Al socaire

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El cáncer, de gira por España

28 octubre, 2022 By amarias Deja un comentario

El 27 de octubre de 2022 terminaba en Madrid el Tour del cáncer (“Conocer para curar”), que organizó la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) con la colaboración especial, e inestimable por su alto valor, del catedrático Carlos López Otín.

La gira, que se viene produciendo desde hace dos meses, ha llevado el mensaje de la importante labor que viene prestando la Asociación por más de veinte ciudades españolas. Creo que Mieres, población de la región que ha acogido desde hace décadas los trabajos docentes y de investigación del muy laureado profesor, fue la primera de la serie.

La conferencia central fue siempre responsabilidad del profesor Otín, que presentaba su último libro “Egoístas, inmortales y viajeras (Las claves del cáncer y de sus nuevos tratamientos: conocer para curar ” y que, según se dijo, había destinado todos los derechos de autor a la AECC. Como el libro se está vendiendo como rosquillas, adivino que serán muchas las ediciones y grande el beneficio de la generosa aportación, que servirá para potenciar una obra benéfica, aún mal conocida y todavía envuelta en el halo misterioso de la falta de información, el miedo atávico a los tumores y, en mi opinión muy particular, necesitada de una revisión, ya que no de sus objetivos generales, de su priorización y control.

El acto tuvo lugar en el Salón de Actos del Colegio de Médicos de Madrid, un escenario magnífico y con un aforo muy importante, pero con el terrible hándicap para las espaldas de los asistentes de no contar con asientos con respaldo, sino ofrecer simplemente un banco corrido, de dura madera, incómodo, convertido en instrumento de tortura para los que acudieron a la llamada de la AECC, no pocos de ellos, enfermos de cáncer y otras patologías.

Con anterioridad  a la presentación de López-Otín, Ramón Reyes, presidente de la entidad convocante, también bioquímico, hoscense de la misma localidad y hasta compañero de pupitre del generoso ponente, hizo un resumen de los principales datos de la Asociación, que cuenta con más de mil empleados, un número superior a 4.000 voluntarios, que colaboran en labores de apoyo a enfermos y familiares (entre otras funciones) y que ingresó más de 100 millones de euros, algo menos de un 60%, procedente de los socios o afiliados, siendo uno de los principales coadyuvantes en la investigación contra el cáncer, muy necesitada de estímulo económico oficial. (Nota: escribo de memoria y la responsabilidad de las puntualizaciones es exclusivamente mía).

La Conferencia fue muy entretenida, y había sido preparada con esmero e inteligencia por el brillante investigador, nacido en Sabiñánigo (Huesca) en 1958. Apoyado en cientos de fotografías y videos, hilvanados con el atractivo de una historia apasionante y bien contada, enganchó al público asistente (seguramente, más de 400 personas), que aguantó sin pestañear el suplicio inesperado de un espacio carente de comodidad para los muchos. Hubo datos, seriedad en el relato, humor por momentos y mucha información, destinada a una audiencia básicamente relacionada con el padecimiento de la enfermedad (en propias carnes o próximas), a las que obsequió con un mensaje de esperanza: sabemos cada día más y mejor en cómo dominar por algún tiempo el avance de la entropía en el desarrollo celular, pero no nos engañemos. No somos ni seremos inmortales.

Vivir mejor está, sobre todo relacionado con el conocimiento, la solidaridad con los demás, la tranquilidad de espíritu y, por supuesto, con la asunción de nuestra naturaleza finita, con billones de células en cada organismo, cuya función individual no controlamos, y algunas de las cuales mutan, provocando tumores que serán capaces, si no podemos eliminarlas o detener su crecimiento realizado a costa de destruir a sus vecinas, de provocar nuestra muerte (y, por ende, la suya). Una amenaza inherente a nuestra debilidad natural que, sin embargo, sabemos cada vez más cómo tratar: más del 50% de los cánceres se curan hoy día y, aún más muchos de los incurables aún, pueden convertirse en enfermedades crónicas. Los avances en el conocimiento de esas entidades egoístas, viajeras, inmortales, que son generadoras de parte del desorden cósmico que, como resultado del crecimiento de la entropía, no nos dará las claves de la eternidad (no falta que hace), aunque nos proporcionará la satisfacción de saber más de nuestra naturaleza.

A la entrada del acto, me encontré con Carlos López-Otín, a quien no conocía personalmente, y me presenté. “Te va a gustar la conferencia”, me dijo. No se equivocaba. Igual que a los cientos de asistentes, a los miles que han escuchado sus conferencias, me gusta cómo se explica, con dotes de divulgador científico excepcionales, que potencia con la realidad de su labor investigadora cuajada de éxitos. Es físicamente atractivo, lo sabe y lo cuida, con un aspecto solo en apariencia desaliñado o “casual”; es un seductor (especialmente, como comprobé, entre el público femenino).

También me explico que tenga algunos enemigos: aquellos a los que guía la envidia por el nivel que son incapaces de alcanzar.

Publicado en: Actualidad, Cáncer, Investigación Etiquetado como: AECC, cáncer, Carlos López Otín, Colegio de Médicos, libro, Madrid, Ramón Reyes, Tour del Cáncer

Autores, libreros, feriantes

24 abril, 2021 By amarias 2 comentarios

En España se editan anualmente del orden de 90.000 ejemplares. Si consideramos que hay casi 700.000 títulos “vivos” (aquellos que aún se pueden encontrar en las librerías o en los stocks de las editoriales), concluyo que hay bastante donde elegir.

Como es sabido, desde 1989, cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, con la intención de favorecer el hábito de la lectura, apoyar las editorial y defender los derechos de autor. El gremio de libreros trata de aprovechar la fecha para vender algo más, movilizando a la potencial clientela, ofreciendo los volúmenes con una modesta rebaja del diez por ciento y, en muchas ciudades, organizando Ferias en las que se exponen en casetas alineadas, además de algunos libros, a ciertos autores elegidos.

Siempre me ha impresionado ver las colas de felices compradores esperando, con su volumen en mano, que el autor elegido estampe en una de las páginas de respeto del libro dedicatorias del tipo: “A Fulanito (aquí, el nombre de la persona designada por el comprador), con todo afecto”. He imaginado que la inmensa mayoría de los libros adquiridos de esa forma no se leerán nunca. Porque, en verdad, la inmensa mayoría de los libros que se adquieren y que, en muchos casos, figuran en una estantería junto al televisor, la foto de un familiar y el jarrón de flores secas, no se leen.

Soy un lector convulsivo, aunque un mal lector. Tengo en casa unos seis mil ejemplares (de vez en cuando mi adorada conviviente me hace algún expurgo) a los que he dedicado, en algún momento de sus vidas en mi hogar, varias horas, si bien no puedo decir que los haya leído de cabo a rabo. Algunos y, desde luego, todos los que han servido para alimentar mi carrera profesional, los he leído más de una vez y hasta los tengo subrayados (más bien, coloreados, pues no acostumbro a leer con lápiz en mano).

De los distintos sectores que llaman mi atención, tengo más nutridos los de Poesía, Historia y Filosofía. Por supuesto, hay varias decenas de libros de Derecho, Economía, Cálculo Estructural, Medio Ambiente, Agua y muchos de…Ornitología y Botánica. También tengo unas cuantas estanterías atiborradas de libros para aprender y ejercitar idiomas y muestras de mi interés por ciertas lenguas, con ejemplares de novelas, diccionarios y Geografía e Historia de los países que he visitado o me gustaría visitar.

No he podido sustraerme al deseo de editar alguno de mis libros, y he caído en la tentación de editar, en papel, tres de ellos: Dos libros de poesía (Absueltos de Todo Don y Sonetos desde el Hospital) y una recopilación de mis entradas al Blog en el que escribo desde 2007, que publiqué con mis comentarios en 2009. De este último, vendí dos ejemplares (y se me quitaron las ganas de editar más recopilaciones). Del primero de los libros de Poesía se editaron 1.500 ejemplares y se agotaron todos; del segundo, edité mil ejemplares, dedicando sus beneficios a la Asociación Española Contra el Cáncer y está prácticamente agotado (debiera estarlo, sino fuera por la pandemia, que me impidió dar tres recitales que tenía programados).

Tengo, por tanto, mucho material no publicado en papel. En este mismo blog sí he dado a la publicidad telemática casi veinte libros (que el curioso puede localizar si husmea por los apartados y categorías que figuran en la lengüeta de la derecha).

No dejo de escribir. Mi última obra literaria es un libro de cuatrocientas páginas (Con Vencidos, 2021,@angelmanuelarias), en la que utilizo mi imaginación y algo de conocimiento histórico para glosar la vida de alguno de mis antepasados, encajándolos en el período en que les tocó vivir. No me imagino firmando ejemplares de ese libro (o de los otros que escribí) en una caseta. Porque cuando comprendo que detrás de esos 90.000 ejemplares editados en España (¡solo en España!) hay un autor y toda una cadena de profesionales (impresores, maquetistas, editores, distribuidores, libreros, financieros, etc.) se me arruga cualquier intención y me pregunto: ¿Para qué escribimos?

¡Si nadie lee!

Publicado en: Actualidad, Literatura, Medicina Etiquetado como: Absueltos de todo don, Con Vencidos, Editorial, feria del libro, lectores, libro, Madrid, Sonetos desde el Hospital

Votar a ciegas

8 noviembre, 2019 By amarias Deja un comentario

El 10 de noviembre de 2019 los españoles tenemos que votar nuevamente, para elegir la composición de representantes en el Congreso y en el Senado. No nos han ayudado a la definición de nuestro voto las ideas y posicionamientos expresados por los cabezas de lista de los partidos.

La sensación general, que confirman las encuestas publicadas (aunque no resulten éstas precisamente coincidentes, poniendo en evidencia el sesgo ideológico de los media que los difunden), es que, no solo ningún partido alcanzará la mayoría suficiente para gobernar en solitario, sino que no será posible formar gobierno estable, porque las posibles coaliciones de partidos con supuestas simpatías de fondo, no alcanzan a generar una mayoría suficiente.

Esta situación de aparente bloqueo, y que obligaría a convocar nuevas elecciones (llevamos una por año de media en este sufrido país), reproduciendo un día de la marmota sin visos de culminación, surge como consecuencia de la confluencia de varias “líneas rojas” absolutamente injustificables, en los planteamientos programáticos de los cinco partidos principales que concurren a las urnas.

  1. Se ha construido la fantasía de dos bloques antagónicos: el de la derecha, conformado por el PP, Ciudadanos y Vox; y el de izquierda, al que se adscriben PSOE y Unidas-Podemos. Estos partidos, sin embargo, no forman entre sí coaliciones naturales, pues en los debates públicos y en los muchos mítines en donde se han expresado las ideas principales en liza, se ha puesto de manifiesto que no comparten sustanciales aspectos de gobierno y que las tensiones personales son altas. Si se trata de un recurso mediático, resultaría que juegan con nuestra atención emocional, y que mienten en sus enfrentamientos para entretenernos o prerender confundirnos.

    Por la derecha, hay discrepancias en la configuración del mapa autonómico, el aumento de la centralidad, la política migratoria, el incremento de los recursos del Estado o la actuación para paliar la despoblación de ambas áreas del país. Desde luego, poco se ha hablado del impulso a la investigación y a la creación de empresas, al sostenimiento de la economía de bienestar sin subir impuestos o a la reforma de la Ley Universitaria, por dar solo algunas pinceladas sobre las carencias.Además, la consistencia ideológica del grupo de Vox, combinando retazos de la nostalgia de los tiempos franquistas, revisión de líneas básicas de la Constitución y de los Estatutos autonómicos, impregnados de xenofobia y argumentos de trasnochado catolicismo carpetovetónico, empaña de tremendas dudas el tipo de acuerdo que pudiera aglutinar a esta formación con los otros dos partidos de signo conservador. Para quienes, en su momento, valorando sobre todo el programa económico de Luis Garicano, habíamos creído en las ventajas de una coalición PSOE-Ciudadanos, la deriva de Albert Rivera, condenándose al suicidio político y malversando el caudal político que poseía la formación naranja, no dejará de sorprendernos.

    En la zona de las esencias de la izquierda, terriblemente adulteradas por abandono ideológico y oportunismo político, figuran dos formaciones que aparecen como irreconciliables, como, por otra parte, siempre lo han sido socialistas y comunistas. Ahora, además, los comunistas se han unido al populismo menos fiable, por lo que se puede vaticinar que surgirán tremendos choques ideológicos si, necesitado de ayudas para conseguir la mayoría, el grupo de Pedro Sánchez pretende el apoyo de la pareja Iglesias-Montero, arrastrando éstos últimos de sus pelos al difuminado Garzón hacia  una frágil coalición de circunstancias. Nada cuento para el caso, en que,  como parece previsible, se precisara para terminar la extraña amalgama de cohesión imposible a los partidos nacionalistas de las dos regiones constitucionalmente preferidas, aumentando el panorama variopinto de intereses del capital  en España. El cóctel destructivo parece garantizado y unas nuevas elecciones, en puertas.

  2.  La única opción viable, dando por presupuesto que debe contar con estabilidad suficiente y sin saltarse la necesidad de un respeto constitucional básico (a la Monarquía, a la democracia establecida, a la atención social y al respeto al orden y a la ley), manteniendo o recuperando la credibilidad internacional y con la posibilidad de contar con claro apoyo de los grandes grupos empresariales y, de paso,  gozar de suficiente calma social,  sigue siendo el apoyo de Ciudadanos a un PSOE que obtuviera suficientes votos. Si el PSOE obtiene una mayoría insuficiente, que no le permita gobernar en coalición con Unidas-Podemos (combinación ideológicamente inestable, como tengo escrito, y terrible para nuestra economía), la mirada tendría que dirigirse hacia la abstención del PP y el apoyo de Ciudadanos. Desde esta perspectiva, el voto útil para mí sería votar a Ciudadanos, aún cerrando los ojos a la pésima campaña y a los riesgos de que ese voto engorde la opción PP-Ciudadanos-Vox, igualmente inestable y peligrosa en extremo para la tranquilidad social que debería pretenderse.
  3. Me temo, sin embargo, que la abstención el día 10 de noviembre será muy alta, y que los votantes potenciales más desengañados (y que no acudirán, por tanto, a la llamada a las urnas, serán, precisamente, los que podrían optar por Ciudadanos y el PSOE.

    A esto hemos llegado. Acudamos a votar, aunque debamos cerrar los ojos y tapar las narices ante el oscuro panorama.
    —

Tengo que insistir, y lo haré hasta agotar existencias (tengo editados 1.000 ejemplares, de los que, por el momento, llevo vendidos unos 300 ejemplares), para que mis lectores se animen a comprar el libro Sonetos del Hospital, que espero sepan apreciar no solo como aceptable literatura, sino, también porque estarán apoyando con 5 euros por cada compra a la Asociación Española contra el Cáncer.

Aquí tienen el enlace, amigos.

Compra el libro “Sonetos desde el hospital”

La voraz avispa asiática (vespa velutina) es una invasora que mata y devora incluso a las abejas domésticas (vespa melífera), convirtiendo las entradas de sus colmenas en un campo de batalla con final predecible. Estos gigantes de entre los véspidos, de tamaño tres veces superior al de las industriosas abejas, ávido por su miel, no concede tregua ni compasión y acaba matando a todas las que se oponen a su intromisión, por lo que están desapareciendo las melíferas allí donde se van implantando.

Dicen que el avispón autóctono (vespa cabro), de aproximadamente el tamaño de la velutina, es la esperanza para vencer esta calamidad biológica que azota a abejas y colmeneros. Me permito dudarlo. He presenciado algunas luchas entre los dos pesos pesados y la alóctona sale vendedora, dejando un cadáver o un cuerpo muy maltrecho por testigo del lance, salvo en los casos en que el confiado avispón levantó el vuelo a tiempo.

Tengo para mí que la única forma de combatir eficientemente a esta especie que nos va tomando el terreno de las que nos son beneficiosas, ya que no valen medias tintas ni se puede parlamentar con las velutinas, es destruirlas en sus nidos, capturando vivas a sus congéneres y haciéndolas portadoras de veneno hasta sus nidos, que contagie del mismo a todas las que habitan con ellas, matándolas.

 

Publicado en: Actualidad, Poesía, Política Etiquetado como: AECC, bloqueo, donación, elecciones, libro, Sonetos desde el Hospital, votaciones, voto útil

La evolución de China novelada por una periodista

10 mayo, 2018 By amarias Deja un comentario

Georgina Higueras, periodista, ha escrito una novela sobre China ofreciendo al lector una visión personal, intensa, de dos momentos de la historia reciente de ese macro-país. Lo hace utilizando y, en mi opinión, muy bien, el recurso literario de hacer que la protagonista vuelva a China después de varios años, tratando de reencontrarse con una amiga de la que perdió la pista desde la época en que estudió allí.

Georgina no renuncia a su formación periodista para poner en pie su relato. “En busca de mi hermana china” (Edit. La esfera de los Libros, S.L., 2018). En realidad, el argumento literario se resume con precisas pinceladas en la propia carátula del libro: A finales de los setenta, muerto ya Mao, Beatriz, una española estudiante de postgrado en Historia, obtiene una beca para estudiar en Beida (la Universidad de Pekín) y se hace amiga de Zhou Xin, estudiante de arqueología. Treinta años después, sin haber tenido contacto entre ambas, con una vida compleja tras de sí, Beatriz vuelve a China para reencontrarse con Xin.

Pero la novela es un repaso muy interesante, contado desde el conocimiento, desde dentro -y con una visión crítica y culta del país- de los acontecimientos históricos y la cultura, desde la perspectiva de los convencionalismos, los oportunismos personales y las posiciones ideológicas cambiantes.

La narración está separada en breves capítulos, con títulos que parecerían el encabezado de artículos periodísticos. La formación/deformación de la licenciada en ciencias de contar cosas, se advierte también en la manera en que se detalla la conversación con algunos de los personajes de la novela, que parecen responder a un cuestionario. Todo ello, lejos de hacer perder agilidad al relato, lo introduce en una zona de gran atractivo: conocer detalles de la vida y de la política chinas, contada por hombres y mujeres a los que es imposible no conceder una existencia real.

No se lo que tiene de autobiográfico la novela de Georgina. Seguramente, en lo que corresponde a la visión del país, del ambiente universitario de la ciudad de Pekín, e encanto de los descubrimientos arqueológicos de Xi´an, y, muy en particular, al perfil detallado de algunos personajes, bastante.

Cuando alguien lee la novela de un amigo -y Georgina lo es, y cuenta con mi aprecio profesional como uno de los mejores periodistas de este país- puede correr el riesgo de tratar de identificar pasajes y momentos con la vida real del autor/autora. Esa tentación no tiene interés para mí. La novela me pareció sugerente, espléndida en su concepción de contar lo que alguien sabe de un país aún misterioso, al margen de los eruditos (y falsarios en gran medida) libros de economía o historia académicos.

Le encontré un aliciente más, que me recordó -en una asimilación de ideas sorprendente, incluso para mí- “La naranja mecánica”, de Kubrick, en la que los malvados protagonistas incorporan palabras y expresiones rusas cuando hablan entre sí. Los principales personajes de Georgina son gente buena, de ética irreprochable, de un bilingüismo contagioso. He anotado, por curiosidad, las palabras y expresiones chinas -traducidas al español- que se vierten en la novela. Más de doscientas. Constituye, en este sentido, también un acicate para iniciarse en este complejo e imprescindible idioma del presente y, claro, del futuro.

Un libro, en fin, entretenido y, al mismo tiempo, ilustrativo.


La portada del Libro del que hago corta recensión en este Comentario es magnífica (tomada, por lo que creo deducir de AGE Fotostock, y con derechos de autor). Me permito, por tanto, ilustrarlo con una de las más hermosas fotografías que he tomado recientemente, en homenaje a Georgina y a nuestra amistad.

Se trata de una pareja de camachuelos (Pyrrhula pyrrhula), fringílidos de aspecto inconfundible, discretos en su comportamiento (aunque no se puede decir que sean tímidos), que se pueden encontrar con alguna frecuencia en las zonas de sotobosque y hayedos del norte. Esta pareja nidificante, en concreto, posó para mí en la frontera de un bosque de castaños bastante abandonado y una pomarada cercana al río Narcea.

Publicado en: Actualidad, China, Cultura, Economía, Literatura, Tecnologías Etiquetado como: camachuelo, China, Georigina Higueras, la hermana china, libro

Otras gentes:(4) Gentes del libro

29 agosto, 2017 By amarias Deja un comentario

Según la versión clásica del Islamismo y su relación con el derecho, “gentes del libro” son aquellos que practican una de las tres religiones monoteístas que tienen su base en el Antiguo Testamento: cristianismo, judaísmo e islamismo, considerado por todas ellas un libro sagrado.

Cuando  la península ibérica estuvo casi totalmente bajo dominio musulmán, estas gentes o pueblos Libro (gente de la dhimmah) vivían bajo la protección del sultán, siendo sus derechos y deberes diferentes, pudiendo practicar su fe y mantener determinadas prerrogativas a cambio de impuestos, que eran muy superiores para los no islamistas.

La reaparición de la yihad, guerra santa por causa de Dios, -invocada por fanáticos del Islam que, en versiones bastante incoherentes entre sí e ininteligibles desde una posición moderna y deontológica, pretenden implantar una interpretación rígida de los preceptos supuestamente transmitidos por un arcángel al profeta, y no dudan en inmolarse o cometer atentados indiscriminados contra poblaciones que disfrutan de la libertad que han traído la implantación de sistemas democráticos y, en general, oficialmente no confesionales-, ha conmovido la sensación de seguridad de las democracias occidentales.

El vertiginoso envenenamiento de las pacíficas concepciones del Islam, en que, como se esfuerzan en repetir creyentes, admiradores o antiguos educandos en esa religión, se basan sus preceptos, ha aportado incomprensión y recelo hacia todos los practicantes de la doctrina de Mahoma.

Nos sentimos directamente amenazados por estos fanáticos, y, en la confusión entre creyentes y radicalizados, muchos ven en cualquier musulmán -incluso en quienes tienen aspecto árabe, cobrizo o negroide- un potencial sospechoso, un enemigo de nuestra libertad.

Contagioso, el mal está extendido por doquier y no resulta posible identificar una sola causa de la difusión de adeptos a esa doctrina herética. Se propaga utilizando promesas de placeres terrenales y futuros, concentrando extorsiones que implican manejos de dinero y poder, adobando mentiras, lanzando amenazas y provocando terror; es alimentado por drogas, robos y saqueos, no desdeña el ejercicio de autoridad malsana, se cuela como presión de grupo contra crédulos, necesitados, iluminados o sicópatas, supone la falsificación de la historia y el desprecio a la interpretación humanista del Corán, se apoya en la marginación y pobreza reales, crea y mantiene guetos, ritos y vestimentas que separan y se retroalimentan.

Cierto que quienes invocan el nombre de Alá, para embarcarse en acciones terroristas que han causado ya decenas de miles de víctimas civiles (en el sentido o acepción de “no militares”) proliferan con mayor intensidad en países en los que la religión islámica es oficial o de seguimiento mayoritario, pero desde el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York, son muchos, harto frecuentes, y con efecto mediático muy alto por sus características de actuación indiscriminada, los individuos radicalizados que actúan en Occidente y,  especialmente, en Europa.

El atentado sufrido por pacíficos transeúntes de las Ramblas de Barcelona, el 17 de agosto de 2017, perpetrado por un grupo de individuos, al parecer dirigidos por un imán de Ripoll, y cuya extensión y número aún no está completamente clarificado, ha puesto de manifiesto demasiadas cosas para dejarlas en la nube de la ignorancia. He aquí algunas:

  1. Los terroristas yihadistas, son la mayor amenaza actual contra la seguridad ciudadana. Puede que no consigan amedrentar ni afectar a la libertad ambulatoria de la inmensa mayoría, pero la diversidad de sus métodos y su misma existencia, con células que se han formado y crecido en el territorio europeo (y, en lo que más nos afecta, español), y, por tanto, camufladas como “ciudadanos normales”, exige una actuación policial y de las fuerzas de seguridad, coordinada, seria, inteligente, completa. Esta actuación ha de desarrollarse también, contando con la colaboración ciudadana: hay riesgo también de radicalización de fanáticos en la permisividad y la excesiva  tolerancia cuando está en peligro nuestra vida y la de ciudadanos pacíficos, que nada quieren entender ni saber de esa antihistórica, antiética y criminal iniciativa religiosa. Se nos pide que no nos amedrentemos, y puede que, en general, se consiga -aunque las limitaciones ya existen, y los gastos extras por la seguridad, aumentan-, pero debemos también ser vigilantes y actuar defensivamente ante el riesgo. Ignorar al otro, al semejante, genera un espacio de ocultación para el diferente, el potencial asesino, el fanático que usa la religión como justificación mortífera.
  2. La falta de coordinación policial, los errores y omisiones en la transmisión de información sobre individuos peligrosos o en vías de radicalización, es inadmisible. Da lo mismo que sean treinta mil o cien mil los radicalizados con perfil criminal. Las redes de información, en una época digital y de comunicaciones, han de funcionar a la perfección y no hay excusa para que no haya sido así, para que no sea así. Cierto que la policía no puede vigilar a todo sospechoso (no sería admisible legalmente), pero los atentados han demostrado que no existen “lobos solitarios”, sino grupos coordinados, dirigidos por cabecillas extremistas, educados en la interpretación elucubrante de la doctrina de Mahoma, amparados en su libertad -la nuestra, la que deseamos para nuestra sociedad- para urdir actos terroristas.
  3. Nuestra sociedad, devenida fundamental agnóstica, e incluso crítica de valores históricos vinculados a la religión cristiana, ha caído en la trampa de una excesiva tolerancia. Nuestros representantes públicos se abrazan sonrientes con sátrapas y tiranos nuestras ministras y empresarias se ponen la mantilla o visten “con recato” para no contrariar o escandalizar con la exhibición de su cabellera, sus brazos o piernas al descubierto…y aquí nos hemos acostumbrado a la visión de una pobre mujer cubierta con velo hasta las cejas y con un paño que tapa hasta la menor curva de su sobrepeso, acompañada por un tipo en camiseta que mira sin ocultar su apetencia rijosa ante cualquiera fémina infiel en pantalón corto.
    En fin, si queremos abortar definitivamente esta lacra que nos ha surgido, abandonemos -al menos, de momento- la idea de llevar a la democracia a países islámicos, aplaudiendo primaveras árabes conducidas por un par de centenares de jóvenes voluntariosos concentrados en una plaza pública.  Controlemos el comercio de armas  (también, al detalle), preocupémonos de la verdad de la integración de los inmigrantes y mejoremos hasta el límite la bondad de nuestra policía contra esa delincuencia organizada, que no dude en utilizar cualquier medio para atentar. Y alertemos a los pacíficos contra los excesos de confianza.
  4. Y, como cristianos, judíos, agnósticos o practicantes de cualquiera de los múltiples
    caminos para solucionar nuestra necesidad de explicar nuestra existencia, podemos recordar lo que ya Gilles Kepel en 2000 escribía en su libro “La Yihad” -aparte de algunas equivocaciones de perspectiva que se detectan desde la evolución posterior del terrorismo islámico, al que daba por prácticamente finiquitado-: “El declive de la ideología abre a los musulmanes un vasto espectro para determinar su futuro y emanciparse del corsé dogmático (…)” enlazando con la tradición de sus sociedades que “se caracteriza  por una extrema plasticidad en cuanto a las mutaciones del universo”.
    Esta plasticidad es la que debería unir, hoy más que nunca, a las gentes del libro, con los agnósticos, y los demás creyentes, en la ética universal que, para muchos -entre los que me cuento- es la doctrina suprema del ser humano.
    —-
    Mientras estaba a la caza de una buena fotografía de avutardas, en Villafáfila, esta  avecilla vino a posarse sobre un murete cercano, con graciosos revoloteos. Es un macho de lavandera boyera (motacilla flava), con su plumaje de verano, que gusta de los campos de alfalfa, para criar, y que abandonara en el invierno.

La hembra y el ave joven  pueden confundirse con la bisbita campestre, que tiene el mismo porte, mismos hábitats (en tierras pan llevar ibéricas).

 

Publicado en: Actualidad, Política, Religión Etiquetado como: islamismo, libertad, libro, motacilla, policía, radicales, Ramblas, religión, seguridad, terroristas, vigilancia, Villafáfila

¡Ay, Carmena!

1 abril, 2016 By amarias 1 comentario

Como en mi casa no caben ya más libros, pero las bibliotecas públicas están cada vez más surtidas, sigo leyendo mucho y rápido, pero compro pocos. Uno de los últimos es “Por qué las cosas pueden ser diferentes (Reflexiones de una jueza)” (Ed. Clave Intelectual, 2014). Autora: Manuela Carmena. El ejemplar que tengo corresponde a su 6ª Edición.

La portada es una foto de la alcaldesa actual de Madrid, de pie, con las manos sobre el manillar de una bicicleta que, si la vista y Google no me engañan, es un artefacto de la marca y subespecie Specialized Expedition Sport FR Mujer 2014, accesible por 529 euros. La magistrada-jueza lleva zapatos de tacón, lo que indicaría que no viene precisamente de un paseo por el bosque, y la instantánea está tomada, seguramente, en su casa -se ve el arranque de una escalera de caracol, y hay un cuadro de una joven Manuela, pensativa, con una mirada algo melancólica.

En la imagen más actual, la agarrada a la bicicleta, Manuela mira a la cámara desde arriba, con la inconfundible expresión del que piensa: “A ver si terminas de una vez, que tengo otras cosas que hacer”.

Me apresuro a decir que me cae bien esta señora. La defiendo siempre que ha lugar -y no faltan- porque siento que es de los míos: no hemos hecho nada de relumblón, de eso que el stablishment considera importante (yo, por lo menos, hasta ahora; ella, hasta mayo de 2015), pero lo tenemos currado, y bien curriculado. Manuela Carmena lo cuenta en su libro, con detalles que, si no se tienen puestas las gafas de entender, podrán parecer un tanto triviales, acaso, ñoños. Tal vez, presuntuosos.

Ni hablar. Su vida es una vida muy seria, consistente, coherente de principios a fines. Así me parece, y no la conocía de nada, ni la conozco más que de lo que he leído y visto, de ella y sobre ella. En parte, su vida es la de una pulpesa en sempiternos garajes. Salir viva, incluso de atentados mortales, es un milagro.

La que sería alcaldesa -la primera edición de este libro data de abril de 2014- nos cuenta, al final de sus páginas, que en 2013 constituyó la sociedad “Yayos Emprendedores S.L.” Por si me lee un marciano, yayos son los abuelos, porque la autora quería “transmitir la idea de que los abuelos, los viejos, tenemos una enorme capacidad de emprender, de idear y de inventar”. Y más adelante: “Los viejos emprendedores podemos ser como una especie de puente de todo el causal de nuestras vivencias para los que ahora están comenzando sus propias vidas personales o sociales” (pág, 285).

El libro no tiene desperdicio, y entiendo bien que lleve muchas ediciones. Es una confesión de una campaña persistente, personal, en algunos momentos, íntima, en un campo de batalla. Puede ser tenido por la labor de una mezcla de dama de la Cruz Roja con uniforme de coronela de intendencias. Lo leí con fruición, que es un antídoto estupendo contra la vulgaridad que nos rodea.

Manuela Carmena es de mi partido político. En él militan muchas gentes independientes -no pocos de entre ellos, se consideran centro, pero que no saben lo que son en realidad-,  algunos pertenecen a las derechas prudentes, no pocos vienen de la izquierda consecuente, quedan unos pocos de la izquierda irredenta.

No me importa lo que piensan, sino lo que hacen. No se ponen a discutir lo que hay que hacer, ni se pasan días perfilando puntos de coincidencia que no encuentran en los programas, no se preocupan de colocar a la familia o amigos en los lugares para los que tienen alguna mano. Tratan de agrupar, reunir, sacar lo mejor de los equipos que tienen a sus órdenes; y, aún más curioso, dan pocas órdenes; señalan las rutas con el ejemplo.

Me llamó la atención, en especial, el tratamiento que la jueza-magistrada hace de la observación de la corrupción en la Justicia. Si hay algo más antagónico, supongo, es Justicia-Corrupción.

Hace Carmena un buen análisis de las oposiciones a juez, que compartimos muchos. El esfuerzo por la memorización de temas jurídicos sin conexión con la sociedad, la dura preparación para la oposición como meta y no como salida (el retruécano es mío), la falta de experiencia en la vida real para juzgar, justamente, casos reales, etapas que jalonan un currículum tempranero que superan jóvenes de menos de 30 años para “adquirir seguridad” y que, desde entonces, se ven encumbrados al poder de decidir sobre la vida de los demás.

Pero donde lleva la cesta llena de sembrar asombros a ignorantes es cuando nos cuenta lo que descubrió en su paso por los Juzgados. La tasa PSC (Por si cuela), las ayudas a algunos funcionarios para que se pierda algún expediente, las dietas  oscuras, el reparto “aleatorio” de los asuntos. la asignación de interventores concursales por complicidad.

Es una lástima que no haya pasado por el mundo de la empresa, porque nos hubiera ilustrado, con su desparpajo -el del que está de vuelta y ha sobrevivido- sobre lo que ha tenido que suceder en las relaciones entre las administraciones públicas y los contratistas. Nos ahorraríamos así muchos ayes y manos a la cabeza.

La abuela Carmena está ahora en una nueva batalla, de la que no sé si saldrá un nuevo libro, pero de la que sí deseo que salga, no solo incólume, sino reforzada. No se cuánto lleva analizado de ese Ayuntamiento de Madrid en el que no le faltarán capítulos para llenar con anécdotas. Si tiene tiempo para invitarme a un café con pastas, yo puedo contarle algunas historias enjundiosas.

Y, por favor, que en la próxima portada, se haga fotografiar con zapatillas de deporte, chándal y bicicleta de montaña. No hace falta que sean de marca, basta con que le funcionen dos o tres marchas, que hay mucha oferta de segunda mano.

 

 

 

Publicado en: Actualidad, Administraciones públcias, Administraciones públicas, Cultura, Derecho, Economía Etiquetado como: alcaldesa, clave intelectual, corrupción, cosas, diferentes, libro, Madrid, Manuela Carmena

Mi Diccionario desvergonzado (10): libro, árbol, calzoncillo, milagro, tajalápices

29 junio, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

Libro: Adorno de forma prismática, con cubiertas algo más duras que el interior, formado por hojas de papel, que se coloca en las estanterías de los muebles de exposición en ciertos comercios; como curiosidad, las hojas son blancas salvo en Ikea, que están impresas en un dialecto parecido al euskera, llamado sueco.

Arbol: 1. Perteneciente a ciertas especies vegetales (siendo los más conocidas, el plágano, el magnolio y el ciruelo japonés) que, en las ciudades, se planta en los alcorques y en los jardines de las Comunidades de vecinos con la pretensión de ocultar el bosque de edificios de cemento que le rodea, y que puede llegar a ser muy molesto cuando crece. 2. Producto industrial que se utiliza para hacer conglomerado, como materia prima en una papelera o como combustible, recibiendo en este último caso el nombre técnico de biomasa. Véase: biomasa.

Calzoncillo: Prenda masculina, parecida a las bragas, pero con abertura delantera, que evitaba que se mancharan los pantalones y con la que los hombres procuraban no mostrarse en público, por pudor; ha sido sustituída por los boxer, que, convertidos en artículo de exhibición, vienen provistos de apéndices que simulan un paquete. Usase también en plural (la palabra); la prenda no se suele compartir. Véase: bragas, boxer.

Milagro: 1. Hecho sobrenatural que puede ser explicado de manera muy sencilla, cuando se tienen todos los datos. 2. Dícese de un suceso con escasa probabilidad de ocurrencia, como que toque la Lotería, encontrar un político que actúe guiado exclusivamente por el bien público, o un pedante que tenga razón. Véase: Virgen, político.

Tajalápices: Palabra que usan los asturianos para designar al sacapuntas, y que provoca la hilaridad de quienes les escuchan, sobre todo, de los madrileños, que aparentan no comprenderles; como otras palabras, tales como chiscar, cagoenmimanto, carne gobernada o sofito, forma parte del amplio y rico vocabulario que constituye un idioma ancestral llamado bable, hoy perdido salvo su acento y que, en alarde creativo, se enseña en cierta Facultad de filología, en enseñanza impartida rigurosamente por profesores leoneses. Véase: cazurro, chiscar, cagoenmimanto.

Publicado en: Actualidad, Diccionario desvergonzado Etiquetado como: árbol, calzoncillo, libro, milagro, tajalápices

Títulos para un éxito de ventas (y 2)

22 marzo, 2013 By amarias2013 1 comentario

(Este comentario es continuación del anterior, y lleva por ello el mismo título, formando con él parte inseparable).

Estos serían algunos títulos de obras que no es necesario que nadie escriba, pero que, en mi opinión y a falta de que el mercado editorial sancione este criterio (lo que, claro está, no hará nunca, con lo que la duda permanecerá), serían éxitos de ventas. Con la consecuencia de que prácticamente todo el mundo hablaría de ellos -como suele hacerse con los bestseller, que nadie se atreve a reconocer que no ha leído-.

Pero, en este caso la imposibilidad para leer un libro que no está escrito es absoluta.

1. Libros de ficción:

Revelaciones póstumas de un Papa emérito: la verdad
La Historia de la humanidad contada por el primer asno diplomado
Por fin: Arbol genealógico completo (verdadero) de la especie humana
Cómo llevar una contabilidad B correctamente
Convierta su maceta preferida en un jardín botánico envidia de los vecinos
Peligros venéreos del amor desmedido a los animales
Predecir el tiempo sin salir de casa ni mirar por la ventana: Meteosat

2. Libros de amor y lujo

Prácticas sexuales en lugares confinados: conventos, cárceles y partidos políticos
Heroína por vocación: carrera política de la cuna a las camas
S.E.D. nació en la cola del paro
Pros y contras de tener como amante a un compañero de trabajo, cuando se pierde éste
Primavera en el otoño y otros misterios sexuales al descubierto: porqué no funciona
Persianas bajadas. Viajar en tiempos de crisis. Conócete a tí mismo.

3. Libros de filosofía

El porvenir: una mirada retrospectiva
Cómo organizar una guerra civil sin recursos
Sentido de la vida y otros sentidos
Angustia existencial en el Paraíso. El problema de la eternidad
Pecados, expiación y cachondeo. Conciencia laxa y felicidad

4. Libros de motivación empresarial

El empresario que lo perdió todo y aún tuvo el arrojo de contarlo antes de quemarse a lo bonzo
Cómo montar una empresa sin tener ni puta idea
No pierdas la esperanza: es muy difícil volver a encontrarla
Autoayuda para responsables de promoción industrial
Aprenda en una noche lo imprescindible para ser Ministro y disfrute de una pensión de ensueño
Crédulos y patanes, la combinación letal
La esposa que descubrió que su marido no se quedaba trabajando hasta tarde en la oficina pero no se lo dijo jamás
¿Quién me ha robado la ilusión de que esto tiene remedio?

5. Política y Sociedad

Programa real del Partido Popular
Programa real del Partido Socialista
Programa real de Izquierda Unida-Los Verdes
Programa real de Unión, Progreso y Democracia
Programa real de Equo
Programa de la Sociedad Civil
Programa de otros Partidos a constituir
Análisis fehaciente de la situación económica española y medidas a adoptar

(etc.)

Publicado en: Cultura Etiquetado como: amor y lujo, árbol, bestseller, contabilidad B, éxito de ventas, ficción, genálógico, historia de la humanidad, libro, títulos

Títulos para un éxito de ventas (1)

21 marzo, 2013 By amarias2013 Deja un comentario

Estoy convencido de que la inmensa mayoría de las obras literarias que se han convertido en éxito de ventas se lo deben al título. No al contenido, sino a lo que figura en la portada.

Tengo serias razones para rebajar el mérito de un futuro bestseller a la correcta elección de unas cuantas palabras, pero me remito a la constatación de que muy pocos libros se leen, por lo que la llamada de atención al comprador no se consigue por los contenidos, sino que se confía a la cubierta.

Los artistas gráficos están en su derecho al poner el grito en el cielo ante esta reflexión que parece despreciar su trabajo. No lo pretendo. Solo que como tampoco ellos leen el libro del que han recibido el encargo de confeccionar el diseño de las tapas, me remito por la propiedad transitiva a traslativa a la aseveración primera.

Desde niño me he venido fijando en los títulos de las portadas, e imaginado qué podrían contener los volúmenes que amparaban, antes de leerlos. No se vea en ello un desvarío, ni una intención de emular al autor, ni adelantar o perjudicar al juicio que me merecería posteriormente la lectura. Era, simplemente, un impulso irreprimible.

Tengo, también, una colección de títulos posibles para novelas y cuentos que, por supuesto, nunca escribiré. Si mi elucubración fuera verdadera, bastaría con encargar a un buen grafista la portada, y ofrecer al comprador unas cuantas (entre cien y cientocincuenta) páginas en blanco. Apuesto a que pocos se darían cuenta que falta la historia. Aunque también puede servir para estimular la imaginación del no-lector, animándole a que escriba su relato.

Lo que no perdono es que me cambien el título de una novela que he leído y que me ha gustado. Me han regalado un ejemplar de “La Señora Bovary”, cuyo autor es Gustave Flaubert. Parece que es el mismo escritor que puso en circulación a mediados del XIX la obra cumbre del romanticismo francés “Madame Bovary” (1). Pero con ese título no me apetece ni leerla ni volver a leerla, en caso de que sea, como obviamente supongo, la misma.

(continuará)
—
(1) Madame Bovary sugiere, antes de haber leído ni la primera página, una señora de vida licenciosa, oculta bajo una apariencia respetable; esto es, una historia interesante. Señora Bovary me hace imaginar a una gordinflona matrona invitando, a gritos desde la puerta de la consulta, a la consorte de un funcionario consistorial con ese apellido ridículo a que pase al paritorio.

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