Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2021

Usted está aquí: Inicio / Archivos paraOTAN

Ejército y sociedad civil (8)

10 enero, 2018 By amarias Dejar un comentario

Aunque las cifras sobre efectivos permanentes de las Fuerzas Armadas están sometidas a -¿un lógico?- oscurantismo, y las dudas sobre la fiabilidad de las mismas afectan incluso a las disponibles para España, los datos disponibles permiten indicar que nuestro país se encuentra en una modesta posición -entre el puesto 27 y el 3o-.

Teniendo en cuenta que, en relación con el PIB (ya sea nominal como real), España ocupa el lugar 14 -también, en este caso, con las reservas que quieran expresarse sobre la forma de realizar el cómputo de una magnitud extremadamente compleja-, la disparidad de posiciones evidencia que tenemos un Ejército relativamente reducido en personal.

Esta relativa cortedad de efectivos contrasta con el número de misiones en el extranjero. La ministra de Defensa, María Dolores Cospedal, en su visita a los destacamentos en Libia a principios de 2018, expresó que España mantiene 16 misiones activas fuera de nuestro territorio, en países de Africa, Oriente Medio y Europa. En la web del Ministerio se expresan (acompañándolo de un expresivo gráfico), 20 misiones para un total de 2.500 efectivos, si bien se detecta que una parte sustancial corresponden a destacamentos mínimos, de 1 a 10 personas.

La presencia en el exterior de las Fuerzas Armadas debería corresponder a la valoración acerca de las amenazas potenciales del exterior. Teniendo en cuenta el incremento de efectivos anunciado por la ministra para 2018 (pendiente de aprobación por el Parlamento) , las fuerzas desplazadas subirán a 2.750 personas.

La distribución aproximada correspondería fundamentalmente, a este esquema: 650 militares en Líbano (en Marjayoun, para observatorio de la zona de Líbano-Israel-Palestina), 480 destacados en Irak (en Besmayah, para formación del ejército de ese país), 331 en Letonia (como observadores en la zona) , 265 en la Operación Atalanta, para vigilancia del Indico, 292 en Mali (con apoyo aéreo a las fuerzas francesas en Dakar y adiestramiento de las fuerzas locales), 245 de la Armada como observación en el Mediterráneo, 95 en Afganistán (observación y formación), 42  en Mauritania, Cabo Verde y Senegal (sobre todo, en el primero de estos países, como observación y formación militar).

La práctica totalidad de estos destacamentos corresponde a acuerdos de presencia y actuación coordinados por los acuerdos internacionales, principalmente,  la OTAN y la Unión Europea.

Se ha enfatizado desde el Ejecutivo la superior disponibilidad de España para enviar militares a zonas de conflicto y, sin querer entrar en polémica, pero sí aventurar una interpretación, esa situación podría significar que nuestro país prefiere aportar efectivos humanos antes que aumentar la cuota económica de su participación en las operaciones. Dejando, además, a salvo, el juicio objetivo respecto a lo que significa destacar (en número) modestas fuerzas armadas en países o zonas de guerra o amenaza que, en casos evidentes, no están directamente implicados con posibles intereses para nuestro país, a diferencia, como ejemplo paradigmático, de la defensa de los pesqueros que faenan en el Indico, defendidos por Atalanta, o la presencia en los países del Sahel, frontera clara de contención a la migración -salvado el escollo permeable, y con intereses propios, de Marruecos- hacia la puerta de la Unión Europea que es, para ellos, España.

No se encuentra en estas cifras de operaciones militares en el extranjero la referencia a la importante cooperación de formación con el Ejército de Marruecos. Parece que responde a que se descarta cualquier intervención bélica con este país vecino y amigo, en relación con Ceuta y Melilla, y tampoco respecto a la persistente irregularidad que supone la ocupación del Sáhara Occidental, antiguas regiones españolas que los niños del tardofranquismo estudiábamos como parte de España, abandonadas a su suerte, hace décadas, por la metrópoli.

La presencia militar en países con graves problemas de desarrollo y carencia de estructuras democráticas ha de entenderse, además, vinculada con la aportación económica y de formación no militar, que ayude a la población a encontrar una salida propia a su atraso. La práctica ausencia de una estrategia coordinada entre la estructura gubernamental y la empresarial resulta de lamentar. Quienes hemos trabajado en relación con estos países sabemos de las dificultades técnicas, de cobro de contratos y de competente colaboración local, además de la tremenda lacra de la corrupción institucional, que implica la realización de cualquier tipo de infraestructuras básicas (carreteras, sistemas hidráulicos, tratamiento de residuos, abastecimiento y alcantarillado, redes eléctricas, etc.).

(continuará)


Una hembra de herrerillo común (cyanistes caeruleus), vigilante desde el borde del riachuelo adonde se acercó para saciar su sed. Las hembras de herrerillo, una ave seductora muy frecuente en nuestros jardines y parques, se distinguen apenas por su boina azul algo más clara que la de los machos, pues, por lo demás, los dos sexos son similares. Son pájaros, además, confiados, y es posible disfrutarlos muy próximos al observador, despreocupados en su búsqueda constante de insectos y larvas por las ramitas de los árboles, acercándose incluso a los comederos en la estación invernal.

Archivado en:Actualidad, Ejército Etiquetado con:Atalanta, Cospedal, efectivos, ejército, extranjero, fuerzas armadas, herrerillo común, operaciones internacionales, OTAN, Sahel

Ejército y sociedad civil (5)

30 diciembre, 2017 By amarias Dejar un comentario

La Unión Europea, cuyos Estados arrastran una pesada carga de desencuentros entre sí, que han jalonado su Historia (la grande como la pequeña) de rencillas, escaramuzas, batallas y guerras (incluso dos de los conflictos que han merecido el lastimoso apelativo de mundiales, surgidos no en la noche de los tiempos, sino en el siglo pasado), creyó poder curar su complejo de culpa defendiendo con ardor verbal el concepto abstracto de “pax europea”.

Se trataba de convencer con el ejemplo, con las manos aún llenas de la sangre de los campos de batalla físicos en donde los europeos se habían matado a millones, lo idea de un mundo en paz, un modelo de gentes buenas y cooperativas, en el que los avances fueran conjuntos, basados en la solidaridad, en la ayuda a los pueblos en desarrollo, en la defensa y cuidado del medioambiente, en la predominancia de la ética y, en su cénit, de la religión cristiana.

El toque de atención del presidente norteamericano más autárquico de todos los tiempos, el republicano Donald Trump, ha puesto a Europa junto a las cuerdas, dejando al desnudo su debilidad. Y como reflexión más importante: las amenazas prioritarias para Estados Unidos no son las mismas que para los europeos y, aunque no se pretenda romper de pronto la cohesión de los bloques militares, los intereses propios deben defenderse con fuerzas y acciones propias.

Las “amenazas no compartidas” forma parte del rompecabezas de Defensa. El borde de la frontera europea actual es el Sahel (que quiere decir “frontera” en árabe), cuya tensión puede acabar desestabilizando el norte de Africa, y no sería este un asunto preocupante para Estados Unidos que, en cambio, concentra sus análisis de tensión prioritarios en el Golfo pérsico o en el Mar de China. Es evidente que el equilibrio en la frontera con el Este ruso se ve con mayor preocupación en Polonia, Hungría o incluso Turquía que en Norteamérica o en todo el continente americano. Los conflictos entre suníes y chiíes -en lo que puedan fundamentar las rivalidades entre Irak e Irán y otros países árabes, mientras se mantengan a niveles de guerra “convencional” adquieren el carácter de centros de experimentación de equipos ligeros y material terrestre para sus suministradores.

Se suele recordar que los militares son los únicos profesionales que han jurado o prometido estar dispuestos a morir por la Patria, en el correcto ejercicio de su misión. No son los médicos, los ingenieros, o los bomberos, ni siquiera los misioneros empeñados en aventuras de conversión a infieles en tierras ignotas. Pues bien: es el nivel del material, la calidad de los equipamientos y efectos bélicos los que definen la superioridad, especialmente, en un combate moderno. Se trata -y copio la expresión que oí de labios de un general- de conseguir que el enemigo cumpla con su misión y sea él quien muera por sus ideales o por su Patria.

La finalidad de mantenimiento de un Ejército concreto, el para qué sostener una específica estructura de Defensa, vuelve a primera línea de la escena cuando se trata de ser consistente y serio respecto a una dotación presupuestaria. Tenemos en España un Ejército profesional cuyo número objetivo de efectivos es de 75.000 personas (aún se dice “hombres”), de los que 22.000 son cuadros o mandos y el resto, personal de tropa.

Hace apenas 40 años se disponía de 300.000 militares (50.000 de ellos, cuadros). La Defensa del Estado sigue siendo una gran empresa y su gestión debe responder a ese concepto formal y a los objetivos deseados, sin paliativos ni recortes de gastos. La proporción de gasto entre personal y material que se deduce de los Presupuestos españoles es de 70/30 y la tendencia es a reducirlo aún más.

No se puede hacer una crítica de esa evolución sin considerar el contexto. Si tomáramos como ejemplo Estados Unidos (o Corea del Norte o China, salvando el oscurantismos de los datos), el gasto en personal supone no mucho más del 30% del Presupuesto de Defensa. Esto es, se prima la dedicación al equipamiento y a su creciente sofisticación; las partidas para mantenimiento son elevadas, pero, sobre todo, se tiene en cuenta que el objetivo de “bajas cero” en los conflictos implica desarrollar materiales y medios cada vez más complejos, destructivos para el potencial enemigo y detectores y aniquiladores antes de que desarrollen su potencial, de los artefactos del contrario.

La óptima Defensa descansa, también en la logística . Por supuesto, es sustancial para el éxito bélico conseguir la especialización de los efectivos humanos y adaptarla a los más modernos equipamientos y estrategias (esto es, dotarla de formación y dinamismo continuos), garantizando, en la medida de lo posible, que esos medios cumplan con las condiciones de máxima modernidad, calidad y capacidad de respuesta ante las misiones encomendadas.

El Ejército moderno ha de contar con una muy alta polivalencia de sus brigadas operativas y de ahí la importancia de la centralización de las necesidades de abastecimiento, la coordinación entre todos los centros o puntos de formación y mantenimiento, el engranaje con los objetivos de defensa y seguridad que dependan de estructuras civiles. El plan NOGAL significa, en esta dirección, un cambio notabilísimo respecto a la logística y su plena implantación es imprescindible.

(continuará)


El milano real (milvus milvus) se distingue del milano negro (más pequeño), tanto por su cola más larga y ahorquillada -en ambos casos, una “cola de milano”, por supuesto-, como por la “ventana clara” en la parte interior de la mano. Este ejemplar sobrevolaba silencioso, a finales del otoño, cerca de la orilla del mar menorquín,  a la busca de desperdicios, peces despistados o, incluso, atisbando la opción de arrebatarle la comida a alguna otra ave. En las islas baleares el milano real es sedentario, y bastante abundante.

En Asturias y Galicia, según mis observaciones, los milanos que se encuentran (cada vez en menor número, y solo en verano, pues son migratorios) pertenecen a la especie milvus migrans (milano negro, el “milanu”) del que los paisanos debían estar atentos (en tiempos de Maricastaña, cuando las gallinas campaban por el terruño) pues era especialista en alzarse con los polluelos de la granja, sin importarle ni poco ni mucho la defensa encarnizada de la clueca.

Archivado en:Actualidad, Ejército Etiquetado con:ejército, estados unidos, intendencia, logística, milano, milvus, ministerio de defensa, NOGAL, OTAN, sociedad civil

Seguridad frente amenazas (2)

31 diciembre, 2016 By amarias Dejar un comentario

tres-gorriones

Salvo para aquellos genuinamente pacifistas, si es que existe alguno, no habrá dudas que la seguridad exterior precisa, -junto a otras actuaciones, desde luego-, del mantenimiento de una fuerza organizada, con personal dispuesto a matar y morir, y equipos adecuados para esa función letal. Aquí se encuentra la característica diferenciadora, indiscutible, de los Ejércitos.

Un Ejército no es un grupo de personas armadas, sino una “fuerza” sometida a una disciplina, con un código de actuación. Existen magníficos documentos que ilustran significativamente sobre el desarrollo de este concepto; En España, las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas vigentes cuando escribo estas notas datan de 2009, y suponen una renovación parcial -por algunos comentaristas, sin embargo, tenida, por sustancial- de las promulgadas en 1978 (Ley 85/1978).

Con previsión de un baño de sangre o no -así en la paz como en la guerra-, hay una premisa incómoda a la que responden los Ejércitos, que son consecuencia de la experiencia histórica: “el enemigo existe siempre”.  Esta certeza implica que los Ejércitos deben estar dotados para defenderse, sino de cualquier ataque, al menos, del que pudiera provenir de sus adversarios diferenciados, a los que conviene tener identificados. Esta posición preventiva obliga a mantener una dotación, equipamiento y preparación similares o superiores al suyo, capaz de disuadir y de ofrecer, en otro caso, una respuesta autónoma rápida.

La exhibición de la potencialidad propia no es un juego de niños. Tiene dos destinatarios: la población civil del propio Estado, transmitiendo un mensaje de potencia y preparación (y, subsidiariamente, de prestigio y profesionalidad a los componentes militares); el otro destinatario es el potencial enemigo, que también procurará disponer de otras fuentes de información, claro está.

Quede así recordada, tanto para los que tienen respeto, y hasta devoción, por la profesión militar (entre los que me cuento, sin perjuicio de ser pacifista), como para los que apoyarían, por desconocimiento o por voluntad martirológica, su supresión, que los Ejércitos poseen una genuina ambivalencia causal: pueden adoptar tanto una posición agresora como defensiva. Esta última adquiere una importancia capital para mantener la paz, pues tiene una clara connotación disuasoria, autónoma, y en ese campo de lo que se desea evitar, principal.

Sería ridículo, amén de peligroso, mantener la ingenuidad de que la paz no implica la preparación para la guerra. Las armas, además, están para ser usadas algún día y se perfeccionan continuamente. Los misiles de ataque de largo alcance implican el desarrollo de los de interceptación; los tanques acorazados alentaron la fabricación de lanza torpedos penetrantes. No hay muchas acémilas actualmente en el arma de Caballería y se prefieren los drones teledirigidos a los aviones tripulados de reconocimiento.

Ni siquiera los Estados que se autodenominan “neutrales” renuncian a armarse. Suiza, uno de los Estados europeos que dedica más recursos a su Ejército, atiende con la popular “guardia suiza” la custodia del Estado más espiritual y más pequeño del mundo, la Ciudad del Vaticano; fundada en 1505 por el Papa Julio II para proteger al Papa, mantiene actualmente unos cien efectivos, adiestrados para manejar armamento moderno, no espingardas ni falconetes.

El arte de la guerra (léase, de la defensa), genera comportamientos que han inspirado los económicos-empresariales. No en vano, los libros de estrategia militar y los expertos militares tienen buena acogida en los Institutos de Empresa. La selección de líneas de investigación y desarrollo preferentes, la formación de cárteles, la utilización de lobbies, etc., están en la base común de lo militar y lo empresarial.

Como pocos Estados pueden ofrecer una garantía adecuada de forma autónoma, son imprescindibles alianzas estratégicas, y la formación de bloques que complementen y refuercen las Fuerzas Armadas propias. Dentro del concepto de Defensa, se agrupan muchas actividades indirecta o directamente relacionadas: formación propia y ajena, diplomacia, espionaje, cooperación, desarrollo y prueba de armamento sofisticado, preparación para el combate, procedimientos sanitarios, de comunicaciones, informáticos, etc.

Por eso, la totalidad de los Estados dedican una parte importante de sus presupuestos a sus Ejércitos. Puede verse, en mi opinión, el estado de desarrollo de cada uno, en relación con el porcentaje que dedican a la dotación de personal o a los equipos materiales y a la investigación; en efecto, un alto porcentaje del presupuesto destinado a la partida de personal, es propio de un país atrasado. Aún más, me atrevería a afirmar, que un alto porcentaje del PIB dedicado a Defensa, puede significar que se está apoyando la investigación tecnológica de uso civil, conjuntamente.

Concluyo, pues, este apartado. Desde la tribu al Estado-nación/naciones a los Estados Unidos y Comunidades internacionales, todas esas unidades de convivencia tensa con otras han asumido la necesidad de mantener un Ejército propio, adecuado a los riesgos presumidos y han buscado alianzas con Estados afines para defenderse de posibles amenazas y ataques. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) surgió en 1949 como perfeccionamiento de un acuerdo político entre algunos países europeos, a la que la incorporación de Estados Unidos (y Canadá), dotó de la potencia bélica deseada, como contrapunto a la creciente tensión proveniente del bloque comunista, que en 1955 organizó una alianza similar (fuerzas militares para mantenimiento de la paz) llamada Pacto de Varsovia. Los aliados en la segunda guerra mundial pronto redescubrieron sus sustanciales diferencias de planteamiento económico (1).

Otra cuestión que es conveniente analizar, aunque sea a este nivel elemental, apela a la característica de las misiones en el extranjero, actualmente con capital interés mediático, que oculta otros aspectos mucho más relevantes, en mi opinión.

Los componentes de los Ejércitos, no son ONGs, ni educadores, ni agentes del desarrollo. Tampoco son policías. Y, sin embargo, la versatilidad de las funciones vinculadas a la defensa del territorio propio y de ciertos valores (básicamente, éticos) tenidos por irrenunciables, provoca que, cuando les son atribuidas algunas de ellas, los Ejércitos participen, solos o en compañía de otros funcionarios y civiles, en misiones de las llamadas de paz.

Delicada cuestión, en suma, porque exige la coordinación entre muy diversos estamentos, con dependencias funcionales naturales diversas, tanto de las organizaciones administrativas de un Estado como de los aliados y, según la índole de la función atribuida, puede suponer, incluso, que esos aliados sean diferentes. La perfecta identificación de los objetivos y, naturalmente, de la cadena de mando y de las responsabilidades distribuidas, es una dificultad añadida para que la misión tenga éxito.

Cuando los equipos integrantes de una misión de un Estado que se autodefine “en tiempo de paz”,  se lleva a cabo en el extranjero -en territorios en guerra, o que hubieran sido ocupados contraviniendo disposiciones internacionales, o  en donde actúen grupos terroristas, o aún no plenamente pacificados – la combinación de elementos militares y civiles añade dificultades de coordinación. En esos casos, además, la posibilidad de ser víctimas de un ataque con armas, implica que todos los componentes del equipo deban asumir el riesgo de morir o ser heridos, es decir, se deben considerar integrados en la disciplina y normas propias del Ejército.

En la cartilla que se entregaba a los reclutas españoles al terminar el servicio militar de la postguerra, cuando éste era obligatorio, aparecía un sello en el que figuraba un apartado destinado al Valor, en el que se indicaba el “concepto que había merecido a sus jefes” él recién licenciado. “SS” significaba que “se le supone”, porque no cabía hacer otra elucubración cuando no se había entrado en batalla.

En los Ejércitos profesionales -en donde los aspirantes a formar parte de ellos, (y hay que suponer que, especialmente, a los que se integran como tropa)  pueden estar inicialmente guiados por la obtención de un salario, más que por la defensa de valores que la desacralización pretende convertir en filosofía añeja, como la Patria, el Honor o la Bandera-, la posibilidad de morir en el curso de una acción, incluso en la preparación de la misma, no siempre será puesta de manifiesto por los mandos. La realidad la pondrá presente, a poco que asome la peligrosidad intrínseca al manejo de armas; y no es necesario que sean manipuladas por el enemigo: el número de militares fallecidos en maniobras, exhibiciones aéreas o navales, pruebas de material, desactivación de explosivos, etc., lo prueba.

(continuará)

(1) La exhibición de cariño personal (que no institucional) entre D. Trump, presidente electo de Estados Unidos de Norteamérica y V. Putin, presidente de la Federación Rusa, no presagia un pacto anti-natura entre bloques enfrentados. Más bien, implica el reflejo de un tanteo previo, en el tablero del ajedrez mundial, ante el avance vertiginoso de la República Popular China.

—–

La fotografía recoge la imagen de tres gorriones en una aparente sesión de ballet, en vuelo que podría ser interpretado como acrobático para quienes desconozca la tremenda agilidad de las aves -en particular, de estos paseriformes- para girar, sostenerse en el aire, sortear obstáculos, cambiar de rumbo brusco.

He tenido ocasión, desde una privilegiada atalaya, de observar los movimientos de los grupúsculos de gorriones en torno a la comida, bien sea en campo abierto o en un recinto limitado.

Dependiendo de la edad de las aves, de la disponibilidad de alimento, de la posible relación genética entre ellos, he constatado que se pueden dar actitudes de ignorancia total, cooperación, de cesión de derechos, etc. La más común, si la comida es escasa o está dispuesta en un recipiente de acceso reducido, es de agresividad. No se matan, desde luego, pero un par de picotazos al vuelo bastan para disuadir a quien, vulnerando la escala de poder, se acerca al grano o a la masa nutricia, antes de que los poderosos hayan saciado su hambre.

Los más débiles o más jóvenes esperan, impacientes, a que los fuertes se vayan y, entonces, apuran las migajas.

 

 

 

Archivado en:Actualidad, Ejército Etiquetado con:alianza, defensa, ejército, estrategia, fuerzas armadas, guerra, OTAN, paz

La prueba siria

5 junio, 2013 By amarias2013 2 comentarios

No estoy entre los sorprendidos de que Bashar Al Assad esté obteniendo creciente apoyo entre la población siria. Es el resultado de la valoración pragmática, por parte de los ciudadano sirios de los resultados a que conduciría la victoria de una u otra de las facciones armadas que han puesto al país en la situación de guerra civil.

Una simplificación del conflicto nos llevaría, desde el análisis de las ideologías religiosas que se han decantado como parte del argumentario bélico, a pensar que se están enfrentando simpatizantes de Hezbolá (“El partido de Dios”), que apoya al régimen, con revolucionarios en los que Al Qaeda (“La base”) habría cobrado un papel relevante.

No es despreciable esta conclusión, pero habría que añadir que las llamadas potencias occidentales en este conflicto han tenido un papel no solo relevante, sido crucial. Se puede advertir, desde la actual perspectiva y conocimiento de los hechos, que el confuso itinerario de la posición internacional respecto al régimen de Al Assad, ha provocado esta polarización. Y ha dejado desvelado, en un estriptís deplorable, el juego de conveniencias en el que se desarrolla la combinación de una torpe estrategia geopolítica, con una diplomacia de medio pelo, dirigida por intereses económicos directos y, por tanto, rastreros, melting pot en el que se ha incorporado, como ingrediente aglutinador, la información preconcebida con la que se analiza desde occidente la realidad socioeconómica del mundo árabe, que se vincula, obstinadamente, con bases religiosas y anti-judías.

Pero no es así, al menos, para quienes nos acercamos al conocimiento del Islam sin prejuicios, y lo entendemos como una fórmula, religioso-política, de identidad para una amplia porción de la población mundial, que no se ha hecho ningún esfuerzo verdadero por integrar en el concepto, -abstracto, aunque dinámico- de desarrollo económico.

Siria es hoy, por ello, como lo fue a su nivel España en la guerra civil de 1936-1939, un escenario de prueba. de tanteo, entre los intereses económicos occidentales y una, aún imprecisa, propuesta de cambio de gestión de la realidad del mundo islámico.

Al Ashad es un personaje creado y apoyado por Estados Unidos y Europa, educado en los exquisitos modales del papel cartón que representaron una democracia ficticia, y que, de pronto, es abandonado por sus propios ideólogos, ilusionados de repente, (pero también, asustados), por las consecuencias de no estar aupados en la ingenuamente llamada primavera árabe, considerada un motor de cambio pacífico, con base popular, moderna e innovadora, y que llevaría, dirigida hábilmente desde dentro, a los países del norte de Africa a una hipotética democracia mejor, esto es, más acorde con la filosofía occidental del término.

No ha sido así, porque no podía ser así. Ha tardado en verse, pero se ha acabado percibiendo que en el levantamiento contra Al Assad no había exactamente deseos de mejora democrática, sino una maniobra rentabilizada desde el fervor revolcionario para poner un pie jihadista más sólido en esa zona de Africa, en un país que cuenta con grandes riquezas naturales, una población importante y una situación estratégica.

Que las dos partes del conflicto estén utilizando armas químicas, que ambos contendientes se comporten vulnerando derechos humanos, que los argumentos de los dirigentes de uno y otro bando sean similares, con acusaciones recíprocas y difundiendo parecidas ideas panfletarias, de odio y resistencia, es normal en toda guerra de intereses.

Ahora los representantes del Pentágono -esto es, la OTAN-, que jamás reconocerán que se han equivocado, hablan de la necesidad de resolver el conflicto con la aplicación de criterios políticos y económicos. Puede ser demasiado tarde, porque ya ha quedado puesta en evidencia una realidad: el mundo estará siempre abocado a separarse en dos bloques. Siria es una prueba.

Como lo fue, salvando ideologías y distancias, el comportamiento internacional con la España republicana en los albores de la Segunda Guerra mundial. Que ganase el gobierno legítimo entonces o una facción levantisca del Ejército no tenía que ver, como creían muchos combatientes civiles, -impulsados a participar en la contienda por sus convicciones religiosas o sus deseos de mejora económica en un determinado sistema político-, con la mejora para ellos de las condiciones de vida.

Tenía que ver con el control de la economía y la ambición de los grupos de poder por obtener más libertad para hacer lo que a ellos les convenía. La matanza de judíos por parte del gobierno nazi no fue importante para movilizar la oposición a Hitler (lo sería después, como argumento para condenar definitivamente al régimen).

Reducir el conflicto a contraposición de argumentos chiítas o sunitas, es una manera más de enmascarar los verdaderos intereses desde los que se contempla, desde las potencias occidentales, un conflicto que han consentido y, en gran medida, propiciado.

Archivado en:Economía, Internacional, Política, Religión Etiquetado con:´Hezbolá, Al Assad, Al Qaeda, armas químicas, chiítas, españa, guerra civil, intereses, judíos, OTAN, Pentágono, Siria, sunitas

Entradas recientes

  • Interesantes conferencias virtuales organizadas por el Club Español del Medio Ambiente
  • Concha Quirós, librera. D.E.P.
  • Avellanas podridas
  • El futuro y los políticos
  • Propuestas para reactivar la economía desde la experiencia y el conocimiento
  • Ante el Día Mundial contra el Cáncer
  • Cambio de fichas
  • Nací con vocación de emigrante (Poema)
  • Del Diario de un Hombre Educado (Poemas)
  • Salvados por la UME
  • Frail democracies (Débiles democracias)
  • Elogio y servidumbre del centro
  • No hay mejor momento (Poema)
  • Son todos muy jóvenes (Poema)
  • Entendiendo mejor el Cáncer de vejiga

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Medicina
  • mineria
  • Mujer
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • febrero 2021 (6)
  • enero 2021 (6)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
febrero 2021
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
« Ene