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Varios poemas entre 1992 y 2005

8 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

Aunque cada uno de  mis libros forma una unidad temática, ofrezco aquí algunos de ellos, extraídos de contexto, como una pequeña muestra de mi creación poética. La mayor parte de mi producción está inédita.

5

En otra primavera
-otro país, época, distancia-
tú y yo seríamos tan libres
que no harían falta versos.

En otra primavera
tus labios se unirían a los míos
sin máximos reparos
y no habría esta atmósfera imposible
alertándonos de peligros, tensando.

Pero esta primavera
todo está sembrado de obstáculos difíciles,
explotan las verdades en las manos,
-nos vemos a hurtadillas,
la buhardilla se te clava en los ijares
y está el tiempo erizado de espinas aceradas-,
se nos cruzan caminos tal vez incompatibles
con la verdad de la Biblia, mira tú qué cosas.

Hay demonios que acechan,
enarbolando tribales exigencias,
y tú me dices que no, que somos demasiado
frágiles para ignorar,
y yo te digo que sí, sumisos harto
para dejar de acatar sus órdenes profundas,
me duelen los ijares.

En esta primavera,
te resistes
con ríos de preguntas,
no atiendes mis avances,
te defiendes con tantas energías
que niegas evidencias,
te escapas
como si yo fuera amando, tu verdugo.

Tu oficio es impedir que surjan hechos,
atajar nonatas realidades
y sumergirnos en atmósferas de tedios,
mudando mi tensión en ansia intacta,
ahogando mi deseo,
repitiéndote, (pero si yo no los creo),
conjuros de desastres,
castigos insufribles, rotas ansias.

Prefieres mantener el aura de divina,
tú antaño pecadora de ansias, posas ritmos,
alcahueta que fuiste de otros gozos,
cántara rehecha en rotos trozos, azúcar, hoy no sales
al aire desnuda sin nada que ocultar,
transparentándote.

Valga tu triunfo.
Esta primavera
cierra tus accesos, domina
los resortes íntimos del goce,
niega la posibilidad de que esto nuestro
al no llamarse nunca amor, tenga sentido.
Deja hablar a las cunas bendecidas
miente al deseo, ignora al cuerpo, deja
que ganen posiciones
las santas esperanzas,
despréciame sin miedo,
mécete con sagradas utopías,
repite que nada cambiará,
cumplirás las normas, pedirás perdón,
pero sálvate tú, di
que ya ha sido.

34

Asomado al precipicio de mi otoño,
entre silencios incrédulos, preguntas insolente,
expresas que asistes al comienzo de mi ruina
desde el sólido teorema de tu curiosidad juvenil,
y mientras ya presiento los fríos en la espalda,
se me van cayendo ilusiones a destajo,
te cuento que encuentro cada vez más a menudo
dudas, pelos y sangre en el lavabo,
tú mantienes la sonrisa al pasar, tomas el aire
de quien no necesita comprender, ningún fallo perdonas.

Hoy noto cómo mis ojeras se perfilan
contra tus firmes mejillas sonrosadas,
sorprendo a mis manos ocupando con torpeza
su lugar en tus senos seguros,
mañana será la tos la que delate el contraste
con tu bella canción de cuna adolescente, me saludas,
y cada vez que me pides un favor,
que intente abandonar esta tristeza,
entran a raudales las fiestas de tus nuevos maestros y amigos.

Sé que me abandonas, cuanto más necesita mi cuerpo arrugado
el desnudo de espaldas de tus nalgas rotundas,
hace tiempo que veo cómo aumenta el desfase
entre tu juventud, -las cosas que tú haces-, y mi utopía,
la de cosas que ya no puedo hacer.

Aterrado del torpe alcance que puedo dar a mis palabras,
rendido a tu amor, perdido y tosco, me hago el loco
a la verdad de tu vida,
mientras te enseño lo poco que aun sé de dibujo y geometría.

(1992, Sin herencia precisa, @angelmanuelarias)

13

Pervirtiendo a los mayores

No era más que una niña cuando le apuntaron los pechos
y los muchachos del barrio se dieron cuenta al unísono
de que amaba los caramelos tanto como las carantoñas
y con la excusa de que no querían
que se malograse fuera de allí,
le compraban  juguetes y dulces para mancillar sus razones.

Ella supo por intuición distinguir que el juego era perverso:
mientras crecía, amplió su campo de acción
con nuevas pruebas
y después de superarlas todas, le parecieron más sencillas
que el examen de conducir o más oscuras
que las preguntas de un padre si llegas tarde a casa.

Hizo muchos amigos, y como invertía en reacciones el dinero,
perfeccionó sin querer los modales de princesa,
segura por sí misma de que nada le haría daño, siendo inmune
a cualquier tontería, pudiendo volver cuando quisiera
al otro lado del espejo, donde guardaba, intacta,
su sonrisa de niña buena a la que le gustaban los caramelos y las bromas.

Tiene sus muchos juguetes abandonados por el cuarto,
cuenta su madre, que aún se conserva bien cuanto dejó,
por si vuelve algún día, y llorando matiza
que ha movido mucho desde entonces,
maldiciendo a Dios que la hizo guapa.

IV

Veo con pavor
que lo has previsto todo, desde yacijas y tálamos
hasta las menores minucias, el condón y las tijeras.

Antes de que apareciera por tu puerta
has calculado la íntima satisfacción
que me produciría perder hasta la noción de mi yo.

No puedo articular palabra mientras te desnudo
mientras me hablas de lo bien organizada
que está tu ciudad, de lo mucho que falta
para que los demás se den cuenta –obvio-
de que soy tu personaje,
de que no valgo más
que puesto en tu regazo,
invento del deseo que habita entre mis piernas.

Yo, que no me doblego ante nadie
caigo a la primera cuando sopla tu viento,
escorado por las buenas a tu lado.

V

Cuando me notas a punto de desfallecer, desvelas el regalo
que me traes en esa caja de juguetes: tu sonrisa,
la manera de entretener con trozos que pueden ser pasado,
el momento en que otro como yo, con esta carga al hombro,
no tendría más remedio que estallar en semen o en sollozos.

No es eso solo, no, son muchas más las veces
en que alternando anécdotas con historias inventadas
-así eras tú, ese árbol plantaste, la huella del jardín
pertenece sin duda a tu zapato- me descubres algo de futuro
rebañando en los bordes de mi plato, avanzando
segura entre precipicios de ambos lados.

Bendito seas, lazarillo lleno de voluntad
que me salva paso a paso
del riesgo de caer, ciego como voy, renco y muy feo,
en la zanja de tanta profundidad que cruza de lado a lado,
sin señales ni advertencias, destrozándola por la mitad,
mi propia calle.

VI

Lo que te tengo dicho, las promesas
con las que te convencí para que me franquearas
las puertas, las buenas razones
para que me confundieras con otro,
todo es falso.

Soy un iluso convulsivo,
y esas prendas
las llevo atadas al cuello como un lazo.
Ahora que solo me sirven de lastre.
haré que me tiren al mar, me lo merezco.

No temas por mí,
porque sobreviré también a otro naufragio
y aunque haya tragado mucha rabia,
después de haberme recuperado de los golpes,
al curar tendré la osadía de intentarlo otra vez.

Velando a tu puerta la ocasión propicia
probaré a vencer tu resistencia
apareciendo de sopetón entre tus calmas
con las prisas del viernes por la noche.

VII

Para salvar mi honor
hoy tienes que hacer algo contra mí,
azótame con saña,
dame la patada en el culo, envenéname
con besos apasionados y desdén,
haz que sea pecado
mi aliento de menta y alcanfor
o tu forma infantil de desnudarme,
qué se yo, apuesta por publicar indecorosas
sesiones de fotos con mi nombre y el tuyo,
peor, delátame a otro mundo mejor
por no saber simular ser dios sobre tu vientre,
por haber fingido mal tantas veces
que te conozco de memoria,
por compartir contigo más que infelicidad, desasosiego,
y acabar yéndome siempre por las ramas de tu esencia,
ensuciando como un cerdo tu casa tan bruñida,
todo por los celos,
porque no caigas en la cuenta de lo mucho que me vales.

(Poemas de encargo, 2005, @angelmanuelarias)

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Quédate un poco más (Poema)

6 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

27

Quédate un poco más,
ilumina este instante
con una sonrisa
que no me haga sospechar
de despedida.

¿Me oyes?

He agotado palabras
para expresar torpemente
que quiero ir contigo
sin importarme el bagaje
ni el sitio.

¿Me miras?

Trato de descubrir en tus ojos
las más bellas imágenes
de cuanto nos hizo felices.

Abrazado a tu cuerpo,
me percato
de que no puedo alimentar
por más tiempo
la fantasía de que existo a tu lado,
que este frío
que me penetra hasta el tuétano,
es la prueba
de que soy yo quien se apaga.

(4 de diciembre de 2020, “La advenidad debería debería haberme hecho fuerte”, @angelmanuelarias)


El dibujo corresponde a la colección de apuntes, composiciones a acuarela y a lápiz de mi colección particular, que cuenta con varios miles. Este se titula: “Niño comiendo las sobras de una civilización”. Lo pinté en 2005, en formato DIN A3.

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Conocido aroma familiar, escalera forzosa (Poema)

3 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

16

Primera Precisión de la Forma Habitual

Conocido aroma familia, escalera forzosa
por la que acceder sin saber quién la habita,
esperanza de todas las formas, hastío del premio
que nuestra mano recorre certera y no palpa,
forma que no tiene secreto a los ojos ni despierta apetito,
límites sin novedad que ofrecer a los labios…

Sometida a servir, socio vulgar desde antes de nacer,
legado de manos ajenas que enseña a las nuestras
una herencia explicada, triste fin de lo amado…

Si creció con nosotros, ocupa en silencio su puesto
de perro guardián sin que refleje su rostro
que viene de lejos, que muy rápido agota sorpresas,
convenciendo sin violencia sin argumentos ni voces,
que el tiempo traspasa, que ella pierde con todas las puertas,
que la vida es ausencia, que se nos escapa sin querer…

(“Sin herencia precisa”, 1992, @angelmanuelarias)

32 (I)

Brotaban en la calle, a cientos, las muchachas,
anunciando su propia primavera,
brotaban entre risas, moviendo rápidas sus manos
explicando con gestos apropiados para explicar otras cosas
lo que es el destino,
la confianza, el sordo amor, los frutos de los tiempos;
surgían como garzas aladas, reclamos de falsa nata y flor,
locas palomas, atropellándose las risas las unas a las otras.

Salían del colegio con la lección del mes mal aprendida,
repitiendo a sus madres,
preocupando sin saber con su firma vagar a cientos de varones,
pollos nostálgicos de usos incipientes,
ellas vírgenes en triunfo, ellos anegando las ansias
en ríos de gozo y hiel, libando angustias sin querer,
espléndidos aurigas encallando,
desconocedores aún del poder del humor y la sangre,
mientras ellas -más sabias- les iban regalando esperanzas,
atinando a ciegas, azar, con despertar sus deseos,
perdonando lujurias con sonrisas de monja,
enmelándolo todo.

(“Sin herencia precisa”, 1992, @angelmanuelarias)

 

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Si hubo síntomas (Poema)

2 diciembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

28

Si hubo síntomas,
fueron tan imperceptibles
que no fue posible
tomar las precauciones.
Se levantó, como cada mañana,
con perezas y sueños preteridos.
Abandonar la cama tibia
para adentrarse en la espesura
de un día por hacer
le producía taquicardias.

Se lavó las legañas del reproche,
desayunó zumos de sórdida intención
y devolvió por momentos
las reservas de alcohol a la fresquera.
Tenía planeado ir al Banco
para poner al día la libreta,
pero no la encontró donde quería.
Estaba, como las gafas,
el recado de escribir,
los teléfonos del médico y la asistente social
y los móviles que utilizaba
para animarse después, exactamente,
donde los había dejado
la noche anterior,
cubiertos por las brumas preferidas
del Alzheimer.

Salió a dar un paseo
por la ciudad y saludó
a varios conocidos -o así le parecieron-
con efusión en él desconocida.
Advirtió que llovía,
que era frío el porqué.
que la calle resbalaba y se perdía.

Volvió a casa,
desayunó otra vez,
buscó denodadamente
la libreta y algo que recordar.

Murió sin hacer ruido,
salvo el grito final,
como siempre sucede.
Un hombre ilustre, forzado inventor
de personajes.

77 bis

Para sucesos imposibles, avalancha de limones
sobre tus senos, agrias promesas de ciego amor,
gestos de enfado eterno, sueños compartidos
entre irreconciliables enemigos, y el vuelo desde el último peldaño
alzándome a tocar el cielo desde las alturas de tu grácil cuello.

Para imposible, el reto de construir desde la soledad
con las antiguas pasiones, algo más que turbios resultados.

(“Amar sin tener gozo”, 29 de enero de 2017 @angelmanuelarias)

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Quiero saber tu opinión (Poema con estrambote)

29 noviembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

53

Quisiera saber tu opinión
pero no te precipites.
Estos son los datos:
aficionado a llevar
la contraria; propenso
a encontrar agujeros
en las normas,
empeñado hasta el tuétano
en aventuras malditas:

Tengo firmes, aunque escasos
principios
y un final previsible.

Cuando vuelva de mi paseo
por las contradicciones
que dan sentido a mi vida,
te preguntaré si prefieres
para cenar
huevo frito o tortilla,
y seguiremos
esta conversación.

(9 de febrero de 2017, Amar si tener gozo, @angelmanuelarias)


He puesto un poema (escrito hace más de tres años. aunque mi creación poética creo que tiene un hilo argumental subterráneo, con altibajos, como toda existencia) antes que un comentario sobre política. El comentario es actual, de hoy mismo.

Lo que hay que ganar

Obviamente, somos muchos los españoles a los que preocupa la actual situación económica y política. Lo que me está empezando a alarmar es que se ha hecho más difícil encontrar contraste de opiniones entre ciudadanos, que no sean contertulios de pago en los medios o políticos entrenados a diferenciar sus posturas.

Escasean (por decirlo en positivo) opiniones de empresarios, de filósofos, de sociólogos, de ingenieros, abogados… No se por qué los sindicatos, los colegios profesionales, las asociaciones y clubs de debate están en silencio o no encuentran plataforma de expresión. Por supuesto, la gente normal andan seducida por el fútbol, el demonio del virus, la ignorancia de lo que se avecina o la comprensión de lo que ya tiene en casa.

En consecuencia de la ausencia de debate la sociedad se ha ido polarizando y eso es terrible para la democracia. No hay mas alternativa que lanzarse por el borde del precipicio por el que avanzan o se devanean los otros. Avanzamos hacia un sectarismo adocenado.

No creo que sea un efecto colateral de la Covid, sino una añagaza de mala digestión. Para ese riesgo de recuperar la cooperación, el impulso que produce la discrepancia sana, el cuidado del orden constitucional, de la ley y de los pactos, la coherencia del desarrollo industrial y de servicio, no tenemos vacuna. Tardaremos mucho más en salir a flote, aunque no dudo que la fuerza vital acabará imperándose sobre destrozos, porque las sociedades crecen desde la calma y se hunden en la vana discusión de principios. Se avanza desde el diálogo, la comprensión de los argumentos de contrario, la búsqueda de un punto de equilibrio, la paz social, la cooperación entre todos los agentes sociales, desde el valor de sus justificadas discrepancias, puestas en activo desde la estrategia de colaboración, no con la guadaña del exterminio.

La solidez de la coalición de gobierno parece resistir a prueba de cualquier propuesta de cooperación con los partidos que están fuera del mismo, animados sus miembros por el deseo de mantenerse durante la legislatura. Los propósitos -confesados o latentes- de los cabecillas de la sólida trama, son: a) apoyar sin reservas la independencia separatista de Cataluña y el País Vasco, favoreciendo la vocación republicana de sus hipotéticas mayorías y pasando por alto la corrupción pujolista, los delitos por sedición y desacato y la ruptura social y b) debilitar la Monarquía, poniendo el énfasis en las actuaciones oscuras del rey de antes, despreciando su mérito como baluarte de la actual democracia y ninguneando el papel mediador, como garante de la unidad del Estado, del rey de ahora, Felipe VI, al que vinculan a un régimen trasnochado, de origen fascista y espurio.

Hay movimientos interesantes, sin embargo. No me refiero a las inoportunas, perturbadoras y fuera de lugar de militares retirados que ofrecen sables y experiencias para sostener la monarquía y la Constitución. Las Constituciones pueden, y deben cambiarse, pero siempre democráticamente.

Las voces discrepantes, que llaman mi atención vienen desde las entrañas del PSOE. No provienen de sus ministros en el gobierno de coalición -desorientados, anodinos o enfrascados en sacar algo de lustre a sus carteras, obviando el abordaje de los parámetros fundamentales-. Han aparecido disidencias claras entre antiguos dirigentes -tan relevantes como Felipe González- y voces serenas de la Administración autonómica -tan significativas como presidentes regionales-, que permiten sospechar que se está fraguando una escisión. No se a dónde puede llegar, ni si será pronto.

Pero por ahí veo un camino excelente, viable, sereno, legítimo, para romper la uniformidad monótona de la actual legislatura. Si parte de los diputados del PSOE se deciden a abandonar la disciplina del partido y si constituyeran un grupo independiente, recuperando el socialismo constitucional y socialdemócrata, habría una luz en el panorama.

Lo que no tiene remedio inmediato, parece, es la reconstrucción del centro y, no digamos, la reconducción de las posiciones de derecha. Cuando oigo las tonterías dogmáticas, los desencuentros inconcebibles, las resistencias en trasnochados principios y nostalgias sin rumbo, de algunos de sus portavoces, tengo que cerrar mi atención y preguntarme: ¿dónde está el centro? ¿qué ha pasado con la socialdemocracia? ¿a dónde nos quieren conducir estos populistas con vocación revolucionaria de inspiración estalinista? ¿No se dan cuenta de que la Unión Europea ha pasado a vernos como una nación apestada, y hemos perdido nuestra credibilidad?

Demasiadas preguntas, supongo. Huevo o tortilla, pues.

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Poemas de última hornada

27 noviembre, 2020 By amarias 2 comentarios

Para relajarme, pero también por pura necesidad de comunicar sentimientos, sigo escribiendo poemas. Soy un poeta prolífico: más de catorce libros escritos, de entre ellos Absueltos de todo don (1989) y Sonetos desde el Hospital (2019) como aquellos que han tenido mayor repercusión, al haber alcanzado ediciones de más de mil ejemplares. Sonetos desde la Crisis (2020) está pendiente de publicación impresa, aunque la mayoría de sus poemas se pueden encontrar en este blog, en la sección de Poesía.

Incorporo aquí dos de mis últimos poemas:

18

Abro la ventana
para que el aroma fresco de la noche
inunde la habitación donde yago.
Cogido de tu mano caliente
me viene el recuerdo de aquel tiempo
en el que construimos castillos en el aire.

Algo queda todavía
de la ilusión con la que imaginamos
un mundo mejor, hecho a la medida
de lo mucho que pensábamos hacer.

Cierro los ojos
y siento que todo está igual que entonces,
que seguimos siendo esos jóvenes
para lo que ninguna hazaña
parecía irrealizable.

Estoy agotado,
pero tu presencia es la misma
que me condujo hasta aquí
sorteando peligros.

(19 de noviembre 2020, “La advenidad debería haberme hecho fuerte”)

19

Van cayendo las hojas
sobre el camino de rosas
y el otoño me encuentra descuidado.
Paseo entre la hierba húmeda
con mis zapatos de tela
mientras la lluvia cubre de olvido
las alegrías que fueron del verano.

Temo al invierno
porque siempre ignoro
si traerá consigo otra primavera.

Pero me aferro al recuerdo borroso
que me asegura que siempre
-hasta donde guardo memoria-
al frío de la nieve sucede el deshielo
y florecerán prímulas, narcisos y violetas
en las veredas umbrías.

(19 de noviembre de 2020, “La advenidad debería haberme hecho fuerte”)

Nota.- Advenidad no figura como entrada en el diccionario de la RAE, aunque si es empleado en algunos textos. Yo lo utilizo en el sentido de situación o categoría de advenir, es decir, lo que sobreviene sin preparación, inadvertidamente.

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Reabriendo Sonetos desde la crisis

5 noviembre, 2020 By amarias Dejar un comentario

En julio pasado (2020) terminé el libro Sonetos desde la crisis, dedicado a la crisis del Coronavirus. Todos los Sonetos de la serie, salvo éste, han sido recogidos puntualmente en este blog. No estoy seguro de que algún día esa recopilación sea editada (mi aventura como Editor se colmó con la publicación de Sonetos desde el Hospital, del que, debido precisamente a la pandemia, aún quedan varios ejemplares sin vender). Este Soneto es el último de aquella relación, que, por distintas razones, no di a la publicidad entonces.

La situación del país y del mundo es extremadamente compleja. El coronavirus se expande sin que sepamos con claridad cómo contenerlo, la economía española se encuentra en posición delicadísima -el malestar social puede adoptar posturas pre-revolucionarias- y, a nivel general, la ausencia de un liderazgo mundial, unido a la exacerbación de los nacionalismos y comportamientos insolidarios, augura la falta de acuerdo para resolver los graves problemas globales: cambio climático, disminución o amortiguación de las desigualdades, solución de conflictos por los recursos -del agua a las materias primas-, aumento del paro por el avance de la tecnificación y su concentración en pocas manos, etc.

114

A Manolito el Pollero,
con las mismas rimas de su Soneto A una caracola

Como en tiempo de guerra, la sirena.
llama al cobijo el cuerpo amortecido.
y aun sin haberse el dolor desvanecido
ya caen nuevos presagios  a la arena.

Pena que a la de ayer nos encadena,
obra fatal de un dios enfierecido
que por el valle difunde gran tronido
y con muerte y fragor su voz resuena.

Olvidamos humanos que en su seno,
oculto en caprichosas oquedades,
guarda el maligno su poder de trueno.

Cojo la tiara del miedo y la corola,
a gritos ahuyentando tempestades;
creyéndola el mar, oír la caracola.

@angelmanuelarias, Sonetos desde la crisis

 

Compra el libro “Sonetos desde el hospital”


La foto corresponde a un juvenil de golondrina dáurica, captada a las orillas del Tajo, en Toledo,

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Entre arrullos y cantos de sirena

14 agosto, 2020 By amarias Dejar un comentario

Manuel Fernández Sanz, autodenominado Manolito el Pollero, poeta de la bohemia matritense, con un solo libro publicado, y póstumo, ha sido rescatado del olvido por mi amigo Mario Fernández, librero de viejo y nuevo, que ha tenido el buen gusto de reeditar “Silva, Grillera y Cigarral de Manolito el Pollero”, inencontrable rareza publicada en 1966, editada y prologada en su momento por Camilo José Cela.

El prólogo de Mario con el que da nuevo lustre a la colección de poemas, cuenta detalles de la vida de Manuel  Fernández, y ofrece pinceladas certeras del ambiente literario de la época, en el que El Pollero se desenvolvía con soltura y respeto.

Recuerda el re-editor que Manuel se definía de esa curiosa manera, y alardeaba de ser el único poeta que vivía de la pluma, con el fondo de solfa y retintín que ponía en evidencia sus orígenes astures. Su familia era propietaria de un próspero negocio de venta de pollos en el barrio madrileño de Tetuán.

Persona de refinada cultura, amigo de muchos de los escritores famosos de la época, fue un genuino vividor, un vago genial, un poeta con una habilidad seductora para la palabra que escribía con facilidad versos rimados de los que se conservan pocos, pues algunos recibieron publicación puntual esporádica y esta selección (o lo que fuera) fue realizada por el propio Manolito el Pollero y entregada a Cela, con disposición de sufragar él mismo la edición, lo que no pudo cumplir porque le llegó antes la Parca, si es que el premio Nóbel, gran amigo, le hubiera permitido tal dispendio.

Dicen las crónicas de esos que reinventan la misma historia para aplicarla donde les convenga, que Manuel escribía en servilletas de papel, que tiraba al suelo con menosprecio, y que sus amigos recogían y planchaban y que gracias a ello se pudo recomponer aquel libro que Cela publicó al mes de su fallecimiento. No debió ser así, porque el propio Cela cuenta que el manuscrito se lo entregó el autor, y si existen poemas aún por descubrir en servilletas, vengan luego.

Manolito el Pollero está enterrado en el cementerio de San Justo, en Cornellana, junto a su mujer y su hijo. Aunque nacido en Madrid, Manuel Fernández Sanz era de familia asturiana y disfrutaba con asiduidad del reposo que le proporcionaba, sin duda, la casa que poseían en San Justo, cerca del lugar en donde hoy reposa.

Esta cuidada edición del propietario de la librería Berceo nos recuerda que Manuel Fernández Sanz reclama desde el silencio forzado de su voz apagada pero la fuerza vitalista permanente de sus versos, un recuerdo-homenaje póstumo. Por qué no, “Entre arrullos y cantos de sirena”, como reza el soneto que dedicó A una Caracola.


Nota P.S.

Mario Fernández, a poco de enviarle yo esta modesta reseña, me llama para corregirme la versión anterior, en la que atribuía la recopilación a la aportación de amigos recolectores de servilletas arrugadas. Dice que esto es un cuento chino, del gusto de los que buscan truculencia anecdótica donde solo hay verdad simple, y que hay que leerse bien el prólogo de Cela (y el suyo mismo) para encontrar el desmentido.

Corrijo, pues, y pido disculpas. Aunque la falsa anécdota tenía jugo, éste no era leal, sino prestado.

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Hay quien se cree distinto entre la gente (Soneto)

12 julio, 2020 By amarias Dejar un comentario

112

Hay quien se cree distinto entre la gente
alardeando de inmune con orgullo
sonriendo con desprecio muy patente
si advierte de su lado me escabullo.

Presumirá tal vez de muy valiente
con la falsa verdad de Perogrullo
que el virus le respeta aunque presente
por ser el más fuerte entre el barullo.

No se asusta al encararlo de frente
ni le conmueve el pertinaz murmullo
que llora a tanto compañero ausente

Quien pretenda engañarlo con chanchullo
sepa que se acerca sin que se siente
y que el necio recibirá lo suyo.

8 de julio de 2020

113

Que no se marcha, que se queda el bicho
y ya le habíamos hecho despedida,
que se encuentra a gusto en nuestro nicho
y sigue fastidiándonos la vida.

Nos dicen que no mata por capricho
aunque viéndole jugar la partida
sabe dejar a la ciencia en entredicho,
ignorando señales de salida.

Incumple, burla lo que habían predicho
portavoces y la élite escogida
cuyos rizos van listos para un chicho. (1)

Mal preparado para una recaída
adorno mi mascarilla con bricho (2)
y desinfecto con lejía  mi herida.

1) Rizo
2) Lámina de oro o plata usada para embellecer

12 de julio de 2020

(@angelmanuelarias, sonetos desde la crisis)

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No prodiga razón motivos de alegría (Sonetos)

6 julio, 2020 By amarias Dejar un comentario

111

No prodiga razón motivos de alegría
porque a cada ocasión cuestión le opone
que ahoga en dudas cualquier verdad del día.
Pero si hay alguna emoción que pone

gozo allí donde amargura antes había
es descubrir la sonrisa que dispone
el ánimo a  sobresalir de la atonía
con los ritmos que tu presencia entone.

Es un tópico encontrar que compañía
novado impulso al corazón supone,
ni juzgaré original decir que había

misterios por descubrir que amor expone
cuando encontramos por fin la sintonía
y al guardián de la paz que me perdone.

(@angelmanuelarias, sonetos desde la crisis)

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