Al socaire

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Quincuagésima primera Crónica desde el País de Gaigé

23 enero, 2023 By amarias 1 comentario

La cercanía a las elecciones regionales y municipales de mayo y, sobre todo, la incertidumbre respecto a su resultado, están promoviendo el adelanto de la  campaña por parte de los partidos con opciones a formar parte de los respectivos gobiernos de los más de 8.000 núcleos que dilucidarán sus preferencias para los próximos cuatro años en Gaigé, el País de los Despropósitos. La tensión pre-electoral es particularmente alta, por su relevancia, en las Comunidades Autónomas que renovarán cargos y en los grandes municipios.

Como no estamos ante un panorama bipolarizado, los líderes de los partidos que hace años representaban las mayorías de orientación conservadora o socialista, PP y PSOE, se enfrentan actualmente al problema importante de resolver, a priori, el dilema de las alianzas que formarán la coalición o determinarán los apoyos que les impulsarán hacia el gobierno. La situación está confusa, por motivos diferentes, a ambos lados del espectro ideológico, si se admite tal separación conceptual, hoy ampliamente superada.

En la izquierda, el liderazgo de Sánchez (Pedro) no es cuestionable. Tratado como mentiroso crónico por sus opositores, ha sabido poner en primera línea logros importantes de su gestión: incrementos del salario mínimo, aumento de las pensiones y del número de afiliados  la Seguridad Social y la práctica recuperación económica. El papel real de los apoyos conseguidos gracias a los fondos provenientes de la Unión Europea y del aumento del endeudamiento en relación con el PIB tiene puntos oscuros que nadie consigue dilucidar con credibilidad, dado lo opaco y contradictorio de las cifras que se manejan.

Unidas Podemos se rompe, falto de una voz única y un director carismático. Iglesias jr. (Pablo) ha perdido su perfil mediático y sus sucesoras en el atril rivalizan sin ingenio ni prudencia. Montero (Irene) desde su Ministerio de Igualdad, convertido en manantial de despropósitos, lanza leyes ideologizadas y torpemente estructuradas en lo jurídico y anatematiza a jueces, tirios y troyanos.

La sensata observación de Carmona (Manuela), advirtiendo que una ley errada debe retirarse o corregirse sin apuntar a sesgos ideológicos interpretativos de los que tienen que aplicarla, ha provocado varios exabruptos contra la ex juez, tildándola de haber traicionado a quienes la auparon a la alcaldía de Madrid. Echenique (Pablo), portavoz con claros hándicaps síquicos -un odio bolivariano contra cualquier argumento de contrario-, está anclado en el uso de un Ideario a modo de Catecismo, impropio de un país desarrollado y de una mente sensata.

Núñez Feijóo (Alberto) sube peldaño a peldaño su monte de Arafat, que a veces asemeja más ser su Gólgota o Calvario. Le ridiculizan por no hablar  inglés y referirse a Manuela como Carmela. Seguro que habla bien francés y sabe quién es Blas de Otero, si es que eso importa. Aunque su problema ante el propósito de ser el próximo Presidente del gobierno de Gaigé lo tiene con la formación con la que comparte muchos aspectos de doctrina: Vox, h cuyo líder Abascal (Santiago) carece de los mismos frenos dialécticos. Imagino que la incorporación al frente de Alvarez de Toledo (Cayetana) para reforzar la línea de retaguardia en la que ya pelean Ayuso (Isabel), Gamarra (Cuca) o González-Pons (Esteban) dará más enjundia a los mítines.

Varios miles de defensores del constitucionalismo (interpretados por el actual Gobierno de Gaigé como desleal oposición) acudieron a la plaza de Cibeles y alrededores para pedir la dimisión de Sánchez por no respetar la Norma suprema votada en el 78 y pactar con republicanos e independentistas. Hubo muchas banderas españolas y buen rollito, con un comportamiento colectivo sensato.  Alguien vio banderas con el águila imperial. La guerra de cifras respecto a los asistentes no llegó a llenar de sangre el rio, pero hay quien dice que fueron casi un millón y otros que solo treinta mil. Muchos, desde luego. Feijóo faltó, sin que su explicación apareciera como convincente. Estaban los que quiere que le voten, ¿no?

Pocos ministros del gobierno de Gaigé aguantan el desgaste, salvándose del contagio de la falta de aptitud y las torpes actitudes de las ministras comunistas-podemitas. Sobresale Ribera (Teresa), que puede apuntarse el mérito de haber conseguido frenar los precios de la energía y lanzar el proyecto del hidrogeno ducto que, ahora se sabe, llegará a Alemania. Lo anunciaron así Macron (Enmanuel) y Scholz (Olaf), en una declaración conjunta que tuvo lugar inmediatamente después que la reunión entre Sánchez y Macron en Barcelona, en la que se firmaron otros acuerdos, pero se silenció éste.

Por cierto, en Barcelona, Aragonés (Pere) se escabulló para no estar presente junto a los presidentes Sánchez y Macron cuando se interpretaban los himnos nacionales. Cada día que pasa, se le ve de menor tamaño político y, los que conocen bien lo que pasa en Cataluña, opinan que su liderazgo se tambalea a la par que la economía del pequeño no-nato país.

El fantasma de Pegassus sigue revoloteando por los cielos de Gaigé y Marruecos. Los diputados socialistas en la Cámara Europea no votaron a favor de censurar, por su falta de democracia, el régimen de Mohamed VI. Los populares se ausentaron del lugar. Gaigé, siempre  Gaigé.

Zelenski (Volodomir) exige tanques (léase carros de combate) a sus apoyos europeos y advierte que las palabras de ánimo, por sí solas, no le servirán para ganar la guerra. Es  más, si el apoyo de los Leopard europeos y sus superiores tecnologicos norteamericanos se garantizara ya, el invierno servirá para derrotar a Putin (Vladimir) antes que consiga recomponer su ejército.

Borrel (Josep), al tiempo que se felicita por la autonomía energética conseguida por la UE frente a Rusia -supongo posee información privilegiada- exhibe fortaleza.

En USA, la afición de sus Presidentes por llevarse a  casa papeles confidenciales, para leerlos con calma en el retrete y preparar sus memorias, compromete la reelección de Biden (Joe) y presagia un encuentro en los tribunales con Trump (Donald) para convencer al electorado del contrario sobre quién las cuenta más gordas.

 

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Vigésima segunda Crónica desde el País de Gaigé

5 julio, 2022 By amarias Deja un comentario

Ha sido una semana atípica para Gaigé, el País de los Despropósitos, que es también para alguno el País del Tentefirme. Se celebró la Cumbre de la OTAN en Madrid, una organización con confesados propósitos pacifistas como objetivo principal (1) y que hoy, conscientes sus miembros de la situación crítica, perfecciona la defensa de los “valores occidentales” (libertad, democracia, respeto a las minorías, globalización, cuidado consciente del medioambiente y atención al riesgo climático, etc.) armándose hasta los dientes contra un enemigo cada vez más evidente.

Porque el despliegue armamentístico y su refuerzo tienen un culpable reconocido: Vladimir Putin y su afán imperialista, manifestado al invadir Ucrania, después de haber negado más de tres veces que jamás lo haría.

Los festejos de Madrid con ocasión de la Cumbre, que tantas expectativas tenia acumuladas de la parte de los responsables de la gestión de Gaigé, una vez que se ha disipado el humo de los voladores, admiten varias lecturas, muy al estilo del País de los Despropósitos.

La presencia en la capital del Reino del anciano Joe Biden, presidente del segundo país más poderoso de la Tierra (después de la China de Xi JinPing) y de los mandatarios nominales de muchos países -capitaneados éstos por un tal Erdogan- conmocionó la capital. Muchas calles principales fueron cortadas para permitir el paso leve de las comitivas de tanta gente importante (hay que recordar aquel documento, desgraciadamente olvidado, que comenzaba con “We the world leaders…”). Todo el despliegue de coches blindados se realizó con el desinterés rayano en el menosprecio del pueblo llano.

El camino entre el Palacio Real, el Museo del Prado y los principales hoteles de la ciudad quedaron, durante los últimos días de julio de 2022, controlados por las fuerzas del orden, propias y ajenas -los mandatarios traían consigo sus sistemas de seguridad autóctonos. Se trataba de evitar la menor intranquilidad de los magnates, para que disfrutaran de sus vacaciones, aunque ningún asueto más gozoso que el disfrutado por Montero (Irene), ministra de Igualdad y su equipo, que decidió aprovechar la Cumbre para ir de compras a Nueva York y Washington.

Lucieron los Reyes de Gaigé y el presidente Sánchez (Pedro). Buscó su sitio en las páginas del corazón la presidenta consorte Gómez (Begoña), poniendo su brazo desnudo sobre ell hombro del presidente norteamericano, que la tenia agarrada por la cintura. Quedó Gaigé a la altura de un Estado moderno, digno representante de la añeja parafernalia protocolaria que solo es capaz de superar, hoy por hoy, el Reino de Inglaterra, el País de los Notefíes.

Se firmaron acuerdos importantes, o así nos los vendieron: la base naval de Rota tendrá dos destructores más, por lo que vendrán a la zona algunos miles de norteamericanos negros, que gastarán la mitad de su paga en bares, taxis y prostíbulos. El presidente saliente Sánchez (le queda algo más de un año como Jefe de Gobierno) se comprometió, incluso, a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar dentro de unos años, promesa que no podrá cumplir al encontrarse Gaigé en quiebra técnica (ese término no se aplica a los países, pero esta no es una crónica económica).

Además, como estaba anunciado, se admitió la incorporación de Finlandia y Suecia en la Organización, una vez que levantó su veto Turquía -la potencia militar que controla con talones europeos el flujo de migrantes afganos, sirios y de otros países en crisis total, devolviéndolos a la nada o dejándolos morir-. Aunque no ha sido confirmado, el precio adicional a pagar a Erdogan sería la derogación del estatuto de refugiados en Finlandia a centenares de kurdos, que huyeron de Turquía para evitar ser ajusticiados como terroristas.

Paralelamente a la cumbre, una parte del Gobierno de Gaigé apoyó las manifestaciones contra la OTAN, a favor del abandono del apoyo a Ucrania y el reconocimiento del régimen de Putin como agredido y posicionándose en contra del amento de gasto militar. Aunque el debate no existe, no niego que el dinero podría ser mejor empleado ampliando la asistencia social a los países del Sahel, para que los migrantes de Sudán, Chad, Níger y otras dictaduras menores no tuvieran que jugarse la vida saltando vallas con concertinas, defendidas por gendarme marroquíes bien armados para no morir de hambruna en sus lugares de origen, y desarrollar un futuro miserable vendiendo mercancía adulterada en los top manta europeos o haciendo de innecesarios aparcacoches o guardianes de puerta de sus supermercados.

Gaigé se encamina firme hacia la revuelta social, con una inflación insostenible para las familias y empresas, un gobierno deslavazado sin más ideas que las de esperar a las ayudas de la Unión Europea, sindicatos con argumentos obsoletos. El coronavirus mantiene su beligerancia, poniendo en cuestión la validez de las vacunas administradas. La oposición gana adeptos y consolida su opción de ser alternativa de gobierno, por más que su programa aparezca aún como inexistente. Una opción perdida en la batalla de los egos, Ciudadanos, trata de reactivarse, lo que sería un milagro contabilizable para el santoral.

Si algo se mantiene firme y valioso, aunque le pese a los republicanos, es la solidez de la monarquía que representa Felipe VI (y Doña Letizia), en contraste penoso con la parafernalia anticonstitucional del desgobierno catalán y la proliferación de encausamientos por presuntos delitos de prevaricación (y otros tipos del Código Penal) de políticos en ejercicio y con cargo en plaza. Oltra (Mónica) como paladín del momento, lágrimas incluidas.

(1) La finalidad de la OTAN es garantizar la libertad y la seguridad de sus paises miembros por medios políticos y militares. El compromiso de resolver pacíficamente los conflictos no excluye que, cuando los esfuerzos diplomáticos resulten infructuosos, se acuda a la aplicación del eufemismo táctico de “gestión de la crisis”, empleando la fuerza militar necesaria.

Nota: He titulado el lienzo que acompaña esta crónica “Visión del océano a través de las gafas de buceo” (2022, @angelmanuelarias)

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Las otras batallas de Putin

18 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

Hoy, viernes, 18 de marzo de 2022, está prevista una conversación telefónica entre el presidente chino, Xi JinPing y el norteamericano, Joe Biden, sobre la guerra. No ha trascendido gran cosa de los objetivos para esa reunión virtual que tratará de satisfacer el senecto líder demócrata y aún menos se sabe de lo que pueda expresar el oriental. Para calentar motores, Biden ha llamado “criminal de guerra” a Vladimir Putin, lo que desde el más allá del nuevo telón de acero que protege al Kremlin, se considera inaceptable.

Obviamente, la guerra en Ucrania se está deshaciendo en esquirlas de variado tamaño, y se puede llegar a creer que lo que menos importa ya es que jóvenes ucranianos y rusos se estén matando con armamento no muy sofisticado (según los cánones militares más avanzados, según dicen). Las cifras de muertos en el campo de los desencuentros son desconocidas: aquí y allá se ilustran los comentarios sobre la invasión con fotografías de algún cuerpo yacente, unos amasijos férreos y, sobre todo, decenas de personas huyendo con sus mínimos enseres a cuestas y el rostro del pánico, el cansancio o el dolor claramente expreso.

Dicen que Putin está enfermo (no de una deriva mental, de otras cosas) porque ha engordado bastante en los últimos dos años. Su cara hinchada refleja, según se especula, que está tomando cortisona; su mirada rigica, inexpresiva, no sería consecuencia de su intrínseca maldad, sino que proyecta su esfuerzo para contener el dolor. Además, ha sufrido el ataque de la Covid, porque la vacuna Sputnik no funciona mejor que un placebo y, al no estar plenamete curado y ser un aprensivo esférico, huye de cualquier acercamiento a persona alguna, ya sea Macron, su equipo de confianza, su preparador físico o cualquiera de sus amantes.

Biden estaría preparando un discurso breve (speech) sobre los costes de la guerra para enjaretárselo, si se deja, al experto en aprovechar la economía global que es JinPing. Supongo que se los habrá calculado un futuro Premio Nobel de Economía y se les dará oportuna difusión, para que todos nos enteremos, no solo de lo que vale un peine, sino una escaramuza de invasión de un país despistado, una guerra de desgaste entre dos fuerzas militares que no quieren hacerse mucho daño, una guerra de arrasamiento y destrucción masiva del Estado agredido, una escalada bélica localizada a Europa y, en fin, la tercera guerra mundial si China metre las narices.

Muy interesantes son los análisis sobre los daños colaterales. Los más visibles son la destrucción de inmuebles, infraestructuras y  armamento bélico. La recuperación de la economía dañada, la reconstrucción de lo destruído en la contienda, el volver a poner en pie las vías de producción, de transporte de bienes y hasta el consumo, es otro de los capítulos. Pero olvidar lo sucedido, restañar heridas sicológicas, reorganizar las relaciones internacionales, llevará mucho tiempo. La prueba la tenemos, por citar solo el ejemplo de los odios tribales, introducidos con la leche materna en los hijos, en la Historia de los pueblos. Ucrania y Rusia tienen ahí un cementerio de incomprensiones recíprocas, guerras sordas y expresas, sangre, dudas.

Putin está ganando la batalla de los media en su propio país y, hay que temerlo así, también en China. Suspendidas las comunicaciones con las emisoras de Occidente, la propaganda oficial explica hasta la saciedad las razones de su guerra: eliminar la tenaza de un gobierno nazi, antidemocrático y cruel sobre los ciudadanos rusos y los simpatizantes de la gran Rusia que viven en Ucrania. Su liberación, con rasgos de guerra santa desde la ortodoxia cristiana frente a judíos, católicos y musulmanes, es una obligación para el canciller ruso. No tiene ningún odio contra el hermano pueblo ucranio, de tan similares raíces eslavas; solo pretende que el gobierno ilegítimo de Volodomir Zelenski sea depuesto y sustituído por otro que no tenga la menor intención de agruparse jamás con la facción antirusa de los norteamericanos y unioeuroepos.

Claro está, las imágenes de la guerra que digieren los rusos en sus televisiones de Moscú, San Petesburgo, Kazán, Novosibirsk, …, no presentan a jóvenes rusos muertos junto a sus tanques, sino a victoriosos militares con la Z sobre sus casacas que esgrimen trofeos de guerra como si se tratara de un partido de rugby, no hablan de familias ucranianas huyendo de los bombardeos, sino que educados generales explican que se están controlando todas las resistencias del Ejército nazi, que Zelenski está huído y que los odiosos gobiernos europeos se obstinan en enviar armamento obsoleto a los engañados ucranianos, para prolongarles la agonía.

Confiemos en que la conversación entre los mandatarios chino y norteamericano se desarrolle en buenos términos, con palabras pacíficas, con intercambio de promesas y parabienes que no enfaden ni saquen más rabia interna al enemigo de los cosacos ucranios. Porque se trata de calcular los beneficios de la no-guerra, esto es, de la paz, que es lo que interesa a la inmensa mayoría.

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Rusia camina hacia su aislamiento

2 marzo, 2022 By amarias Deja un comentario

La imagen del Parlamento Europeo aplaudiendo ayer de mañana, con todos sus miembros puestos en pie, la intervención telemática de Volodomir  Zelenski esgrimiendo que Ucrania “lucha por su libertad” y solicitando ayuda para que su país no sea fagocitado por la ambición patológica de Vladimir Putin se mantiene en mi retina como una emotiva demostración de solidaridad con el presidente de una nación asaltada. Hizo bien en recordar que “si Ucrania cae, Rusia estará a las puertas de la Unión Europea”, en la que volvió a solicitar la integración.

Joe Biden expresa, por fin, desde que empezó la invasión, la determinación de ayudar a Ucrania y condenar la agresión, “con medidas que Rusia lamentará para el resto de los días”. La OTAN mantiene su criterio de no considerar la agresión a Ucrania como algo que le competa directamente y, desde luego, prefiere mantener una guerra sicológica, económica o de consola, evitando recoger muertos propios en un campo de batalla. Habrá que estar atento a la interpretación que el loco del Kremlin hace de la contraofensiva.

En la intervención de hoy en el Congreso de Diputados, el Presidente Pedro Sánchez anunció inesperadamente que España enviará también material bélico a Ucrania. Es decir, España entra, de esa manera, en la guerra de Ucrania con Rusia, como país aliado.

La decisión fue apoyada fuera del hemiciclo por la vicepresidenta Yolanda Díaz y por Jaume Asens, portavoz de En Común Podem que se desmarcan con ello de la ministra de Asuntos Sociales Ione Belarra y de Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, que calificaron el envío de armas de “error” y reiteran su posición de No a la guerra, y No a la OTAN. Esa facción que apoya al Gobierno de coalición revela, por tanto, una fisura en el mismo. Echenique la concreta, no ya al proclamarse partidario de negociar la paz (rebelando una inocencia casi mística, pues Putin es el invasor y nohay nada que negociar con un asesino), sino expresa como filosofía a tener en cuenta en los anales de las invasiones que no se debe armar a la población civil “contra un ejército”.

A pesar de estas manifestaciones contrarias, “la lealtad de Gobierno” de esa coalición en trance de ruptura permanente se ha traducido en ratificar el envío y con ello, Sánchez ha podido, aunque con algo de retraso, unirse al bloque de cabeza de los países que presentan oposición clara al líder con diagnóstico de patología narcisista. Por parte de la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra, que cubre el hueco del cesado Pablo Casado, se ofreció ayuda de su grupor para apoyar la medida, si “los socios de Gobierno se desmarcaran del apoyo”. La situación política española merecería un análisis profundo, sino fuera que las preocupaciones se han concentrado en un nivel mucho más alto.

El cerco de medidas económicas y, desde ayer, con el apoyo de armamento de alto alcance y potencia a Ucrania, no ha servido, de momento, para modificar la actitud de Putin, centrado en su megalomanía, que sigue amenazando con la escalada de terror belicista y mantiene la orden de bombardear las principales ciudades ucranias que resisten heroicamente.

Se anuncia para mañana, jueves, 3 de marzo, el segundo intento de negociaciones por la paz entre representantes rusos y ucranios, aunque la presión beligerante se mantiene. Como acertadamente expresó en entevista televisiva el ex embajador de España en la OTAN, Carlos Miranda y Elío, “no se puede hablar de negociaciones para la paz si los contendientes no han establecido una tregua”.

La población ucrania sufre una presión ilimitada, cruel, injusta. Largas colas de personas ue huyen de la barbaria se forma en las salidas del país, especialmente hacia Polonia, con kilómetros de retencionese imaginables necesidades de atención humanitaria. En su intención de destruir los edificios históricos de Ucrania, Rusia bombardeó ayer el edificio del Gobierno Regional de Járkov (la segunda ciudad ucrania) y varios otros monumentos, además de barriadas residenciales, causando miles de muertos.

Para detener esta barbarie, las medidas muy duras contra Rusia adoptadas por la inmensa mayoría de los Estados occidentales perfilan que este país se convertirá en una nueva Corea del Norte (solo se han manifestado expresamente a favor de Putin, el déspota venezolano Nicolás Maduro y el afectado por demencia senial que responde por el acróstico de AMLO).

En cuanto a la posibilidad de parar la guerra en una negociación, no soy optimista. Como todo afectado por megalomanía tiránica, Putin no admitirá una derrota y tiene, al carecer de escrúpulo alguno, el botón nuclear a su alcance,y no le importará provocar una hecatombe, pues cree que le asiste la razón. Por eso, hay que ofrecerle alguna salida edulcorada para que crea que su esfuerzo destructivo le ha merecido la pena. No, obviamente, la rendición de Ucrania, sino algún caramelo que la diplomacia intrnacional deberá encontrar.

Porque la presión de los oligarcas que ahora ven en peligro sus inmensas riquezas, la intervención del presidente chino a favor del cese de las hostilidades, el clamor del pueblo ruso para derrocar a Vladimir Putin, son sueños fantasiosos que no tienen lugar más que, eso, en el mundo de la imaginación. Desgraciadamente.

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Kiev como objetivo y baluarte

26 febrero, 2022 By amarias Deja un comentario

El 26 de febrero de 2022, día tercero de la invasión rusa del Estado libre e independiente de Ucrania, la situación en el país invadido permanece confusa, pero las posiciones de condena y reacción frente a la acción intolerable del autócrata ruso, Putin, se han perfilado bastante. La decisión del presidente norteamericano Biden de destinar una importante cantidad económica y también ayuda militar a Ucrania ha servido para que los países de la Unión Europea reduzcan su ambigüedad, si bien no en la condena a la invasión (unánime prácticamente sin matices), muy moderada en cuanto al alcance de las medidas de presión para que Vladímir abandone su descabellada y peligrosa decisión de ataque a la democracia.

Los analistas coinciden en expresar que está en juego la confrontación entre una concepción dictatorial del mundo y la democracia y libertad que, con dificultades y desvíos, es la guía de actuación del mundo occidental. Comunismo dirigido desde el gobierno del Estado controlado por una élite reproducida a sí misma sin elecciones libres, frente a una concepción liberal en la que los poderes ejercidos desde el gobierno del Estado estén controlados y revisados por la población, con elecciones periódicas.

Comunismo o Democracia suenan a eslogan falsario, maleable,porque ni uno ni otro de esos conceptos se pueden definir de forma impecable, sin acudir a tópicos o a experiencias históricas ayunas de la ejemplaridad que cabría esperar de un modelo impecable. La deriva del comunismo hacia la conformación de una élite de gobierno que tenderá a reproducirse, enriqueciéndose ella y privando a la población de la expresión de discrepancias, es una constante fiel en la que han caído todos los países que elevaron a su cúpula a líderes antes carismáticos y embaucadores, qur prometieron igualdad y beneficio para todos.

La democracia, aunque con mucho menores debilidades, también tiene algunas zonas mohosas u oscuras en su traje impoluto, pues la naturaleza humana tiende a que, cuando se adquiere una posición, se haga lo imposible por mantenerla, a despecho de los que puedan aspirar, con mejores expedientes y capacidades, a sustituirlos.En ambos casos, el objetivo de impulsar bien común o de incrementar al bienestar global con actuaciones medidas desde el Estado arriesga verse, cuando fallan los controles, como un oxímoron, un juego de palabras hermoso pero vacío.

En esta guerra, el propósito de Putin, cuidadosamente planeado desde la profunda intoxicación previa y las falacias propagadas por todos sus secuaces -desde los Miniserios a las Embajadas rusas-, afirmando a quien deseaba escucharlo que no se iba a invadir Ucrania y que Rusia era un Estado pacífico y respetuoso con la democracia, es llegar a Kiev, rendir al gobierno legítimo con una presión insoportable y obligarlo a huir del país, para implantar un gobierno títere.

Los Ejércitos de Ucrania y Rusia se encuentran hoy enfrentados en una guerra desigual, que no dejará de causar víctimas en ambos lados, entre los jóvenes soldados de estos países que cumplen las decisiones de sus gobernantes, sin preguntarse, tal vez, ni siquiera lo que defienden o atacan. No me leerán, pero quiero decírselo desde aquí. Jóvenes que vais a luchar hasta quizá morir, sois, una vez más en la Historia, juguete útil para los intereses de los que os envían a los frentes de guerra, blandiendo un arma que no os convertirá en invencibles, sino en blancos predilectos.

La guerra sigue. Kiev se defiende. Zelenski agradece la ayuda internacional pero pide más armas, más dineros, más presión sobre Rusia. Putin amenaza con castigar a los que apoyen a Ucrania y pide a los militares ucranios que no defiendan al dictador, al que llama, en lenguaje mimético, nazi y déspota. Europa se arrima al poder norteamericano y se declara unido a él como un grano a su culo.

Adenda. Entre viejos sonetos que no he publicado aún, encuentro éste, que me ha hecho revivir momentos tristes y que incorporo, no sé si como colofón o como meditación apesadumbrada a mi Comentario de hoy.

La vida al paso deja mil secuelas
pues no olvida marcar cada momento
y donde encuentra vacíos, pone esquelas
sin que le sirva la muerte de alimento.

Acompañamos difuntos con las velas
que, indolente, al pasar, apaga el viento.
Me despojo del sombrero y de las suelas
y me entrego desnudo a hacer recuento.

Que es tanto mi dolor que nada siento,
y aunque duelen del riñón hasta las muelas
pongo en cada muerto el triste acento.

Y guardo al caminar todas cautelas
por si al tiempo, por no estar atento,
se borren por descuido las estelas.

(@angelmanuel arias, 2019)

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Praeparat bellum

27 diciembre, 2021 By amarias 2 comentarios

“Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum” escribió, escribio Vegecio a finales del siglo tercero. Esto es, “Quien deseara la paz, debiera prepararse para la guerra”.

Con una transformación aparentemente ligera, se ha vulgarizado el epítome “Si vis pacem para bellum”, que tiene un sentido diferente, pues se trata de una frase imperativa: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. En el acceso desde al patio de armas a la popular escalera del cañón, en uno de los edificios de la Academia General Militar de Zaragoza, puede leerse ese mandato que “resume, con elecuente sencillez, la razón de ser de nuestros Ejércitos” (sic, web del Ministerio de Defensa).

No tengo la intención hoy de adentrarme en el delicado entresijo de los cambios que se han operado desde hace décadas para tratar de darle un sentido actual a esa “razón de ser”. Si quiero apuntar que, como estímulo y acicate a los interesados en ingresar en los Ejércitos españoles, las Academias militares se han convertido en Centros de Enseñanza Universitaria. Según el Plan de 2010, de  cuatro años, además de las asignaturas militares, se cursa y obtiene el grado de ingeniería en Organización (para los oficiales del Ejército de Tierra) o de ingeniería Mecánica (para los oficiales de los cuerpos de Aviación y Naval).

El objetivo, sin duda encomiable, es facilitar el reingreso de los oficiales que no hayan podido ascender y que deberán forzosamente retirarse a los 45 años de su vida militar, a la llamada “vida civil”. En alguna ocasión, llevado por mi espíritu crítico, ante altas instancias militares, he calificado temerariamente de “error” el itinerario académico forzado que se ha previsto para nuestros militares.

Y no lo hice porque menosprecie esa formación, al contrario, pues tengo en alta estima la educación que se imparte en las academias militares, sino porque se está obligando a los futuros oficiales a un gran esfuerzo académico (no se olvide que el grado de ingeniería supone tres y incluso cuatro años de intenso estudio a los graduados “civiles”), que no tiene muchas opciones de traducirse, por sí mismo,  ¡a los veinte años de haber obtenido ese título dedicados al desempeño de actividades militares propias de su oficio!, en una mayor facilidad para el empleo, con una edad en la que ya no se está para aventuras profesionales y, sobre todo, en un entorno (salvo que venga alguien a remediarlo) en que la formación de grado en “Organización” tiene escasas salidas y, por tanto, dura competencia.

No me quiero desviar demasiado de la intención por la que puse el título al Comentario, y hago un disparo por elevación (que se me antoja muy propio, hablando de temas militares). Europa vive en la inocencia de una paz idílica y continuada, después de la segunda guerra mundial que deshizo sus cimientos de cooperación y alianzas y arrojó a los Estados europeos en los brazos de Estados Unidos de América, autoproclamado líder absoluto.

El desmembramiento de la URSS hizo creer que la situación era estable y definitiva y los Ejércitos de los distintos países europeos sufrieron dos recortes capitales: el de los Presupuestos (que, unido a esa idea pacifista y buenista de la población, llevó a eliminar oficialmente la formación militar obligatoria) y el del olvido del cuidado de la “cultura militar”, que llevó a hacer  creer a la mayoría de la población -independientemente del Estado de residencia- que los “militares” eran personas vocacionales que, ya que no habían guerra, podrían ser empleados en “misiones de paz”, ayudas humanitarias y ejercicios demostrativos de su teórica eficacia ante un ataque exterior, desfilando con equipos obsoletos.

Me parece que la situación de tensión mundial exige una inmediata revisión del modelo. Europa debe disponer, de una vez por todas, de un Ejército único, bien dotado  con los mejores adelantos disuasorios y de ataque y, por supuesto, perfectamente entroncado en el pensamiento e ideología popular, pues ha de contar con mayoritario apoyo de la ciudadanía.

No describo nada nuevo si expreso que en Ucrania se está gestando un conflicto bélico con el previsible ataque anexionista de la Rusia de Putin; de poco valdrán las medidas económicas, salvo para levantar la sonrisa irónica del cacique; Europa no tiene la menor oportunidad de enfrentarse ante esa actuación (si se produjera) y parece claro que a los Nuevos Estados Unidos de Biden (definitivamente, imbuído del América First) le importará muy poco el tema de venir solucionar conflictos en el patio traasero europeo.

Hay otros posibles escenarios, aún más inquietantes. El avance armamentístico de algunos países, permite recordar que las armas, los equipamientos militares de todo orden, toman su valor verdadero si son utilizados; en ensayos de su potencia, claro, en atolones alejados y en zonas desérticas; pero su uso óptimo al que están destinados es en la guerra real, con efectos destructivos sobre las capacidades -humanas y materiales- del enemigo.

Cuando miro en el mapa y pongo banderitas de alarma en Corea del Norte, China (con una mancha de color especial en el Mar de China), Pakistán, Rusia, Marruecos (con un dardo de valor peculiar para España, pues apunta hacia Ceuta y Melilla), Argelia, Israel, Palestina, Nicaragua, Bolivia, El Sahel,…, se me agotan los alfileres y, en trance de meditación trascendente, no puedo dejar de preguntarme cómo acabará esto.

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Frail democracies (Débiles democracias)

7 enero, 2021 By amarias Deja un comentario

Los gravísimos sucesos protagonizados por un grupo de miles de simpatizantes del derrotado presidente norteamericano Donald Trump, aún en funciones, tomando al asalto el edificio del Capitolio en Washington, donde los representantes de la nación deberían confirmar, de forma definitiva,  la  victoria del candidato demócrata, Joe Biden, no pueden ser considerados como un hecho aislado, anómalo, de la política norteamericana y, apurando el tiro, de la mundial.

Hay que incluir el hecho en su contexto: aquel que llevó a un individuo sin escrúpulos, con una trayectoria personal deplorable -en lo ético y en lo estético- a ocupar la presidencia del país más poderoso (aún) de la Tierra, con capacidad para decidir sobre el núcleo duro de la política internacional y posibilidad de control del más poderoso armamento mundial, además de actuar, impulsándolos o detrayéndolos, sobre sectores clave del bienestar de ese país (y de forma indirecta, sobre cientos de otros), como son la economía, los impuestos y los servicios sociales.

Es imprescindible ahora extraer de ese hecho y de la trayectoria que lo provocó, las enseñanzas, prevenciones y defensas frente a las amenazas que asedian la voluntad mayoritaria de democracia en Estados Unidos y en muchos países desarrollados y  comprometen, por tanto, la credibilidad de sus actuaciones de rechazo a las dictaduras. No se puede alardear de ejemplar si quienes están al cargo de sus instituciones no lo son.

El intento de golpe de Estado que pretendieron los seguidores del candidato derrotado, irrumpiendo con violencia y armas en la sede donde se concentra la esencia de la voluntad popular, fue visto, prácticamente en tiempo real, en cientos de millones de hogares. Ese intento de actuar contra las vías democráticas, tergiversando y adulterando los procesos reglados constitucionalmente, tiene un responsable. Resulta insólito, increíble, inimaginable, que sea el propio presidente de la Nación el instigador de tamaña irregularidad.

Parece necesario asimilar la dura verdad. La actuación claramente delictiva, intolerable, fue propiciada, desde meses antes, y de forma continuada, por el propio presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. No estuvo físicamente a la cabeza de los asaltantes del Congreso, pero sí fue su instigador. Expresó, una y mil veces, en múltiples alocuciones públicas y mensajes en las redes sociales, su argumentario terrorista: que “se le habían robado las elecciones irregularmente”, y que el “ganador era él”, en contra de las conclusiones de las comisiones electorales. Persistía Trump en esas declaraciones amenazantes, desestabilizadoras, sin doblegar su opinión, a despecho de certificaciones en los recuentos, de las decisiones judiciales y de la confirmación de la validez del resultado electoral, por el propio Tribunal Supremo. Es decir, consciente de actuar contra las previsiones constitucionales y legales.

¿Qué pretendían los asaltantes? ¿Podrían haber creído, por un solo instante, que amedrentando a los senadores con su presencia violenta, cambiarían el resultado de las elecciones y les obligarían a votar a favor de su candidato? ¿Eran votantes disgustados de Trump, o grupos de alborotadores organizados, a los que únicamente guiaba la destrucción del orden, causar daño, amedrentar a la ciudadanía pacífica, con la representación de una escena de terror, para que fueran registradas en la memoria colectiva, como un aviso?

No caigamos en esa trampa exculpatoria. Volvamos al núcleo. El sospechoso de ser culpable máximo de esa manifestación de violencia contra las instituciones democráticas es el actual presidente de los Estados Unidos, el perdedor en las elecciones, Donal Trump. Ante un hecho tan grave, su incriminación, de ser probada -aunque todos hemos sido testigos de su actuación llena de riesgos e incitaciones al comportamiento delictivo de la masa de sus votates, soliviantando a sus seguidores al calentar sus mentes con el fantasma del pucherazo electoral, mantenido a despecho de las comprobaciones y evidencias.

Me temo que, independientemente del desenlace, y de los daños (no menores: cinco fallecidos, decenas de policías heridos, del orden de un centenar de procesamientos por delitos de sedición, atentados a la autoridad, violación de espacio público reservado, desórdenes, al margen de la excepcional aplicación de la Ley marcial, de la decisión por parte del vicepresidente, desacreditando al presidente mismo, reclamando la actuación de la Guardia Nacional, etc.), el mayor daño a la democracia está hecho. El Presidente se ha convertido en el principal impulsor de las huestes que atentaban contra la democracia.

Estados Unidos ha dejado de ser ejemplo de nación en donde las libertades, el respeto a la ley y a las instituciones, formaba parte de la idiosincrasia nacional. En realidad, teníamos elementos para sospechar que era un espejismo o una verdad con importantes grietas:  violaciones de derechos en distintos puntos del país, la marginación por el color de la piel, la ausencia de protección a los débiles, el menosprecio o uso utilitario, de los gobiernos de otros Estados, progresión armamentística y debilidad de la asistencia social pública, etc. -. Estábamos cerrando los ojos para ver solo lo que nos apetecía ver de lo mucho que ofrecía un país, en muchos otros sentidos, admirable.

La situación de asalto a la democracia que estamos viviendo en España es parte del mismo mal que asola Estados Unidos y se difunde, como una peste, por todo el mundo. Dictaduras que se califican a sí mismo de democracias, elecciones trucadas, representantes de facciones que secuestran la voluntad de las mayorías. Aquí y allá vemos ejemplos sangrantes de secuestros de la democracia, abusos de poder, palabrería adormecedora por parte de quienes están en los gobiernos, para aplastar, asustar o engatusar a los que no pensaban como ellos.

Tenemos en nuestro país razón para preocuparnos, si aún no lo habíamos hecho. Cuando desde la cúpula del gobierno se alimenta la insurrección, se está atentando contra la esencia de la democracia y las consecuencias de esa vil actuación son imprevisibles. Podríamos tratar de encontrar diferencias, tranquilizar los ánimos expresando que eso no está pasando aquí y no puede pasar aquí. A mí me resulta muy difícil sumergirme en esa abstracción, y confirmo los motivos de preocupación cuando escucho algunas declaraciones de ministros del actual gobierno de España.

 

Publicado en: Actualidad, Política Etiquetado como: asalto, Biden, Capitolio, delito, democracia, españa, gobierno, Iglesias, política, Sánchez, Trump

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