Al socaire

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Por qué la gente sensata piensa diferente políticamente (dos)

24 junio, 2022 By amarias Deja un comentario

Para Sartre, “derecha e izquierda son dos cajas vacías”, carentes de valor descriptivo. En la actualidad, particularmente en Europa, la categorización tomando como fiel de la balanza ideológica la supuesta independencia política que proporcionaría el centro. ha perdido sentido. Solo se utiliza en campaña por los líderes y acólitos de las formaciones pretenden nuestro voto, y especialmente para designar, con deje despreciativo, a las agrupaciones tenidas por ultraderecha o ultraizquierda, consideradas populistas y, en algunos aspectos, antisistema o contraconstitucionales.

El valor descriptivo de las siglas y de la distinción entre lo que está a izquierda o derecha está perdido para siempre. Si los movimientos obreros, en la época de la industrialización y, por supuesto, de la reconversión industrial y de la fallida reindustrialización, encontraban su razón de ser en la resistencia legítima contra la explotación del trabajo por el capital, la defensa de una jornada laboral y prestaciones asistenciales que permitieran una vida personal y familiar satisfactoria (en el sentido de libre de cargas injustas), esas reivindicaciones han perdido gran parte, si no todo, su sentido.

Ni siquiera la exigencia de una sanidad adecuada para todos, el acceso a una enseñanza sin trabas económicas o la posibilidad de expresar la propia opinión sin ser perseguido por ellas, incluso aunque se dirijan contra el Estado y sus instituciones (por citar algunas de las ventajas de vivir en un Estado europeo) pueden servir de plataforma general para defender cambios dignos de figurar como programa de un partido, presuma de ser de izquierdas o derechas.

El debate se ha desplazado hacia elementos transversales. La defensa medioambiental es un ejemplo típico. Todos somos ambientalistas y si algo nos separa de serlo con máxima intensidad es la correcta visión de las necesidades económicas reales.

Curiosamente, no solo depende de la forma de afrontar el gasto ambiental (impuestos, reducción de contaminación, incorporación de tecnologías adecuadas, etc.) sino de la educación y concienciación individual.

El paseo por cualquier zona de nuestro entorno (incluso protegidas como parques naturales) viene a demostrar que son millones los ciudadanos que tienen gusto especial en arrojar latas, botellas vacías, colillas, basura, en cualquier sitio, sin reparar en el daño ambiental que causan. Seguro que la mayoría de los ensuciadores se confiesan ambientalistas convencidos. Pueden estar convencidos de que el depredador ambiental es el empresario que se ha gastado millones en proporcionar filtros y controles para cumplir con la legislación ambiental.

Escribe Bobbio que una de las afirmaciones recurrentes (cita a Laponce) es que la izquierda está asociada con rasgos altamente positivos, como creatividad, futuro, justicia. Más allá de lo concreto, la religión estaría a la derecha, y el ateísmo, a la izquierda. Una cuestión relacionada es la creencia intuitiva de que las ideas de izquierda han venido a liberar el pensamiento de las rémoras y límites de la tradición.

Este último aspecto parece haber calado hondo. Se acostumbra, desde hace ya décadas, a caracterizar como facha, retrógado, antiguo, a aquellos que se declaran partidarios de lo antiguo, ya sea el arte, la música, la poesía, los filósofos eminentes de la antigüedad, los pensadores que no ocultaban, al expresar limpiamente sus ideas sobre lo general que a todos nos afecta, sus convicciones religiosas personales, que en nada deberían de importunarnos.

Otro elemento conceptualmente neutro que acapara el debate político (en estas semanas, en vísperas de la cumbre de la OTAN en Madrid, muy especialmente), siendo esgrimido interesadamente por grupos autodenominados de izquierda “genuina” es la cuantía de la dedicación del Presupuesto a Defensa -incluso, si se debiera prescindir de los Ejércitos, declarando al Estado “neutral” o “antibeligerante”.

¿Es más de izquierdas quien se declara contra la OTAN o contrario a la guerra? No estamos en un mundo pacifico; la Historia demuestra que hay regímenes, pueblos y posiciones, que bajo apariencia de movimientos religiosos, sociales o xenófobos, atacan a países que consideran vulnerables o menor dotados de elementos de defensa. Acabo de oir a una portavoz de Podemos defendiendo su postura contraria a la OTAN, como una organización belicista, dirigida por Estados Unidos y repitiendo el argumentario de que la guerra en Ucrania fue propiciada por la posición agresiva de la Organización Mundial.

(continuará)

Publicado en: Actualidad, Política, Sociedad Etiquetado como: Bobbio, Haidt, Laponce, OTAN, Podemos, Sartre

Elogio y servidumbre del centro

4 enero, 2021 By amarias Deja un comentario

El año que se nos ha ido (2020) nos ha dejado varias preocupaciones de entidad, que corresponderá resolver lo antes posible, para evitar que los daños sean tan profundos que haga irrecuperable, no ya la situación de partida, sino un nivel de satisfacción social y económico que no signifique la ruptura del modelo.

Por supuesto, la superación de la pandemia es la urgencia más acuciante. Hasta la aplicación masiva de las vacunas contra el virus invasor y alcanzar ese deseado “nivel de protección de rebaño”, no llegará a los mercados la tranquilidad suficiente para garantizar la recuperación.

Con un panorama tan grave, la economía no es actualmente el motivo principal de preocupación. A nivel tanto individual como colectivo (a salvo de algunos descerebrados) el temor a sufrir el ataque de la Covid y resultar gravemente afectado, cuando no pasar a engrosar el número de fallecidos gravita como un fantasma y cuestiona el alcance y calidad de la asistencia sanitaria, la capacidad organizativa de la administración para garantizarla y, en fin, el eficaz comportamiento protector frente a esa amenaza.

La multiplicidad de posturas de los gobiernos central y regional para defenderse de la pandemia, tratar reducir el número de contagios y, en lo posible, evitar el colapso de la economía, ha abierto debates, sobre lo que de hizo  bien, mejor, o muy mal. Los gansos de cada Capitolio, alzando su griterío,  siguiendo las directrices marcadas por el pesebre, han alabado unos gobiernos, denigrado otros y, en fin, contribuido a generar intoxicación sobre el ciudadano medio.

A salvo de aquellos cuya convicción ideológica sea tan fuerte que les impida valorar la realidad y analizar la calidad y eficacia de las alternativas, parece razonable concluir que carecemos, a estas alturas de la crisis pandémica, de un procedimiento realmente efectivo para garantizar con total seguridad que el virus no nos ataque individualmente. Y la incertidumbre se mantiene cuando todo parece anunciar que nos encontramos ante una tercera ola de la pandemia, de programación más veloz y capacidad de contagio mucho más agresiva.

No creo que nadie ponga en duda la poca información fidedigna sobre la forma de protegerse individualmente contra el virus. Me permito hacer unas pocas preguntas, para poner en evidencia que no existe una respuesta ciudadana única, en la interpretación individual de la ciencia oficial: 1) ¿Cada cuanto se debe cambiar la mascarilla y, por tanto, cada cuánto cambia su protección cada una de las personas con las que nos cruzamos en la calle o coincidimos en el restaurante o en el transporte público?  2) ¿A tenor de la variedad de mascarillas que se ofrecen en el mercado, cuáles son las realmente eficaces? ¿Cómo se controla y garantiza su homologación? 3) Admitiendo que lo importante es controlar la secuencia de contagios a partir de un foco ¿Por qué es más grave reunir a diez personas que a seis o a sesenta y siete?  4) ¿Cómo garantiza que los teatros, restaurantes y comercios, estén libres de virus? ¿Quién lo controla? 5) ¿Cuál es el actual procedimiento más eficaz para conseguir curar -si esta palabra puede usarse con propiedad- a un enfermo grave de Covid? ¿Existe un protocolo común a todos los centros hospitalarios? ¿Y para derivar a un paciente desde los centros de atención primaria? 6) ¿Cómo se lleva y llevará el control de los vacunados en primera y segunda dosis? 7) ¿Qué porcentaje de vacunas (actualmente, todas de doble implementación) y, en particular, la de Pfizer que debe conservarse a muy baja temperatura hasta ser administrada, pero no se puede volver a congelar, se pierde por falta de coordinación o por no acudir los convocados a la cita de vacunación? 8) ¿De verdad, es admisible aceptar que las mascarillas que llevan la ciudadanía, a parte de su homologación primaria, tienen el mismo grado protector? (algunas parecen haber criado hasta gusanos).

La terrible disparidad ideológica que sufrimos en España, con un gobierno central de izquierdas que, a cada paso, demuestra su carácter bicéfalo y algunos gobiernos regionales -los más significativos, el de Madrid y Galicia-, de orientación hacia la derecha, nos hace cuestionar, una vez más que significa realmente, ser de izquierdas o derechas. Es imposible identificar los viejos principios de acción ideológica en ninguno de ellos. A Ayuso y a sus consejeros les acusan quienes molesta que gobiernen en Madrid, de favorecer a la empresa privada. A Sánchez y a los ministros del PSOE sus detractores les tachan de mentirosos y falsarios. Hay que dejar aparte a Iglesias y a sus ministros (incluido el desvaído Garzón), por supuesto, cuyo único ideario parece ser conducirnos de forma rampante al modelo de una república cubano- bolivariana, con similar esquema de liderazgo.

Echo de menos al centro, ya sea centro izquierda o centro derecha. Políticos capaces de pensar y actuar de forma global, integral, sin estridencias y con eficacia. Gentes que no son devotas de Hayek ni de Marx, pero saben de qué se trata. Que conocen los entresijos de la economía y no espantan al potencial inversor. Que reconocen sus debilidades y potencian sus fortalezas, sin engañar ni engañarse. No me gustan los extremos, porque la polarización conduce -siempre, según la Historia- al desastre.

Ha sido una desgracia para España que Ribera (Alberto) y Sánchez (Pedro) hayan perdido el norte de la necesaria sintonía. Costará mucho recuperar ese centro sobre el que hacer pivotar la política y la economía, si es que se consigue.

Hasta entonces, aconsejo no quitarse las manos de la cabeza. Sí, cambiar cada cuatro u ochos horas las mascarillas, airear los espacios y aguardar pacientemente a que nos llegue el turno para ser vacunados…con suerte, dentro de un par de años, salvo cambio de estrategia.

 

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Ayuso, centro, covid, crisis, económica, Hayek, Marx, Podemos, PSOE, Ribera, Sánchez, vacuna

Infantilismo, pasotismo y Alzheimer en la política española

13 diciembre, 2020 By amarias 1 comentario

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Mi comentario evoca, aunque advierto desde el principio que mi tesis difiere, el conocido opúsculo de Lenin “La enfermedad infantil del izquierdismo en comunismo” (1920) que suponía una crítica a los comunistas de izquierda alemanes. Les advertía que, por considerar inútiles los partidos políticos, estaban convirtiendo el partido en una dictadura de dirigentes. Por contra, defendía la necesidad de establecer acuerdos con los sindicatos y con los partidos burgueses.​

Han pasado cien años por encima de esa propuesta y mucha sangre, dolor, fracaso, decepción y recuperación interesada del mensaje, y no me apetece abrir ahora el frasco de mi propia opinión sobre la deriva del comunismo. Solo me interesa poner de manifiesto la esencia del pensamiento de Lenin, en aquel momento: para avanzar desde la izquierda, hay que contar con los partidos burgueses y, particularmente, con los pequeños propietarios.

Ignoro lo que ha leído (y ya no me atrevo a decir, estudiado) el equipo ideológico de socialistas, podemitas, independentistas y diletantes revolucionarios que se han colado en el Gobierno de España y nos obsequian, casi a diario, con las confesiones de la evolución de sus ideas sobre cómo cambiar este país “hasta que no lo conozca ni la madre que lo parió” (frase enfática que subyace como objetivo común de la coalición gubernamental, que antes estuvo en boca de Alfonso Guerra, recuperó María José Montero y que esgrimió, en este caso como acusación, el portavoz del PP, Teodoro García Egea).

Cuando atiendo a los resultados de tal voluntad de cambio, confirmo que la improvisación es la clave que guía el propósito. Como todo vale, los independentistas catalanes, ahora afincados en el Gobierno, se arrepienten de haber elegido el camino equivocado para proclamar su desprecio a la Constitución y orden legal vigente, entonces y ahora. Han sido ingenuos al pensar que el camino de la confrontación era el correcto (pongo por caso, las declaraciones del comunicador mediático Gabriel Rufián en la Sexta en Espejo Público o los testimonios exculpatorios en sede judicial de su poliédrico jefe político, Oriol Junqueras.

Los independentistas vascos no necesitan arrepentirse de nada (al parecer) sino que les basta decir que han cambiado y que son otros, aunque las caras y talantes nos suenen.

No hay necesidad de recordar, para no remover las aguas ácidas y pestilentes, los favores especiales con los que se ha intentado tapar los fervores insolidarios de partidos vascos y catalanes, creados para favorecer un capitalismo de corto alcance, ni poner de manifiesto el adoctrinamiento y falsedad histórica con la que se envenena de anti españolismo a los niños, en las ikastolas y escoles catalanes.

Para qué, lo importante es avanzar en el cumplimiento del objetivo de convertir a España en un estado desmembrado multinacional y falto de solidaridad, ya que no en una República federal desestructurada. Y, para ello, solo les parece necesario destruir la imagen de la Monarquía parlamentaria, aupándose sobre los errores recientes del Rey de antes y despreciando su papel crucial en nuestra actual democracia, modelo mundial hasta que los revolucionarios que improvisan sus papeles tomaron la intención de destruirlo a martillazos.

Si el infantilismo se ha colado por la izquierda, con su desfachatez de improvisar medidas y dar toda acción destructora por válida sin analizar las consecuencias, el Alzheimer se ha introducido en serios estamentos. Estoy pensando, sobre todo, en las increíbles manifestaciones de algunos ex-militares (mandos jubilados), cierto que en un chat privado, defendiendo la sublevación militar (o algo parecido) y apoyando (así puede interpretarse) otra guerra civil, con purga a todo disidente. En personalidades que han crecido en democracia, que ocuparon puestos de relevancia militar, esas confesiones -incluso entre amigos dados a la broma ácida- solo pueden justificarse desde la demencia senil o un Alzheimer avanzado, sin que me atreva a calificar, por respeto y aprecio a las Fuerzas Armadas, ejemplo de transición democrática y respeto a la Ley de Reforma de la carrera militar, a los que han callado, jaleado o tolerado tales manifestaciones.

No entiendo tampoco el comportamiento del Rey de antes, pues por muy fuerte que haya sido la personalidad del Rey Juan Carlos, solo desde una voluntad enferma de autodestruir con varios juegos de artificio su legado excepcional, puede justificarse que haya comprometido su credibilidad patrimonial, su obligación de mantenerse como referencia ética y, según puede colegirse con dolor, situando a su sucesor, Felipe VI y a la Jefatura de Estado en el compromiso de repudiar alguna de sus últimas actuaciones. Como quiero creer que sus asesores no se las han aconsejado, no puedo sino atribuir su autoría a la demencia senil que habrá progresivamente afectado a don Juan Carlos y al descontrol que, falto de vigilancia y por mal entendido respeto, se han visto sometidos sus actos privados cuando abdicó, a lo que, por cierto, nada le obligada (véase el ejemplo de la Reina Isabel II de Inglaterra, casi centenaria y cuya inmensa riqueza, orígenes de la misma y sus propias cualidades como Jefe de Estado están por encima de cualquier debate fundamental).

Sobre el pasotismo de la sociedad civil, aletargada entre la crisis del coronavirus, ayuna de canales para transmitir y realizar un debate crítico y constructivo, y ahogada por la crisis económica, se podría escribir un libro, no un modesto Comentario en un blog de corto alcance.

Publicado en: Política Etiquetado como: Alfonso Guerra, Alzheimer, felipe VI, García Ejea, Lenin, María José Montero, Militares, Podemos, PP, rey juan carlos, sociedad civil

Comienza una legislatura entre algodones

3 febrero, 2020 By amarias Deja un comentario

El 3 de febrero de 2020 ha dado comienzo a la legislatura más compleja de la democracia española, con un acto de solemne apertura en la que, como es costumbre, diputados y senadores ocuparon los lugares del hemiciclo, más apretados que de costumbre. La ceremonia se realizó bajo la presidencia del rey Felipe VI que pronunció un discurso meditado, serio, en el que puso énfasis sobre una frase fundamental, ya muy repetida y analizada -a pesar de su significado inequívoco-: Los españoles debemos estar unidos en la aventura común y no enfrentados unos con otros.

No lo estamos, lamentablemente. Ni siquiera para guardar las más elementales formas de cortesía. Algunos representantes del pueblo no se han dignado comparecer en la apertura de las Sesiones, porque son republicanos e independentistas, es decir, no constitucionales. Que se cuenten entre estos incómodos compañeros de nuestro viaje democrático los que soportaron, con su abstención, la investidura de Pedro Sánchez, felicitado públicamente por el Monarca por haber obtenido la presidencia del Gobierno, no debe tranquilizar a nadie.

Al Rey, símbolo del Estado, se le aplaudió durante más de cuatro minutos, una vez finalizado su discurso institucional que, supongo, fue sustancialmente preparado por el Gobierno. No aplaudieron, en una manifestación de su desapego y falta de educación parlamentaria, algunos senadores y diputados, incluso pertenecientes al grupo Unidas Podemos, que forma coalición con el PSOE en el Gobierno de nuestro sufrido país.

La legislatura se abrió, en fin, con un tono más bien triste. Estuvo, en mi opinión, magnífico, el discurso de Meritxel Batet, presidente de la Cámara, con mensajes de unión, diálogo y genuina ponderación. Nada que ver con el talante rebelde del todavía presidente de la Generalitat, el funambulista Torra, que sigue propagando, utilizando el apoyo para sus desvaríos que le dan los medios oficiales (además de la tendenciosa TV3), que España no es una democracia y que mantiene a presos políticos.

Nada me tranquiliza que, cuando compareció en el Parlamento catalán, en no se qué Comisión de Investigación de no se qué causas, el penado Junqueras, con difusión mediática ad hoc, manifestara que su procesamiento y actual encarcelamiento (por sentencia firme) fue fruto de la venganza y no de la justicia. Espero que algún jurista con más tiempo y ganas que yo, anime a la fiscalía a que investigue si su excitada frase es motivo para imputarle un presunto delito de calumnia agravada (atribuir la comisión de un delito al Tribunal que lo juzgó).

Por cierto: una gran decepción me produjo el programa de Evole, el periodista a la busca de autor, que se pasó toda la semana anunciando que iba a entrevistar a Junqueras y que en la noche del 2 de febrero, en su programa, se limitó a presentar sus inquietudes como periodista, faltando a la inmediatez y claridad que exige la actual situación política y convirtiendo en el primer capítulo de una serie lo que debería ser un programa de actualidad y no una exhibición de su capacidad para adornar el presente. La entrevista a Junqueras se la guardó para la próxima semana, por lo que ya no me interesa nada.


El carbonero garrapinos (parís ater) es bastante más pequeño que el carbonero común (parus major), con el que está fuertemente emparentado. Los jóvenes del común tienen una mancha blanca en la nuca que puede llevar a confusión con el garrapinos, que tiene la coronilla y la pechera también negras, pero que mantiene en la edad adulta una amplia franja de pluma blanca en la nuca. El fondo amarillo de la fotografía sirve para dotar de un falso color pardo amarillento al plumaje del vientre de nuestro fotografiado, que lo tiene, en realidad, muy claro, a diferencia del otro párido, que la tiene francamente amarilla en el adulto y surcado por una lista negra central

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Lentejas a la greña

23 julio, 2019 By amarias 1 comentario

La propuesta de investidura de Pedro Sánchez como Presidente de Gobierno está deparando incómodas sorpresas, en relación, no ya con las opciones del candidato a obtener una mayoría suficiente, sino, y esto es mucho más grave, como demostración de la incapacidad para dialogar serenamente, respetarse recíprocamente y facilitar entre los distintos partidos puntos de encuentro común que garanticen la gobernabilidad en España.

Las intervenciones de los portavoces parlamentarios han sido lamentables. Desde luego, el primer responsable de que la singladura del debate fluctuara entre lo inane y lo aparatoso, ha sido el candidato. Consciente, en su primer discurso, de que la negociación con su “socio natural”, Unidos Podemos estaba encallada y amenazada de una ruptura total, se limitó a repasar conceptos y cifras en tonos y acentos propios de un opositor a cátedra de Bachillerato, pero lejanos de lo que cabe desear de la aparición pública, en momento estelar, de un futuro presidente de Gobierno de un país que quiere ser modelo para el mundo.

Las réplicas y contraréplicas de los líderes de los partidos que se han definido, y así lo han reconocido el candidato y sus teóricos apoyos, como “oposición”, se han desenvuelto por los terrenos esperados: la justificación de su rechazo al candidato y, en el caso de Pablo Casado, creo no desviarme de la apreciación de los que vimos el debate sin dogmatismos ni aprioris, con un discurso brillante. Me gustaría decir algo parecido de la locución de Albert Rivera, pero la facción naranja ha perdido fuelle, con tantas idas de militantes de relieve, y eso se nota en los ánimos del portavoz.

Lo que resultó insólito fue asistir en directo a la escenificación de los desencuentros -que juzgo insuperables. entre Sánchez y Pablo Iglesias. Si ambos personajes de nuestra política actual pretenden convencerse y convencernos a todos de que, con esos mimbres y talantes, van a ser capaces de conformar un gobierno estable, necesitan nuevas gafas para entender la política y las necesidades de nuestro país.

Si tengo que apostar, apuesto porque ayer -y, definitivamente, hoy, 23 de julio de 2019- se han confirmado la inviabilidad de la candidatura de Pedro Sánchez. Las tres “derechas” (los trillizos, se les llama ahora) no van a cambiar el sentido de su voto, por mucho que el candidato les pida, les sugiera, les implore, su abstención: no tendría sentido sociopolítico que concedas carta de naturaleza para gestionar el país quienes han sido desplazados del gobierno por socialistas, podemitas e independentistas, o quienes han sido y están siendo insultados permanentemente como apestados.

Ah, pero lo que resulta novedoso es que, luego de haber consumido tres meses (si no más) en negociaciones de hipotético entendimiento y cordial preparación para gobernar conjuntamente, saltándose las sustanciales diferencias entre la visión anticapitalista y la prudente concesión a la economía social y de mercado, cuando se ponen a explicarnos en la tribuna pública del Parlamento a todos los españoles lo que van a hacer y lo contentos que están de haberse conocido, nos obsequien con un plato de lentejas cocinado a la greña, servido a navajazos, condimentado con patadones bajo y sobre la mesa.

Votad, malditos. Si algo podemos agradecer es la claridad con la que habéis conseguido mostrarnos las bajezas con las que sois capaces de defender vuestros intereses. Los nuestros, los del pueblo, han quedado arrumbados en las urnas, perdidos en la maraña de votos, inutilizados porque se nos ha pedido que expresáramos lo que nos gustaba más de las diferentes propuestas, todas ellas, lentejas cocinadas y empaquetadas desde los partidos, y resulta que hemos elegido lo que nos pareció mejor a cada uno.

Y ahora, cuando el pueblo ha expresado su parecer, ¿venís vosotros, los representantes del pueblo, para decirnos a la brava que no podéis poneros de acuerdo porque nosotros no supimos ponernos de acuerdo antes, votando mayoritariamente a un partido que le diera la opción de gobernar en solitario?

Que os zurzan.


No estoy seguro, porque no lo había observado nunca antes y la visión no fue perfecta. Iba paseando por la orilla del Tajo, bajo un sol abrasador, más atento a golondrinas, vencejos, jilgueros, garzas reales, fochas comunes, andarríos y martinetes que a otra cosa, despreciando por conocido el brusco batir de alas de las palomas emboscados entre los álamos, cuando, de pronto, atisbé una sombra desconocida.

No era una paloma, aunque tenía aparentemente el tamaño de una torcaz. Disparé cuatro fotos, sin tiempo para enfocar. Ya en casa, consultando las decenas de libros de ornitología que mantengo en una biblioteca donde no cabe más, me pareció que podría tratarse de un avetorillo común (ixobrychus minutus), macho. Las alas, rosas y negras, con ese dibujo del plumaje, que se presenta como característico, junto con la caperuza oscura, parecen dar las claves. El ave está fotografiada de espaldas, y no se perciben las patas amarillas y la cola, achaparrada contra el cuerpo rechoncho, no se percibe con claridad.

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Semana de crispación

15 abril, 2019 By amarias Deja un comentario

Esta Semana Santa de 2019, antevíspera de las elecciones generales del 28 de abril, se presenta con la peculiar escenografía de la confrontación entre los espacios religiosos y los políticos.

Puesto a elucubrar sobre la forzada coincidencia, me pregunto si forma parte de la estrategia urdida por el equipo del presidente de Gobierno Sánchez, para contaminar el debate electoral con las procesiones de la Semana Santa, el vaivén turístico-vacacional de los presuntos votantes y, en suma, combinar en el cóctel de los sentimientos, la devoción de algunos a la rememoración de la Pasión del Cristo Redentor con el desencanto que produce el bajo nivel de nuestra clase política a la hora de encontrar soluciones a los males que nos afligen.

Por el lado del laicismo, hay motivos para encontrarnos inmersos en una sensación de desamparo, compatible con el recogimiento, la invitación a la meditación sobre la levedad de la vida humana y la invitación, bien aprovechada por todas las religiones (y glosada magníficamente por Karen Amstrong), para apuntar a un ser superior como elemento salvífico de nuestras debilidades y respuesta contundente a cualquier interrogante racional. Los candidatos que pretenden nuestro voto están más preocupados en salvar su pellejo frente a los otros adversarios que en decirnos a los que contemplamos sus peleas (con creciente escepticismo) que están pensado en los problemas que nos afectan, proponiendo soluciones factibles y no cantos de sirena y cuentos de la lechera.

Por el lado de la religión (incluida la parte de folklore que es consustancial al gran espectáculo de las procesiones), factor dominante en esta Semana preelectoral,  la Iglesia católica entra en campaña con sus postulados sobre la eutanasia, el derecho a nacer una vez concebido, la familia como elemento rector del buen orden ciudadano, la homosexualidad y otras supuestas desviaciones de la débil naturaleza, contaminado todo ello con la idea de un dios redentor y la necesidad de expiar por los pecados propios y, de paso, de toda la Humanidad.

No soy seguidor de mensajes desde el púlpito, pero no tengo duda de que el camino a la salvación de la fe cristiana pasa por votar las propuestas de los partidos de la derecha, con preferencia a cualquier desvío ideológico por los cerros de la izquierda, si es que aún el lector puede entenderse y entenderme al utilizar estos términos desorientadores.

En fin, la desafortunada desenvoltura con la que los líderes de los partidos políticos en liza electoralista se esfuerzan en desacreditar a trompazos a todos los demás, incluso a los que deberían formar parte de su tendencia ideológica, definiendo diferencias donde debería haber líneas programáticas, a base de descalificaciones personales y trazos gruesos de lenguaje populachero, hace daño a la democracia. Aumenta la crispación, crea más desencuentros.

Debería tener confianza en que los debates televisivos, en los que los candidatos se encuentran cara a casa con sus oponentes ante la audiencia y no frente a sus seguidores en mítines de campaña, servirá para aclarar las cosas.

Como perro viejo de estas y otras circunstancias, no tengo mucha esperanza en que se consiga ese efecto.  No me parece que el populismo de los profesores universitarios que, pertrechados tras sus plazas académicas de por vida, lanzando soflamas y promesas inviables, tenga otro valor que calentar los ánimos. Y menos tengo en que los defensores de bajar los impuestos y confiar la recuperación y el progreso al milagro de la eficiencia de los mercados, consigan poner freno al deterioro avistable de la pérdida de empleo masivo que provocará la generalización de las nuevas tecnologías en países, como el nuestro, que menosprecian la investigación y la enseñanza de calidad.

Entre tanto barullo, los detentadores de los grandes capitales -no me confundo, no son los Ortega, ni los Koplowitz, ni los Botín, …, no tienen nombre conocido y no residen en España-. son como las anguilas y se escapan ágilmente a otros ríos con mejores aguas si se les asusta lo más mínimo.

Tenemos serias dificultades para mantener el estado de bienestar -que es nuestro país alcanzó cotas excelentes, en realidad, impropias de nuestro Producto Interior Bruto- y aquí el debate no puede contentarse entre los partidarios de sostener lo actual y mejorarlo aún más. Hay que definir qué recursos necesitamos a la vista de la evolución de prestatarios y demandantes, y cómo se van a conseguir. A largo plazo. Y ello se relaciona con todo el sistema productivo, no con deseos ni promesas de adalides mitineros.

Se ha de reconocer que el Partido Socialista de Sánchez (lo que queda del viejo PSOE) ha demostrado imaginación para gobernar con ideas de poco calado pero gran efecto mediático, aunque percibo en el fondo una arriesgada propensión a la huída hacia adelante. Los números no salen, porque no se han hecho. No estamos necesitados de titulares, sino de letra pequeña.

He escrito ya muchas veces que a España le vendría bien una coalición de gobierno entre el PSOE y Ciudadanos. La forma en que se está llevando a cabo la campaña por ambos partidos es lamentable. Hay empujones obsesivos desde el socialismo de manual para agrupar a los simpatizantes de Ribera y Arrimadas (como cabezas más visibles) con la derecha retrógada, que son perfecta y erróneamente confirmados por el equipo de Ciudadanos, perdida la esencia del centro, con la insensata, e irreal, promesa de no apoyar un gobierno de Pedro Sánchez, por haberse aliado con los independentistas.

Muchos preferiríamos conocer qué va a hacer el Gobierno que salga de las urnas. No con quién se va a aliar para formar una coalición relativamente estable.  No es eso. Desearíamos saber cuáles son las medidas que son capaces de consensuar, a la vista de las posiciones de los restantes partidos, si, como es seguro, no van a conseguir la mayoría suficiente para gobernar en solitario.


Este ave, fotografiada lamentablemente con escasa definición (no preparé bien los parámetros del equipo de Canon con el que me dedico a captar imágenes de todo tipo de volanderos), es una canastera (glaveola pratincola). Parecida a la perdiz, por tamaño y algún comportamiento, se la distingue sin confusión, al menos en verano, por el pico rojo muy visible y el conspicuo dibujo cefálico, definible como una línea negra que va desde el ojo hasta la garganta.

Esta canastera se encontraba en Fuerteventura, a principios de abril de 2019, cerca de Morro Jable. Estaba ocupada cazando insectos del suelo, y tardó en advertir mi presencia. Cuando miré las fotos, mi decepción fue notable. Las retoqué como pude, sin mucho éxito.

Publicado en: Política, Sin categoría Etiquetado como: Ciudadanos, coalición, elecciones, Partido Popular, partidos, Podemos, política, pregramas, Ribera

Haciendo la Pascua

9 enero, 2019 By amarias Deja un comentario

 

Han aparecido demasiados grupos de gentes interesadas en hacernos la pascua, en la acepción de fastidiarnos a quienes deseamos vivir en paz y concordia.  Tal parece que mantener el orden (constitucional, ético, social) fuera obstáculo para alcanzar cotas más altas de bienestar mejor distribuido.

Como es sabido, la Pascua tiene su origen en la celebración judaica del Éxodo hacia la Tierra prometida, que el calendario Cristiano, utilizando el sentido de la palabra greco-Latina aplicó al misterio gozoso por excelencia, la supuesta Resurrección de Jesús, y su aplicación a la redención de los humanos.

No está claro por qué decimos que alguien nos hace la pascua cuando nos desbarata una ilusión, salvo que el pueblo llano generador de palabros se haya situado en la posición del cordero pascual, inmolado para satisfacer los apetitos festivos de la especie humana.

Pues bien: aquí nos han surgido unos cuantos visionarios que nos toman por corderos, animales mansos y tontorrones, aunque muy ricos de comer.

En la cada vez más alejada Cataluña, los Puigdemont, Torra, Pujol, Rufián, Mas y otros cientos de listos de manual, campan con sus incongruencias delictivas (desde reales a presuntas, juicios mediante), haciendo la pascua a millones de españoles (catalanes o no, que de regionalismos yo no quiero entender como actitud separadora).

En la muy acrisolada Andalucía, por la gracia y saber vivir de sus habitantes -contagiosos, por lo demás-, la disputa política por desbancar a Susana Díez de su trono regional, ha dado nacimiento a un equipo ideológico destinado a hacer la pascua al Partido Popular y, especialmente, a Ciudadanos, que se creían ya con el cetro de la autonomía sevillana. De las marismas de la extrema derecha (equivalente, ay, al ala Republicana en USA) ha surgido Abascal y un conjunto de duros defensores de la contracorriente insolidaria (Ortega, Bardají y otros prófugos del PP)

Mientras el equilibrio inestable del gobierno de la Nación se deshace en un clamor a favor de elecciones, los españoles de a pie somos testigos de cómo se nos hace la pascua por doquier, y, lo que es muy grave, se nos miente al querer presentarnos la realidad con falsos paños. Esto no mejora, porque no se está remando en la misma dirección.

Dentro de este desorden pascual, debo resaltar dos comportamientos ejemplares, en cuanto a transmitir serenidad y buen juicio. El del Rey Felipe VI, oportuno en recordar lo que significa la celebración el seis de enero de la Pascua militar y el de la alcaldesa Manuela Carmena, aprovechando la recepción a los Reyes Magos en Madrid  (“los de verdad” sentencia una de mis nietas), para dar un mensaje de cordialidad con calado social.

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Vuelvo a poner como imagen de un Comentario de este blog, a mi dibujo “La falsa libertad guiando al pueblo”, que acompaña mis escepticismos crónicos.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: Andalucía, Cataluña, Ciudadanos, elecciones, gobierno, Partido Popular, Podemos, Vox

Sonámbulos

23 julio, 2018 By amarias 3 comentarios

Si es verdad que en momentos de crisis es cuando el ser humano encuentra las mejores opciones, estamos bien servidos. Las guerras frías y las sopas calientes parecen haberse instalado entre nosotros y, desde luego, todo apunta que están aquí, como se suele decirse, para quedarse por una temporada.

A escala amplia, la actividad frenética de acumulador de tensiones que desarrolla el presidente del otrora país líder mundial, responde perfectamente al paradigma de generar dificultades (reales o, mejor, inventadas), para terminar disolviéndolas como azucarillos en vaso de agua. Hay que saber hacerlo y hay que contar con que se tiene -aún- la sartén por el mango. El Sr. Trump se ha revelado, para quienes no lo conocíamos tanto, como un maestro en el arte de calentar la olla para acabar sirviendo un caldito de chicha y nabo.

Claro que, mirado con más atención, las salvas del Presidente norteamericano del norte de México, tiene sentido para sus admiradores. Defender mayor autarquía e independencia -incluso energética- para los suyos, cerrando fronteras y aumentando gravámenes a las importaciones foráneas, va en contra de la filosofía económica de los que opinamos (por intuición y convicción formal) que se debe avanzar en la solidaridad internacional y en el apoyo a los que más lo necesitan, por cuestiones no solo éticas. Sin embargo, suena bien para quienes se preocupan solo del corto plazo cuando éste favorece sus intereses particulares y cierran ojos a las necesidades de los demás, creyendo que no les afectarán jamás las consecuencias.

No será por contagio, sino porque las conjunciones cósmicas están favoreciendo el crecimiento de los individualismos, de los separatismos y de las incomprensiones hacia las necesidades de los otros, pero empiezo a creerme que estamos a punto de vivir (ojalá no) un desencuentro internacional de gran envergadura. Al fin y al cabo, como se encargó de poner de manifiesto Clark cuando explicó por qué se produjo el desastre del catorce del pasado siglo, todo es cuestión de que aparezcan “sonámbulos” junto a ambiciosos sin escrúpulos en el panorama de la toma de decisiones relevantes.

Miro hacia nuestro pequeño país y me parece que hemos perdido sentido de la mesura y que encontramos placer en buscar las cosquillas de los otros, contentos con mirarnos los ombligos propios. Es cada vez más cierto que vamos hacia unas elecciones anticipadas, pero porque la voluntad del jinete Sánchez y su equipo es hacer las cosas bien, aunque sea a la trágala, sin parar en consecuencias. Y no basta con tener buenas voluntades, ni siquiera con poseer la percepción de las mejores ideas. Ponerlas en práctica exige negociaciones, discusiones, consensos y…dineros.

El peligro de descomposición orgánica, sin embargo, no viene de la falta de apoyos que se irán desplegando, como un manto funesto, a este gobierno de circunstancias, sino en el sentido contrario. En los apoyos que reciba, puntualmente, que acabarán conformando un muñeco sin capacidad de supervivencia, a base de mordiscos y pegamentos. Las declaraciones de quienes dicen haber ganado también la ceremonia de censura a Rajoy, actuando desde la sombra repartiendo abrazos de oso, vienen a probar que no se lo van a poner fácil, en absoluto, al gobierno de Sánchez.

Tampoco le va a facilitar ni el agua ni la sal el Partido Popular, o lo que surja de la recomposición de la derecha española bajo el nuevo mando de Pablo Casado, exiguo elegante de unas primarias con sangre e insultos, habidas por necesidad en la coalición de intereses conservadores que perdió la censura por la corrupción evidenciada de algunos de sus significados jerifaltes.

El mini Programa que el flamante presidente del PP expuso en su campaña fraticida y repitió ante los compromisarios el 21 de julio de 2018, pone de manifiesto que vuelve la derecha de verdad, la que defiende el liberalismo de mercado y el centralismo y control de los poderes públicos sin ambages ni tapujos. Que Ciudadanos, el partido de Rivera y Arrimadas, haya perdido pie por defender posiciones de sensatez, no deja de ser una medida más de la polarización de la política española: hacia la derecha extrema y el populismo mediático del Podemos -fagocitador de la izquierda genuina-. En el medio, el PSOE en reconversión y Ciudadanos in cerca d´autore, a lo Pirandello.

Sin embargo, lo más preocupante, en mi opinión, sigue siendo el agua de Cataluña, como oí decir, con gracia pero con tristeza inocultable a la directora Isabel Coixet. Algo les están dando a los catalanes con el agua, que les hace ver las cosas de manera esperpéntica. Aunque la alcaldesa hiperactiva en los gestos en que se ha reconvertido Ada Colau está en la lucha por recuperar para la gestión pública el agua de Barcelona (operación de titanes donde las haya), no parece que sean los catalanes que viven en la capital del condado los afectados, sino los de las periferias, o sea que el agua que malbeben debe venir de otras fuentes.

El minipresident Torra no para de decir tonterías, que quedan magnificadas y convertidas en peligrosos axiomas cuando las pronuncia desde el balcón de su Generalitat o desde Alemania o Bélgica. Sus insultos al resto de los españoles (y, dentro de ellos, a la mitad de los catalanes) no tienen ninguna gracia, y aventuran el crecimiento de tensiones que no se van a resolver en diálogos de despachos. Puede que caminemos hacia una federación republicana de miniestados, en los que se traduzca la descomposición de la llamada España grande, una y libre. No me gustaría verlo por el camino de las descalificaciones, los populismos sin fondo, las historietas falseadas de profesoruelos de historia adaptada.

En fin, la acumulación de tensiones sobre el Rey Felipe VI ha subido algunos enteros en la segunda y tercera semanas de julio de 2018 al difundirse unas conversaciones de naturaleza incalificable entre la ciudadana alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el ex comisario Villarejo, según se cuenta, con la complacencia de un antiguo presidente de Telefónica, en la que afirma, en deficiente español y en una grabación editada a saber cómo, que el dimitido Rey Juan Carlos la utilizó como testaferro para ocultar la procedencia de las comisiones sobre los negocios en los que participó. Todos suponemos, leyendo entre líneas, que se refiere a las intervenciones del monarca “emérito” en el apoyo a empresas españolas por tierras de sus primos árabes, que, dicho sea de paso, bien les han servido a aquellas.

El ventilador mediático funciona con plena complacencia. El derrame de inmundicia en torno al Monarca al que Preston calificara de salvador de la democracia en un febrero ya muy pasado, abarca a los negocios de Nóos y a las interioridades hipotéticamente rijosas del octogenario general, educado por el mismo personaje (según la autoridad de Boris Izaguirre) que Carmen Bordiú Franco, la bailarina de Mira quién baila.

Poco interés tienen -para mí, al menos- estas historias de salón de casa de muñecas, sino fuera porque apuntan, en lo que ya se debe considerar como operación de acosos y derribo organizada, contra la forma de la Jefatura del Estado, que es, por la Constitución de 1978, la Monarquía y que es, en mi torpe criterio de observador desde la marmita, una seria garante de que los españolemos no nos desmadremos, una vez más, por el camino de decidir a garrotazos quién tiene más razón.

Sonámbulos, el mundo va de sonámbulos otra vez. La anormalidad como sustrato de riesgo.

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: Casado, economía, Partido Popular, Podemos, sonámbulos, Trump. Sánchez

Por tierras movedizas

5 julio, 2018 By amarias Deja un comentario

Mientras los afiliados al Partido Popular, en número pulido hasta el ridículo, (al bajar desde los aires de grandeza insolente a la triste realidad de una entidad política en descomposición), se disponen a votar sin mucha convicción entre tres candidatos tocados de ala, los restantes partidos españoles, con la mirada perdida, mordisquean las uñas a la espera de que el tiempo mejore.

Cierto que el Partido Socialista de Pedro Sánchez, impulsado por el azar y el deseo de varias figuras del plantel de principales, por poner su nombre entre los ex ministros del país, tiene en este momento la sartén del poder por el mango. Pero el asa de ese instrumento de cocinar el pote común, está que quema y no se sostendrá en la mano por mucho tiempo.

El ojo tan lleno de altanería como falto de visión pragmática de Pablo Iglesias Turrión y sus amigos de Podemos-Desunidos ofrece un compañero de viaje que se asemeja, sobre todo, a un easy rider, un oportunista atento al beneficio propio más que a ayudar a gobernar mejor.

La historia, aún inconclusa, para nombrar un presidente para la Televisión pública o la imposibilidad de formar un Consejo para el ente en el que figuren representantes de todas las facciones públicas, no refleja sino la peligrosa combinación de la exigencia de altos peajes para mantener al PSOE en el Gobierno como la cerrazón de los partidos de derecha y centro derecha para acercarse al diálogo con quienes, según su lectura, les han usurpado el poder.

Nadie sabe lo que podrá salir de ese debate entre enemigos acérrimos en el que se ha convertido el debate a porrazos por la sucesión de Mariano Rajoy en el PP, aunque las encuestas -que no tengo ni idea de cómo se lavan y peinan en este caso- apuntan a que la ex vice Soraya Saenz de Santamaría tendrá la mayoría, lo que no evitará que esta camaleónica política deba emprender un camino de expiación por su partido, al estilo del que Pedro Sánchez realizó por el suyo.

En este guirigay de afectos descompuestos, me preocupan, como seguramente a una mayoría de españoles a los que interesa que la política se haga de la mejor manera posible, tres o cuatro cosas de mayor calado:

a) el silencio de Ciudadanos y de sus dirigentes, obviados por los media tendenciosa como si se tratara de apestados, cuando han ofrecido los argumentos más serios de esta reciente historia de nuestro malhadado país;

b) la obstinación de Torra, Puigdemónt y sus secuaces separatistas en insultar al resto de los españoles y a la mayoría de los españoles residentes en Cataluña (es decir, a los catalanes) con una agresión y una falta de respeto institucional que si no merece el castigo de la Justicia (hoy demasiado solicitada) debiera encontrar el desprecio masivo en las urnas;

c) y, finalmente, para no hacer el cuento largo, me asombra que se haya sepultado a la izquierda histórica, la del Partido Comunista, sin que se adviertan voces no ya discrepantes, sino aullidos de dolor, actuando de enterrador. Alberto Garzón, que más que líder de la rancia institución, aparece como un joven aficionado al glamour y falto del carácter crítico y reivindicativo que correspondería a la verdadera izquierda consciente de que su papel es el de actuar de mosca cojonera del poder establecido y no de comparsa de populismos ni florituras de salón.


He fotografiado una pareja relativamente insólita: una cigüeñela (Himantopus himantopus) , elegante con sus patas de color rosado y su fino y alargado pico, y una polla de agua (gallinula Chloropus), también inconfundible por el pico rojo con  punta amarilla de los adultos.

Cierto que estas dos aves casi parecerían domesticadas, compartiendo hábitat circunstancialmente con los patos azulones y las fochas comunes que ocupan ocasionalmente como dormitorio uno de los grandes estanques de la urbanización de Costaballena, hoy en crecimiento desmesurado al haberse recuperado en parte, por lo que parece, la anterior burbuja inmobiliaria y estarse preparando una segunda.

 

 

Publicado en: Actualidad, Política, Sociedad Etiquetado como: cigueñela, Ciudadanos, focha, Garzón, Izquierda Unida, Partido Popular, Podemos, polla de agua, PSOE, Sánchez

Prioridades

17 mayo, 2017 By amarias 8 comentarios

Si los postulantes a convertirse en el secretario general del PSOE que perderá las próximas elecciones (Díaz, Sánchez y López) han creído que el tema de debate que interesaba a sus posibles votantes era saber quién tenía mejor carisma entre los actuales militantes del deshecho partido, se equivocaron.

No está la cuestión en dilucidar quién será capaz de arrancar los aplausos más enfebrecidos en los mítines que se celebren hasta el domingo 21 de mayo, fecha que marcará el punto de escisión en, al menos, dos facciones, del partido, hasta ahora, más añejo de nuestro maltrecho país.

Para los que analizamos -más o menos-, desde la independencia y el pragmatismo, qué agrupación política será más capaz que otras -sola o en coalición- para impulsarnos colectivamente hacia delante, no nos importan los nombres del cabeza de lista , sino los programas de actuación en los que nos tenemos que involucrar todos. Esto es, las prioridades.

Puede que los independientes y pragmáticos de España seamos un grupo reducido. No hay forma de contabilizarnos.

No somos los mismos que asistimos a partidos de fútbol para entusiasmarnos, o sufrir una decepción, según el resultado del equipo con cuyos colores hemos dejado crecer una identificación que podría analizarse incluso desde las patologías infantiles.

Tampoco somos quienes están persuadidos, con una obsesión que puede bascular entre lo ignorante y lo enfermizo, de que las decisiones económicas o son blanco o son negro. La experiencia reciente ha puesto de manifiesto las burbujas explosivas que se favorecen con la libre circulación de capitales y dejando que la iniciativa e intereses privados se adueñen de la economía. Pero, sensu contrario, tampoco creo que las continuas protestas reivindicativas, el desprecio hacia todos los emprendimientos, el empecinamiento en exprimir la solvencia de los propietarios o la difusión perniciosa de la idea de que todos somos iguales sin distinguir entre actitudes y capacidades,  tengan detrás a un mago con varita y equipo mágicos que nos vayan a solucionar los problemas de la crisis, del paro, los brotes secesionistas o la ruptura del estado social.

Ser independiente y pragmático tiene sus servidumbres, pero, en compensación, presenta notables ventajas para la tranquilidad del espíritu. No nos mueve del asiento si un candidato es más simpático, o tiene mejor vocabulario, o ha nacido cerca de nuestro pueblo. No nos importa que esté o haya estado dispuesto a asociar su coalición con otro partido del espectro político democrático, siempre que nos lo haya explicado desde la perspectiva de lo que es mejor, en ese momento y circunstancia. Ni siquiera nos importa si le están apoyando o no, personas con una determinada trayectoria anterior.

Nos importa saber cuáles son sus prioridades, y lo que van a hacer y proponer hacer, él y su equipo, para resolver los puntos de conflicto económico y social. Si no  son capaces de presentárnoslas, si les preocupan cuestiones internas de sus partidos o facciones, los independientes y pragmáticos nos quedaremos en casa cuando nos llamen a votar, o lo haremos en blanco.

Porque no debemos olvidar que el país se encuentra en una situación concreta, administrada de una manera determinada. Nos puede parecer muy mejorable, estaremos convencidos de que la corrupción es un desastre ético impresentable en una sociedad democrática, que el paro actual es infumable, que faltan medidas activas para corregirlo, que la enseñanza deficiente, que el proyecto europeo precisa una redefinición y un nuevo empuje, o que el proyecto secesionista del actual gobierno catalán exige claridad, diálogo y convicciones, no amenazas…

Los independientes y pragmáticos tenemos bien detectadas las carencias del actual gobierno. También, sus virtudes, porque no nos guiamos por apriorismos, ciegos axiomas, ni pactismos de oportunidad. Por eso, no vamos a impresionarnos por las exhibiciones de tiros al aire, al pie o a la cabeza de un contrincante, sea desde la izquierda o desde la derecha.

A mi, en particular, no me importa quién gobierne, y si cómo lo hace, siempre que (lo he escrito muchas veces) estemos seguros de avanzar hacia el progreso, disminuyendo las desigualdades y garantizando que a nadie le falte trabajo y medios para cumplir con su objetivo vital personal.

El Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, lo está haciendo, en mi opinión, bastante mal. Oculta información, utiliza recursos del Estado para aumentar su influencia, despilfarra otros, le falta capacidad de convicción y credibilidad.

Pero la oposición, ya sea de Podemos, como del PSOE dividido, les está mejorando la calificación, con sus incongruencias, la emisión de mensajes trapaceros con destino a la galería y una exhibición permanente de sus ignorancias de cómo se cuecen las habas por el mundo. Que algunos somos muy mayores, vaya, para conmovernos con frases de manuales revisionistas o revolucionarios.

Prioridades, y a trabajar en ello, compañeros.


Me gusta traer aquí estas fotos de una bandada de avutardas hembras. Están estas aves majestuosas, de las que en España tenemos una de las mayores colonias de Europa, en celo. Son asustadizas y, cuando levantan el vuelo -pesado como el de las águilas, con un aletear audible en la distancia- ofrecen un espectáculo difícil de olvidar.

Publicado en: Actualidad Etiquetado como: gobierno, Podemos, política, PP, prioridades, PSOE, Rajoy

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