La dama, más bien obesa, que obstaculizaba la cola para pagar en el supermercado, mientras introducía con parsimonia sus compras en en el carrito, respondió a la educada indirecta del pobre diablo (yo) que esperaba pacientemente a que dejara el paso libre, y que expresé así: “¿Me permite que le ayude a meter las cosas?” con un “No hace falta. Puedo yo”.
“Es que…-indiqué con mi mejor tono de sutil condescencia- Quizá no se está dando cuenta de que ha paralizado la cola…”
“¡Habérmelo dicho antes!”-me espetó, mientras estiraba ligeramente su voluminoso abdomen, por lo cual pude, sin apenas rozar sus carnes, pasar a recoger mi compra.
No pensar en el otro, ni atender a las consecuencias -mínimas o letales- de nuestras actuaciones, se ha convertido en una socorrida manifestación de pobreza intelectual. Podría haber escrito que lo que evidencia este desapego por la molestia, o el daño, que podemos estar provocando con nuestra actitud de pensar únicamente en lo que nos interesa, es producto del egoísmo dominante.
Pero quiero ir más allá. Nuestra sociedad es pobre intelectualmente. No sé si nos hemos hecho así, o siempre hemos sido colectivamente de esa manera. Solo que esa percepción se me ha hecho casi insoportable.
La señora del supermercado es un ejemplo trivial, inocente y simple. Me sirve únicamente como referencia para revolotear en torno a un asunto más grave: individualmente estamos corriendo un grave riesgo. No tenemos el menor valor para esa mayoría que se guía por la intuición de lo que les conviene exclusivamente a ellos. Somos su molestia, su incordio, su pesadilla.
Si “se lo hubiésemos dicho antes”, no nos hubieran prestado por ello más atención. Tendrían otros argumentos, nos darían otras contestaciones. “Actuamos así por tradición”, o “por mandato de la mayoría”, o “por designios de nuestro Dios”, o…”porque sí”.
Me sobran los ejemplos. En nuestra polis, hemos perdido los españoles una oportunidad excelente de tener un gobierno mejor que el que teníamos: la coalición PSOE -Ciudadanos, que solo precisaba de la abstención del PP o de Podemos. No pudo ser. “Si nos lo hubieran dicho antes”…
No creo que el PP de Rajoy consiga la investidura para su líder, en esta segunda vuelta de pirinola electoral -no le conviene a Ciudadanos apoyarlo a las claras, ni al PSOE abstenerse a la primera, ni mucho menos dejar manos libres a unos diputados para que apoyen al impertérrito presidente en sus eternas disfunciones… Será incluso peor si por los pelos, sin fuerza, con un traje de circunstancias y el jaretón mal hilvanado, se mantiene agarrado al clavo ardiendo de la falta de coordinación de sus oponentes. No debiera ser. Volveremos a recurrir al “Quélástima. Si nos lo hubieran dicho antes”.
Tengo amigos que aún creen que hay una oportunidad de gobernar desde la izquierda plural. No va a ser. Fue un error de Izquierda Unida asociarse con el patafísico partido oportunista, Podemos, disfrazado de izquierda trasversal y sometido a la labia verborreica de su líder actual, Pablo Iglesias (jr.). Ay, si Errejón hubiera capitaneado las negociaciones, otro gallo habría cantado, dicen. “Habérnoslo dicho antes”.
El Reino Unido se va de la UE, aunque, como ha afirmado perogullescamente su nueva Premier, “no de Europa”. Si en lugar de haber catapultado a la dirección de ese organismo que prometía a personas sin carisma, y con demasiado apego a defender sus intereses nacionales, se hubiera avanzado en aquel proyecto frustrado de Constitución Europea…Si hubiera más capacidad para adoptar una posición coherente hacia el exterior, si se fuera capaz de analizar con visión de futuro los temas clave (cooperación internacional, sistema financiero, evolución de la empleabilidad, enrgía y ambiente, igualación salarial, etc.)…Si el Parlamento de la UE fuera menos partidista y más eficiente…Si…No pudo ser. “Si lo hubiéramos sabido. Haberlo dicho antes”.
Ponga, ponga el lector ejemplos. Puede enfocar su interés hacia los temas del terrorismo islámico (y a los de los otros), de la desigualdad social, de la quiebra probable de los estados de bienestar allí donde se encuentren, a la involución turca de Erdogan y cía, al riesgo de implosión siria, al llamado problema palestino (o, mejor, ¿será solo problema israelí?), a los desastres afgano e irakí, a la financiación irregular de los partidos (de aquí y de allá), a la corrupción generalizada (¡pues!), a la deficiencia de la enseñanza, al ascenso de un candidato impresentable del partido republicano en el país más rico del mundo, al cambio climático que tiene un final previsible, etc. etc.
“Haberlo dicho antes”, ¿verdad?. Pero, ¿a quién? ¿de qué modo mejor? ¿con qué capacidad de persuasión?
Nota sobre la fotografía que acompaña este comentario: Me trato de especializar, gracias a un magnífico objetivo 200-800 que me han regalado mis hijos y nueras, en fotografiar aves volando. Es divertido (y algo difícil, por su gran movilidad: se necesita buena luz, y disparar a velocidades altas y sensibilidades bajas para que la apertura del diafragma sea la adecuada). Alguien dijo que si los mamíferos han sido puestos por Dios en la Tierra por su utilidad al hombre, las aves están entre nosotros para alegrarnos la vista y servir a nuestra evasión. Puede. ¡Habérmelo dicho antes!.