodearse con sus propios éxitos y llamar mentiroso, inútil, mal preparado y antipatriota al segundo (con éstas u otras palabras, que escribo de oídas).

Frente al tiempo libre de la intervención del Presidente de Gaigé, tuvo el candidato in pectore solo quince minutos, por los que navegó con más voluntad que aciertos. No tuvo culpa, sin embargo, porque el martirio vino con el formato: cuatro a uno si se miden tiempos y, a pesar de que el Popular tiene mayoría en el Congresillo de las autonomías, el hemiciclo del Senado comparte frialdad con el cementerio de Bonn (pongo por caso). Y si a quien toca defender su gestión viene como mozo del martillo de las propuestas del contrario, hay que darle el premio de haber causado la mayor conmoción al pueblo llano.

Van a aprobar un impuesto extra a las eléctricas y a las entidades financieras, a la busca y captura de esos “beneficios caídos del cielo”, que han puesto de manifiesto algunos vicios de la economía del libre mercado. Puerta abierta a la imaginación de los ministros más filocomunistas del Gobierno de Gaigé,  capitaneados por el descaro indocumentado de la ministra Díaz (Yolanda) y el seguidismo de Garzón (Alberto) que han abogado por poner tope a los precios de los productos en los supermercados.

Si así seguimos y les dejan actuar a sus anchas, tendríamos en Gaigé mercadillos como los que se disfrutan en la Habana y otros pueblos del país caribeño, en la que cada cuanto sacan hortalizas y pollo a precios mínimos, para que los secuestrados cubanos no se mueran de hambre si solo tuvieran que comprar con lo que ganan de oficio, en los supermercados donde los bienes de consumo se cotizan en dólares.

Saca pecho la ministra Ribera (Teresa), exponiendo que en Europa (léase Alemania) se nos hace caso en la defensa del modelo ibérico para calcular los precios de la energía. Se la ve, desde luego, ágil entre sus colegas, con el desparpajo de quien repite curso. Como el del gas sigue subiendo, y si bien es cierto que no escasea la energía, está cada vez más claro que no todos pagar la calefacción, y que las medidas de ahorro serán insuficientes a poco que el frío apriete, como ya lo hizo el calor con el presupuesto con que llegar a fin de mes sin tener que pedir prestado al dueño del dinero.

Una buena noticia: Alcaraz (Carlos) es tenista número uno del ránking mundial. Gaigé se puso muy contenta, porque necesita ídolos en los que proyectarse. Cuando se apagan las luces, vuelve a ser el país de los Despropósitos.

La mala noticia, entre otras, es que falleció Marías (Javier), y echaremos de menos sus escritos lúcidos con la dosis de mala uva inteligente que tanta falta nos hace. Como escritor de libros, no disfruto igual, aunque el problema es mío.

Sobre las leyes que regularán la libertad para cambiar de género con solo una declaración de voluntad ante el Registro, declararse transgénero por intuición, abortar con dieciséis años a cargo de la Seguridad Social o la condena sistemática por fascista a quien ponga en sospecha si todo ese edificio de identidades sexuales tiene más fundamento que la búsqueda de votos y generar desorden social, convendría que alguien escribiera con criterio y sin pasión doctrinal. No existen en Gaigé quienes asuman ese reto, me temo.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Alberto Garzón, Camila, Carlos III de Inglaterra, Gaigé, Isabel II, Núñez Feijóo, Pedro Sánchez, Teresa Ribera

Putin está a punto de ganar su batalla para hacerse con Ucrania

4 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

El criminal de guerra Vladimir Putin está a punto de ganar su batalla con Ucrania. Pero está perdiendo todas su guerra contra la libertad y provocando un aislamiento económico y politico de su feudo que se traducirá en el mayoritario desprecio internacional hacia su persona (que acabará, y no se lo remediará nada ni nadie, siendo juzgado por sus crímenes en la Corte Penal Internacional enjuiciado por genocidio, e infracción múltiple de principios del derecho internacional), y en el deterioro que sera difícil de recuperar en la imagen del pueblo ruso, empañada por el apoyo de los plutarcas rusos y de su gobierno y el silencio cómplice de gran parte del pueblo ruso.

La sensación de estar reviviendo, en aspectos sustanciales, la época nazi que provocó la segnda guerra mundial es imborrable. Otros personajes, otro pueblo perseguido, un parecido mirar hacia otro lado de la población de la Rusia ocupada por el dictador de la KGB, no queriendo conocer la realidad que se esconde en la invasión a la libertad de otro pueblo eslavo,

Ha habido vencedores, y no precisamente pírricos, sino muy consistentes, El presidente Volodomir Zelenski, desde luego, es un vencedor moral en esta falsa disputa provocada por el criminal invasor. Ojalá que su vida salga indemne de tanto ataque lleno de odio e incomprensión hacia lo que representa: la libertad de Ucrania, la defensa del deseo legítimo de de un pueblo de decidir su destino. Ha vencido Josep Borrel, el alto Comisionado Europeo, quien desde un principio del ataque del ruso a Ucrania (y antes de él, con clarividencia que le honra) ha detectado el riesgo que significaba Putin, su obsesión armamentística, y la debilidad de la Unión Europea por carecer de una Fuerza de Defensa propia y depender exclusivamente de la protección que Estados Unidos pueda ofrecerle, a través de ese mecanismo heterogéneo y ya decadente que significa la OTAN.

Ha ganado puntos Joe Biden, aunque sus primeras comunicaciones resultarn ininteligibles y parecieron débiles para atajar a tiempo la determinación genocida del dictador ruso, aunque hay que entender ahora que una parte sustancia de la población norteamericana se mantiene intoxicada por su orate local, el expresidente Donal Trump y, desde luego, la convicción de que Europa no estaba haciendo lo que debía por protegerse, con su insuficiente colaboración a la dotación del presupuesto de la OTAN. También cuenta en su descargo que una decisión de involucrar en mayor medida a la Alianza, enviando a militares norteamericanos a la posibilidad de morir en una nueva guerra sentida como ajena.

Hoy, 4 de marzo, nos hemos enterado de que la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa,  ha pasado a ser ocupada por los invasores y las tropas rusas se han hecho cargo de la gestión de la central, después de un ataque que provocó un gran incendio en las inmediaciones que, en este momento, parece controlado. El espectro de Chernobil ha vuelto a aparecer, pues se desconoce la capacidad de control de una instalación de alta tecnología y subsigiente riesgo de desastre en caso de caso de mal funcionamiento. Tanto Biden como Boris Johnson (el primer ministro del Reino Unido) han identificado el ataque a la central como una amenza direcra a la seguridad de toda Europa.

A nivel muy local, es decir, nuestro pequeña tierra de Taifas, se ha perfeccionado hasta límites de sonrojo, la discrepancia en el Ejecutivo español sobre cómo actuar contra el sátrapa ruso. A discrepancia de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se ha expresado en apoyo de la decisión de Gobierno de apoyar con armamento a los defensores ucranios, la ministra Ione Belarra, la ministra María Jesús Montero, el ministro Alberto Garzón y otros portavoces de los partidos de la izquierda desorientada y falsaria, proclaman su apoyo sentimental a la Ucrania invadida, pero discrepan profundamente de cualquier apyo que no sea la negociación para “parar la guerra”.

Quieren ignorar estos personajes ahítos de buenismo que las condiciones de Putin para detener la guerra son que Ucrania reconozca que ha perdido la guerra, se deponga el gobierno legítimo, disuelva su Ejército y renuncie a entrar en la Unión Europea y, por supuesto, en la órbita de la OTAN. Es decir, que pierdan la libertad, los derechos humanos más libertades, sucumba el derecho internacional. Da vergüenza que tengamos a estas gentes de ministros y portavoces de partidos que se dicen activos militantes por la mejora del nivel de vida de los españoles.

Publicado en: Actualidad, Rusia, Sociedad, Ucrania Etiquetado como: Alberto Garzón, central nuclear, Donal Trump. Boris Johnson, Ione Belarra, Joe Biden, Josep Borrel, María Jesús Montero, OTAN, Ucrania, Unión europea, Vladimir Putin, Volodomir Zelenski, Yolanda Díaz, Zaporiyia

Vacas, testosterona y hembras alfa

5 enero, 2022 By amarias 4 comentarios

El aún ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuyo objetivo principal (y, en mi opinión, único) debería ser apoyar la producción responsable y el consumo sostenible, la ha tomado con la cabaña bovina. Sin embargo, este personaje de la farándula ministerial, combina sus largos silencios con salidas de pie de banco, alimentando turbias sospechas sobre el empleo de su tiempo desde la poltrona ministerial.

Hace ya un semestre (julio de 2021) explicó a los parvos de este país que las flatulencias de las vacas emiten metano y que, en consecuencia, en un falso silogismo de esos en los que se nos escamotea la premisa menor, había que reducir la ingesta de carne con ese origen animal. El presidente de Gobierno, al que no sobran motivos para dormir tranquilo, le desmintió de inmediato, afimando que era aficionado a la carne roja, iniciándose así un diálogo extragubernamental entre el mandamás del Ejecutivo y uno de sus muchos versos libres, pues el ministro, a la siguiente ocasión, explicó que, -¡por supuesto!-, había sido mal interpretado y que si había ofendido a alguien era a los varones que creen que comer carne aumenta la testosterona.

Garzón es un ministro de lanza en ristre multidireccional que opina sobre la nata del roscón de Reyes, los juguetes con orientación de sexo y, desde luego, arremete contra los ganaderos, incluso en inglés. ¡Pues no se le ha ocurrido ni más ni menos que declarar a The Guardian que las vacas españolas sufren de estrés, porque están muy maltratadas! No cabe otra opción que desear mucha suerte en sus próximos desempeños, a este intruso de la política, deshacedor del concepto de la izquierda marxista-leninista, transformándola en un penoso hazmerreir.

Con ser muchos sus deméritos, no es Alberto Garzón el único acreedor a la censura inmisericorde de entre los ministros, cuya fórmula de selección, si existe, debería explicarnos alguien con conocimiento de la sociología recreativa.

Del orgulloso gineceo esgrimido por Sánchez como victoria de la igualdad de género y, aún más allá, del denostado feminismo,  (impulsado ahora desde las cenizas del machismo imaginario), se debe reconocer que hay que diferenciar dos claros sectores. Junto a ministras que poseen un brillante currículum anterior -cito a Nadia Calviño, a Margarita Robles y a Teresa Ribera, sin entrar ahora a juzgar sus devíos ideológicos de la doctrina oficialmente admitida por la comunidad científica y económica- hay otras que parecen extraídas de una celebración de fin de curso de bachillerato: hembras alfa, aprendices de bruja, lengüaraces, cómicas, consortes,…Si alguna virtud debe concedérseles, es que no desmererecen del elenco de varones que forman gobierno provisional junto a ellas.

Comienza el año 2022 con un pueblo deseoso de tener buenas noticias. Los españoles han demostrado una capacidad de recuperación y olvido de los malos momentos admirable, a lo largo de la Historia. No hay consenso en la dirección que llevamos. Los análisis de la situación resultan contradictorios, según la orientación política de quien los emita.

Quedémosnos con la ilusión de que todo cambiará para mejor y de manera consistente.

Necesitamos que la pandemia nos abandone para siempre, que la recuperación económica sea una realidad rápida, que el paro endémico desaparezca o, al menos, se reduzca a un nivel soportable, que se potencie de veras la investigación y el desarrollo, y, sobre todo, que la gestión de las crisis se realice desde el conocimiento, la calma, la sinceridad y el consenso.

Que se consiga eliminar, y pronto, los signos negativos. Esta Navidad he visto más pobres que nunca en las calles de España (que, como fantasmas nocturnos y a imitación real de los dibujos de Carpanta que popularizó José Escobar entre los niños españoles de los sesenta, ocupan los bajos de los puentes, pero, a tono con la época, los huecos de entrada a los cajeros bancarios y los soportales de los locales vacíos). He tomado, como cualquier visitante atento de las ciudades y pueblos de nuestro país, consciencia de la proliferación de carteles de “Liquidación” y de muchos bajos comerciales cerrados por quiebra del negocio.

Que el gobierno no transmita desunión, sino coherencia; que sus decisiones no estén contagiadas de la improvisación, sino de la sabiduría. Lamento, como muchos españoles, advertir que el Gobierno de nuestro país se asemeja a una hidra de varias cabezas.

Exijo también el respeto a la forma de Estado, porque no puedo atisbar mejor opción que la actual Monarquía, desde la defensa de la unidad de España y la cooperación institucional.

Es imprescindible la plena recuperación de nuestro anterior prestigio internacional: no somos solo un país de turismo, folklore y fiesta; tenemos que poner en pleno valor a nuestras empresas tecnológicas, a los emprendimientos que cubren nuestras necesidades básicas y de ocio, a los exportadores; tenemos que potenciar a los universitarios, mejorar la enseñanza a todos los niveles; apoyar (no solo con aplausos) a nuestros facultativos, que son el principal baluarte de nuestra sanidad; y, sobre todo, necesitamos muchos empresarios, para lo que hay que apoyar desde las administraciones, eliminando obstáculos innecesarios que comprometen la viabilidad de sus proyectos, orientándolos, si fuera necesario, hacia las vías prometedoras de futuro

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Alberto Garzón, feliz año, ministras, Teresa Ribera

Distanciamientos

25 junio, 2019 By amarias 2 comentarios

Han transcurrido dos meses desde las elecciones generales de 28 de abril de 2019, y más de un mes desde las locales y europeas, y el panorama político, lejos de clarificarse, se complica por momentos.

Poniendo orden a mis particulares impresiones de la forma en que se produjo el proceso electoral, el contenido de las campañas de los diferentes partidos, los resultados producidos por la asunción desconcertada por la ciudadanía de los planteamientos expresados por quienes se dicen profesionales de la política y, en fin, por el lamentable desarrollo de las negociaciones posteriores para intentar (supongo) formar gobiernos y no, como pudiera interpretarse, tendentes a desbaratar cualquier intento de alcanzar la calma y la cooperación necesarias entre los agentes económicos y sociales, extraigo las siguientes conclusiones:

  1. Los representantes de los partidos no han querido, interpretar los resultados electorales. No ha ganado ninguna propuesta de partido, y ha quedado demostrada la desorientación de los votantes a la hora de elegir opciones. Salvo en Cataluña, en donde subsiste una importante facción independentista (y para durar), en el resto del país los partidos constitucionalistas, que se habían unido para aplicar el art. 155 y, subsidiariamente, propiciar el proceso penal que ha conducido a la presión preventiva (y que, con seguridad, es preludio de una dura condena) a los organizadores no fugados del intento de secesión, han obtenido un respaldo muy amplio, prácticamente uniforme. Pero el relativo aumento de votos que ha recogido el partido del gobierno en funciones, el PSOE, no le autoriza para verse como exclusivo ganador. Porque ningún partido ha obtenido votos suficientes para gobernar en solitario; ni siquiera los autodenominados “bloques” (de izquierda o derecha del espectro) pueden jactarse, dada su falta de uniformidad, de haber ganado nada.En conclusión, no cabría otra opción que calmar los ímpetus de convertirse en amos de un cotarro en el que, para mandar, solo pueden aportar sus ganas de hacerlo. Si no quieren conducir la situación a nuevas elecciones, y, si rechazan andar a mamporros durante toda la legislatura con falsos acuerdos de cooperación o apoyos precarios para la investidura. Para que pueda gobernar Sánchez y designar a un equipo estable y con capacidad de acción, es imprescindible un acuerdo amplio de concertación. No con Unidas Podemos (o no solo, y no con las premisas ahora conocidas), ya que su posición como candidato a cogobernar está contaminada por su falta de sintonía en temas cruciales (el juicio a la secesión y la reforma económica y social, por ejemplo), sino contando con el apoyo -no solo la abstención- de otras fuerzas con visión de futuro factible y no obsesionadas con elucubraciones propias de debates parauniversitarios.

    Si Sánchez no logra agrupar junto a sus propios diputados a otros de centro y centro derecha, para unir a los eventuales de un Unidas Podemos rebajado en humos y crecido en sentido práctico (dentro de un programa claro de Gobierno, con un concierto básico en los grandes temas (económico, ambiental, industrial, defensa, laboral, social, asistencial, etc.), no le queda más remedio que convocar nuevas elecciones. Costará dinero al país, pero más nos está costando este suplicio del disentimiento prolongado. Mejorará algo el PSOE, bajarán los demás, se elevará a un clamor la abstención, pero aprenderemos todos el valor de negociar con la cabeza y no con los genitales.

  2. La irrupción del partido VOX, al que, sobre todo desde los partidos de la izquierda teórica, se ha calificado de anticonstitucional, ha significado un refuerzo potente para las agrupaciones con tendencias derechistas, que se han presentado en coalición aparente, con el objetivo de “echar a Sánchez” del Gobierno de la Nación. Ha sido un grave error, en especial para Ciudadanos, sin ventaja para la ciudadanía que quiere, por encima de todo, resultados prácticos.Esta aparición de un partido con líderes mediáticos, bien preparados dialécticamente, provocada por el desgajamiento de descontentos procedentes del Partido Popular,  ha sabido, con sus posturas extremistas y la atención despertada, llegar al ánimo de votantes radicales, firmes en temas como el aborto, devotos teóricos del catolicismo carpetovetónico (hoy ya bastante cutre, por trasnochado), atentos al mensaje de la Patria amenazada, gozosos de ver el Ejército como salvación ante la deriva secesionista, etc. Postureo mediático bien adobado de palabras con tonos catastrofistas de doble sentido, apto para interpretaciones al gusto de cada cual, recogiendo lo que le apetezca.
  3. El partido Ciudadanos, esperanza casi preconsolidada para construir o reconstruir la posición liberal (o de centro), ha perdido su entidad ideológica y su carisma neutral. Su actividad electoral y postelectoral  ha servido parea desorientar y desmoralizar a votantes (y a algunos de sus líderes).La distonía con los principios básicos del postulado liberal, ha tenido dos hitos, ajenos incluso al proyecto inicial: 1) la obstinación de Rivera y Arrimadas (como líderes más significativos, proyectados desde el catalanismo sensato a la dimensión nacional, y naufragando en el nuevo medio) en trazar líneas rojas con el Partido Socialista, ha movido a parte su electorado natural, justamente, hacia el PSOE y ha dejado con la brocha en la mano a los votantes que veían en acuerdos con ese partido la construcción de un eje de estabilidad para el país; 2) la posterior descalificación desde el “aparato de C`s” de quienes, justamente, defendían desde el propio partido el mantenimiento de la posición liberal, y que culminó con la expulsión de Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona, y presentado en su momento como gran fichaje, (por haber favorecido el nombramiento de Ada Colau, como mal menor como alcaldesa de Barcelona), se prolonga actualmente en deserciones, tensiones internas y, en definitiva, ausencia de criterio inteligible.
  4. Por su parte, la persistencia de la manifestación de un decadente Pablo Iglesias, convertido definitivamente en un patriarca de su creación política- junto a su actual pareja, Irene María Montero, de querer entrar en el gobierno de un futurible presidente de Gobierno Pedro Sánchez, a cambio de un apoyo insuficiente, refleja únicamente que ha perdido el norte, al no valorar su verdadera fuerza.Definirse como portador de los valores de la izquierda (sean cuales sean ésos), hallándose en caída libre junto a Alberto Garzón, monitores del proyecto incomprensible de Unidas Podemos, es sarcástico. En la actualidad, juzgado por su actuación personal, Iglesias jr.  podría jactarse de ser triste coautor de la destrucción de la izquierda histórica (para muchos militantes, aún respetable) que representó no hace mucho el Partido Comunista. Contó, no se le puede negar la colaboración destructiva, con un inocuo ideólogo pero, como él,  presuntuoso (aunque sin su carisma mediático) que puso al servicio del descalabro a los fieles votantes de la izquierda irredenta.

Un petirrojo, sobre uno de los bastidores de una cuerda de tender ropa, meditando tal vez (en su cerebro de ave) qué hacer.

Los petirrojos (erithacus rubecula) son aves migratorias (en general) y, entre sus magníficas características, se encuentra el haber sido los elementos de reflexión a los astrónomos y físicos que ayudaron a descubrir la existencia del norte magnético, por el que se acabó intuyendo que se guiaban en sus migraciones, con un mecanismo interno aún sin descifrar.

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: Albert Rivera, Alberto Garzón, Arrimadas, Ciudadanos, elecciones, gobierno, Partido Popular, Sánchez, Unidas Podemos

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