Al socaire

Blog personal de Angel Arias. La mayor parte de los contenidos son [email protected], aunque los dibujos, poemas y relatos tienen el [email protected] del autor

  • Inicio
  • Sobre mí

Copyright © 2021

Usted está aquí: Inicio / Archivos paraRepública

¿Es esto realidad, o vivimos una pesadilla?

23 septiembre, 2020 By amarias 14 comentarios

Se han reunido en estos momentos de mi vida varios elementos que componen un cuadro muy singular, al menos, al nivel de realidad al que me había acostumbrado. Tenemos una pandemia sobre nuestras cabezas, con especial reincidencia sobre Madrid, que arrastra una situación económica cuyos efectos no han hecho más que empezar, y cuyo alcance no somos capaces de prever (y, lamentablemente, aún menos, el Gobierno actual y, apurando en la misma línea, la oposición).

La grave situación vírica y económica se magnifica por la tensión entre el gobierno central y el regional de la Comunidad de Madrid. La importancia referencia, a escala nacional e internacional, que supone la capitalidad de España, se ha traducido en un ataque continuado desde algunos portavoces del Gobierno (en especial, pertenecientes a la agrupación Unidas-Podemos, aliada con el PSOE y otras minúsculas facciones regionalistas) contra la actuación de la presidenta de esta Comunidad, Isabel Ayuso.

Se califica con reiteración desde miembros relevantes del Gobierno y de portavoces parlamentarios de los partidos que tienen silla en él, a la presidenta Ayuso como mala gestora, carente de liderazgo e incluso se la tacha de ser manifiestamente incapaz para ejercer el cargo que ostenta. Son expresiones de extremada dureza, injustos y, desde luego, ajenos a la cortesía institucional.

Aunque los ataques desde la coalición de PP-Ciudadanos (esto es, de derechas) que rige en la Comunidad de Madrid y en su Ayuntamiento hacia el gobierno central son menos intensos -se esgrime abandono a su suerte de la Comunidad, falta de apoyo desde las instancias más altas, etc.-, porque no se está calificando tan directamente de incapacidad al Ejecutivo o a sus miembros, el efecto hacia el exterior, es decir, hacia el ciudadano no comprometido políticamente es la plasmación perfecta de una falta de sintonía entre quienes están conduciendo el vehículo de nuestros destinos.

La escenificación del pasado lunes (21 de septiembre de 2020) cuando ambos Presidentes -central y autonómico- pretendieron ofrecer un marco de cooperación (a destiempo) en la lucha contra la pandemia, por su torpe planteamiento, escasos recursos y previsibles mermados resultados, la juzgo de pura pantomima.

Me preocupa también, y mucho, el cerco a la Jefatura del Estado, es decir, hacia la Monarquía. Miembros cualificados del gobierno se han manifestado sin ambages como anticonstitucionalistas, apoyando la república como objetivo y despreciando la figura de Felipe VI (apuntando hacia actuaciones de su padre, Juan Carlos, presuntamente anómalas y, en todo caso, realizadas cuando ya no era Jefe de Estado, en que fungió como responsable máximo del período de paz más longevo de nuestra Historia, ejemplo incuestionable de transición de una dictadura a una espléndida democracia).

El apoyo precario y espurio que encontró Sánchez a su deseo de ser Presidente de Gobierno en los independentistas catalanes y en los hijos del terrorismo vasco, mírese como se mire, es un síntoma de la extrema peligrosidad de la situación actual, desde el punto de vista de la estabilidad democrática y del equilibrio regional.

A escala internacional, aunque la preocupación por los difíciles asuntos internos invita a menospreciar la importancia de lo que pasa fuera, la situación es muy compleja. El avance de la economía china, liberada del virus -por arte de birlibirloque u oscuras razones- convierte a esa República de Repúblicas en líder mundial, con la bandera de un sistema antidemocrático, dictatorial, autárquico y de naturaleza incomprensible -en valores y métodos- para nuestra cultura occidental. Desgraciadamente, esta situación coincide en el tiempo con un Presidente norteamericano que parece sacado de un cuento de ogros y fantasmas, más dado al despropósito verbal como portavoz de un sentimiento egoísta e insolidario, que a asumir un papel relevante como conductor de las economías occidentales.

No necesitaba más para sentirme anonadado de la deriva que adoptó la realidad próxima (de mi país y compatriotas) y externa (tanto de la Unión Europea como de los bloques hegemónicos de la economía mundial, y tampoco quiero olvidar la falta de democracia que se ha instaurado en Rusia y demasiados países latinoamericanos, por no apuntar más que a lo que sobrenada).

Pues hubo más. En pocas semanas, la metástasis que se encontraba aparentemente dormida, ha decidido despertarse y golpear con fuerza. Recojo todos los ánimos de que soy capaz para no desanimarme y, como siempre expresé -a propios y extraños- para no perder la capacidad de analizar lo que pasa fuera y pasa en mi cuerpo, con toda la objetividad que pueda. Pero, caramba, no dejo de preguntarme: ¿Es esto la realidad, o una pesadilla?

Ya se la respuesta, aunque nunca vienen mal algunos comentarios sensatos que me ayuden a entender mejor lo que nos pasa. Gracias, por leerme, por estar ahí (aunque sea en la sombra), por compartir lo que pienso.

 

 

Archivado en:Actualidad Etiquetado con:antidemócratas, Ayuso, catalanismo, China, felipe VI, independentistas, Juan Carlos Rey, Monarquía, República, Sánchez, situación política, Trump, Unidas Podemos

Asturias por la independencia

20 mayo, 2019 By amarias Dejar un comentario

 

La prudencia verbal y la obediencia debida que siguen siendo virtud y límite infranqueable de las Fuerzas Armadas, incluida la Guardia Civil, no facilita al ciudadano pulsar la calentura temperamental de los mandos de quienes, según la Constitución aún vigente tienen que defender la unidad española, ahuyentando enemigos externos peo también interiores.

Por eso, en tiempos de mudanza como los actuales, los analistas políticos y el periodismo sagaz se dedican a desmenuzar las pocas ocasiones que se les presentan de atisbar entre rendijas el caldo de los cuarteles. El general de la Guardia Civil, con mando en la Región militar de Cataluña, Pedro Garrido, al recordar el mandato constitucional apuntando a responsabilidades del cuerpo para defender a la Patria común de enemigos de la paz y el orden, ha levantado especulaciones gratuitas sobre ruidos de sables que son, en verdad, más bien jaleo de panderetas desde el lado de quienes, por no saberse manejar ni con la ley ni con la palabra, querrían que todo se arreglase con un par de mandobles.

Tuve ocasión, llevado por un agradable acontecimiento familiar, de moverme varios días entre lazos amarillos, esteladas y carteles de propaganda de prófugos y encausados que invitan a recuperar la libertad y democracia perdidas por la Cataluña de los cuentos de patrañas sobre lo mal que la viene tratando el resto de España.

He comprobado que en las familias y grupos sociales en los que se sabe que hay discrepantes sobre la modelo que ha partido por la mitad el seny y el espíritu tradicionalmente práctico de los catalanes, no se habla de política y allí donde hay unanimidad se calientan los motores de la disensión.

Nada se conseguirá con el diálogo (imposible cuando dos grupos tienen la razón que no van a ceder al contrario). La sentencia de los responsables del Procés, obviamente condenatoria a pesar de los esfuerzos por presentar dos realidades contrapuestas por parte de los testigos, según sean hayan sido propuestos por las defensas o el Estado, sólo servirá para provocar algunos tumultos hasta que el Gobierno acceda a indultar a los cabezas ejecutoras del levantamiento civil.

Como pacifico, posibilista y pragmático, opino que a Cataluña debe ofrecérsele la separación del resto de España, con una votación seria, reglada, responsable y reconocida por el resto de España.

Ojalá que pierda el independentismo. Pero si una mayoría significativa, libre, se convence de que es beneficioso para fer futur andarse sin cobijo, adelante. Como asturiano, me parece que será beneficioso. Seguramente, también para otras muchas regiones a las que los árboles del jaleo catalán impiden crecer como merecen.

Al igual que la salida del Reino Unido de la Unión Europea se presenta como beneficiosa para España, que subirá un peldaño en la Federación y conseguirá que se le haga más caso.

 

 

 

 

Archivado en:Actualidad, Asturias, Cataluña, España, Europa Etiquetado con:Asturias, Cataluña, democracia, federación, independencia, regiones, República

Linkweak y el Estado

22 junio, 2014 By amarias Dejar un comentario

Linkweak ante una encrucijada virtual 001

Archivado en:Linkweak Etiquetado con:Linkweak, Lostintheway, Monarquía, República

Algo por lo que ilusionarse

7 junio, 2014 By amarias 2 comentarios

“Por Dios, por la Patria y el Rey”,  han sido históricamente los tres conceptos sublimes por los que merecía la pena luchar y morir, al menos en las cristianas belicosidades que formaban el mosaico europeo de nacionalidades.

Ese mensaje trascendente fue recogido, de una u otra forma, en no pocos himnos y cánticos, pero pocos alcanzaron la rotundidad con la que se recogió el patriotismo, la religiosidad y la devoción al monarca que creían más legitimado para gobernarlos, con los que los carlistas festejaban la victoria de Oriamendi  1837) sobre los cristinos. Por esa triada superior “lucharon” (en otras versiones, incluso se dice, “murieron”) “nuestros padres/ por Dios”, y “por la Patria y el Rey/lucharemos nosotros también”. (1)

Hasta en la guerra incivil española de 1936, un siglo más tarde, la arenga fue incorporada sin reparos por el bando sublevado -luego triunfador-, y luego sería cantado, no solo como himno de los requetés, en institutos y colegios de la postguerra por inocentes criaturas dirigidas sus voces por otras adultas nada inocuas (“Cueste lo que cueste/ se ha de conseguir/ que los boinas rojas/ entren en Madrid”… “defendiendo todos juntos la bandera de la santa Tradición”).

Tiene que ser decepcionante,  si queda en nuestro convulso país alguien idealista, que esos tres conceptos no solo hayan caído en desuso como elemento inspirador de los ánimos y los cánticos, sino que hayan sido  sustituidos por otros sin el menor misterio.  Porque ni “la roja”, ni “Ronaldo”, ni “Shakira” ni “Beyoncé” (cito al azar) o cualquiera de esos ídolos de carnes y huesos que mueven el fervor de los jóvenes, tienen el encanto poético de un Dios omnipotente, una Patria ahíta de hazañas bélicas contra pérfidas albiones, califas malandrines o caudillos impíos.

Por no decir de un Rey, al que Dios salve, que represente el aglutinante, el liante pegamento que relacione las dos esencias anteriores, conectando la vulgaridad doliente con lo que es inalcanzable, abstracto, metafísico, poniendo poesía y magia de la buena a la monotonía de nuestras vidas.

Un grupo de jóvenes universitarios parece haber encontrado una vía de ilusión en las elecciones europeas de mayo de 2014. El análisis serio y ponderado, realizado por mentes sesudas, de lo que pretenden, ha revelado que su programa -o lo que fuera- es irrealizable, por costoso y por utópico.

No se han dado cuenta estos sensatos, que los símbolos que han movido a la humanidad son, justamente, intangibles, etéreos, inextricables. Lo que necesitamos es algo por lo que ilusionarnos. Cuanto más incomprensible e inexplicable, mejor.

—

(1) Pertenecí durante cierto tiempo al grupo de chavales incompetentes (para entender de tradiciones) que creían incluso que ese era también el himno de las “tropas rojas” que querían volver a entrar en Madrid, después de haberlo perdido para la República, pues hasta tan punto se nos había teñido de rojo todo lo que no era franquista.

 

Archivado en:Economía, Política, Sociedad Etiquetado con:1837, 1936, Dios, fin, ilusión, inextricable, Monarquía, objetivo, Oriamendi himno, Patria, República, rey

A mi me gusta la gaita que tenga fuelle de terciopelo

5 junio, 2014 By amarias 3 comentarios

Hay una deliciosa canción popular que propongo se convierta en himno nacional. Su letra, en la que el cantor o cantora expresan sus gustos, con las variaciones que permita el ritmo (“a mi me gusta lo blanco”, “a mi me gusta lo nuevo”, “a mi me gusta lo guapo”…) se desarrolla perversamente con el deseo de que desaparezcan sus opuestos: lo negro, lo viejo, lo feo.

Después de ese repaso por los contrarios, ensalzando lo que a uno le gusta y expresando que se muera aquello que “no sea cosa buena”, el letrista concluye que “a mi me gusta la gaita que tenga el fuelle de terciopelo”.

Veo en rededor injusticias, aprovechados perversos, mentirosos convulsos, ladrones embozados. He tratado durante toda mi vida de combatirlos, en la medida de mis posibilidades, con reproches y actuaciones, a veces directas, otras discretas. Me considero formalmente republicano, liberal, agnóstico, serio, inquieto.

No es mérito exclusivo, porque, por fortuna, somos mayoría. Y espero que por mucho tiempo. Somos mayoría los que siendo monárquicos, respetamos a los republicanos, y al revés; somos mayoría, los que, siendo creyentes, comprendemos a los agnósticos, y lo contrario; somos mayoría los que siendo comunistas, tenemos información suficiente para entender que no se puede creer en el mercado como único dios, y otro tanto se puede decir de los liberales que comprenden las ventajas del comunismo…

Porque nos gusta la gaita que tenga fuelle de terciopelo. En estos momentos en que muchos grupos y grupúsculos gritan, de pronto, aprovechando una grieta, que lo suyo es lo mejor y que hay que explorar las selvas, no vendría mal un poco de música. Para calmar los ánimos.

(P.S. Señalo algo de este Comentario y que a mi me parecía sutileza, pero puede haber pasado desapercibido al lector que no entienda de gaitas, ni aún menos, de templarlas. El fuelle de ese instrumento jamás es de terciopelo, pues se construye de piel de oveja, de cabra e incluso de cabrito, y más modernamente, de gomas y otros materiales elasto-plásticos de variado pelaje: la que es generalmente de terciopelo, para que haga bonito, es la tela que cubre al fuelle. Y, por supuesto, que viva la gaita, que viva el gaitero.)

Archivado en:Sociedad Etiquetado con:Blanco, cambio, gaita, grupos, Monarquía, negro, República, revuelta, terciopelo

La abdicación

2 junio, 2014 By amarias Dejar un comentario

El 2 de junio de 2014, a las 10 h 30 m de la mañana, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, anunciaba que el Rey Juan Carlos “abdicaba la Corona”.

La abdicación del Rey en la Jefatura del Estado es una figura no contemplada con rigor por la Constitución vigente, necesitando la rápida aprobación de una Ley Orgánica que, aprobada por las Cortes, garantice el cambio sucesorio que las peculiares reglas de la Casa Real han personalizado en S.A.R. el Príncipe Felipe, que será, por tanto, el nuevo rey, con el nombre de Felipe VI, si todo sucede conforme al libreto.

Convertido en portavoz del dimisionario, el presidente Rajoy ha indicado, en una rueda de prensa sin preguntas -¿para qué preguntar, -se podría decir-, si no habrá respuestas?- que “el momento es oportuno”.

La oportunidad viene, en este caso, medida por la necesidad de recuperar alguna popularidad, desde el recambio de personas. El previsto como sucesor tiene 45 años, por lo que está en la edad en la que la mayoría de los españoles que se han quedado sin empleo por razón de la pésima gestión del país, verán reducidas a casi cero sus posibilidades de encontrar un nuevo trabajo.

La oportunidad no viene, desde luego, señalada por la pérdida galopante de simpatía hacia los partidos políticos que se siguen considerando mayoritarios; no está soportada, naturalmente, por la incapacidad demostrada de esta colectividad para generar actividades que permitan mirar hacia el futuro con optimismo generalizado y no solo desde la complacencia de los que más poseen; no tiene que ver, por supuesto, con el malestar rentabilizado por una urna de recogida de pesares cuyo mensaje es tan claro como contundente: no, así no, nos engañan, se enriquecen a costa nuestra, no nos representan.

A los más viejos de esta tribu les ha tocado vivir una parte de la historia de España insuperable en emociones: guerra civil injustificable, dictadura perniciosa, aislamiento insufrible, decadencia de la autarquía, ilusión irrefrenable, actividades imposibles, despilfarros impresentables, logros maravillosos, traiciones desvergonzadas, desilusiones galopantes, fracaso perdurable, desorden manifiesto.

Tengo la amarga impresión de que la Corona abdica cuando ha percibido que se le ha pasado el arroz. Oigo voces -nunca mayoría, pero siempre suficientes para que no se las desprecie- que reclaman una votación para refrendar al candidato a sucesor.

Un sucesor que, careciendo la Monarquía de programa y no tener la institución asignados cometidos constitucionales de entidad, lo que supone únicamente es cambiar el rostro de quien detenta el título. Como en esos tableros de feria en los que se puede meter la cabeza en el hueco abierto, para llevarse una foto de recuerdo del paso por el sitio.

Voto al chápiro verde, tenemos que cambiar el rumbo de la cosa, pero con tanto experto en marear, mal lo tenemos.

 

 

Archivado en:Política, Sociedad Etiquetado con:abdicación, Felipe, forma de etado, gestión, Juan Carlos, Monarquía, país, República, rey, trabajo

Cuento de otoño: La otra historia del Rey que rabió

5 diciembre, 2013 By amarias2013 1 comentario

Entre las verdades incontrovertibles de toda incontrovertibilidad, está la de que todo aquel que tenga algún poder, si no hace denodados esfuerzos por evitarlo, llegará un momento en que se encuentre rodeado por un cinturón de aduladores que procurarán apartarle de la realidad, ocultándole información, con el objetivo de beneficiarse de su ignorancia.

La zarzuela “El Rey que rabió”, con música de Ruperto Chapí, y libreto de Vital Aza y Miguel Ramos Carrión, presenta esta situación elevada a la categoría de comedia mundana, que es como hace más gracia.

Un Rey que ha vuelto muy contento de darse un paseo por su país, decide repetir la experiencia, pero esta vez, de incógnito. Sus ministros y consejeros, que le han estado disfrazando la verdad (el reino bulle en descontento), acuerdan que un general le acompañaré en su viaje, precediéndole los otros repartiendo dinero entre la población, para que disimulen que todo va muy bien.

El título de la opereta viene un tanto traído por los pelos, ya que en uno de los últimos actos, después de que el Rey ha sido tomado por un labriego y, en tal condición, ha tenido ocasión de enamorarse perdidamente de una moza de pueblo, -por la que bebía los vientos un su primo (de ella)-, resulta que este pobre muchacho, que los ha seguido en sus aventuras, es mordido por un perro rabioso. Como en la pobreza, todos nos parecemos, el joven es confundido con el Rey y conducido a los máximos cuidados, por la cuenta que les tiene a los conspiradores de la mentira, que quieren conservar sus prebendas.

Finalmente, casi todo el embrollo se descubre (esto es, el Rey vuelve a serlo y el pobre recupera su destino) y, sin que se sepa muy bien porqué, los del elenco cantan muy felices, mientras cae el telón.

Se puede uno imaginar que el cuento hubiera terminado de muy distinta forma, si el mordido hubiera sido el propio Rey, y el perro, en lugar de chucho con malas pulgas, hubiera estado rabioso. Tampoco el final hubiera sido el mismo, si el Rey masoquista, encantado por la vida que llevaban los campesinos, y teniendo en cuenta la contribución al bienestar que aportara la belleza connivente de la campesina (que creo recordar se llamaba Rosa), se hubiera quedado a destripar terruños toda su vida y el zagal despechado hubiera ocupado su puesto.

Pero el cuento que más apariencia de cuento tendría, sería éste que sigue.

El Rey, disfrazado de mozo de mulas, consiguió recorrer de cabo a rabo su territorio sin ser reconocido por nadie y tomó buena nota, de su puño y letra, de todo lo que sucedía en realidad, recogiendo puntualmente las quejas del pueblo llano. Vuelto a palacio, despidió a todos sus falsos consejeros, condenando a unos a galeras y a otros a Medinasidonia y a Matalebreras y, abriendo las cajas de caudales, se empeñó hasta las cejas para tomar las medidas oportunas para corregir tanta injusticia como había detectado, acabando sus días pobre, pero contento de haber roto la coraza con la que le habían querido hacer creer que podía vivir como un Rey, viviendo solo del cuento.

Ese Rey que rabió, como puede colegirse, habría rabiado no por mordedura de perro alguno, sino por manifestación de la ira y coraje que le produjo saberse engañado por aquellos en quienes antes confiaba, entretenidos en ponerle vendas delante de los ojos y flores y mucho oropel en el escenario, para que creyera que todo estaba en orden, cuando lo que se estaba gestando, entre bastidores, era el advenimiento de la República.

FIN

Archivado en:Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado con:Chapí, cuento de otoño, el rey que rabió, Ramos Carrión, República, Vital Aza, zarzuela

Cuento de verano: El Rey y la jauría

21 septiembre, 2013 By amarias2013 Dejar un comentario

Hubo una vez un Rey que se encontró gobernando en un país republicano, que es parecido a ser iglesia románica en territorio de talibanes o libro de meditaciones en un ring de boxeo.

Es obvio que, tratándose de una institución prestigiosa como la monarquía, tan antigua y con eficacia probada -con un alto porcentaje de éxitos, semejante al Plan Pons belleza en siente días-, entre otras razones, por hundir sus raíces en la conexión de la naturaleza humana con la divina, no se llega a una situación tan extraordinaria por culpa del Rey, sino de las circunstancias.

Los analistas de casos singulares estaban muy asombrados (realmente asombrados, se podría decir) de que el Rey hubiera consolidado una posición de devoción y respeto entre la mayoría de la población, siendo la tendencia oficiosa contraria a rendir cualquier tipo de pleitesía.

Pero así estaban las cosas: los capitostes de los órganos civiles, muchos de los cuales se confesaban abiertamente republicanos, prácticamente sin excepción, agachaban la cabeza en signo de sumisión, y, si eran del sexo femenino, hacían una graciosa genuflexión cuando coincidían con el en actos palaciegos. El pueblo llano le aplaudía a rabiar cuando el Monarca se dejaba ver en cualquiera de los muchos actos folclóricos a los que era invitado, para potenciarlos con su regia presencia.

Pasaba el tiempo, y el Rey se hizo bastante mayor, hasta el punto que casi todos los vasallos de su edad estaban jubilados, que era un invento para dar una patada afectuosa a los que cumplían cierta edad, y así, al parecer, dejar sitio a los más jóvenes. Solamente algunos banqueros y hombres de negocios, los sacerdotes más encapirotados de la tribu y unos cuantos gerifaltes de la política inactiva se mantenían férreos en sus puestos, envejeciendo en ellos, porque, tenían la sartén cogida por el mango de las prebendas, y no había quién se atreviese a decirles que eran mayores para hacerlo tan bien como antes, no fuera que… Lo que, en honor a la verdad, tampoco era fácil de probar, pues no estaba fácil hacerlo bien en un país en el que todo iba de mal en peor.

Al Rey, como a cualquier Monarca de los cuentos de verdad, le gustaba cazar, tener aventuras y hacer lo que le viniera en gana. Tenía mucho tiempo libre. Además de encontrarse constreñido por las circunstancias apuntadas de encontrarse en un país republicano, el poder de los monarcas había sido reducido con el paso de los tiempos a ser prácticamente simbólico, es decir, se limitaba a la gracia de imponer su retrato en la pared de los despachos, junto a las banderas y el crucifijo.

El Rey de nuestra historia tenía un hijo que era el Príncipe mejor preparado que vieron los tiempos, esto es, era el heredero destinado a ser lo que un monarca debe serlo en éstos. Lamentablemente, como ya quedó escrito, un Rey, especialmente en un país republicano, carece de funciones regladas, aunque es útil siempre que haya un intento de golpe de estado. Está por probar la eficacia de un Rey en caso de que alguna comarca se empeñe en independizarse, pues, hasta ahora al menos, los reyes clásicos de la Historia doblegaban a los díscolos e infieles, conquistaban tierras que incorporaban a sus reinos, y se casaban con los de su ralea, es decir, servían para lo contrario.

Se me olvidaba decir que este Rey, que había sido en su juventud un consumado deportista, especializándose en multitud de deportes -lo que le aliviaba de la tensión a que se veía sometido como monarca republicano-, contaba chistes y se esforzaba en ser uno de tantos, tenía el cuerpo -la carrocería, como el decía-, por culpa de la edad y los esfuerzos físicos, bastante fastidiado, y, cada dos por tres, muy especialmente en los últimos tiempos de su reinado, tenía que pasar por el quirófano para poner sus órganos, la que bien, nuevamente en orden.

Cada vez que se sometía a una operación, la jauría contestataria aprovechaba para difundir que tenía cáncer, o que estaba concomido por el Alzheimer, o incluso que le faltaba el sano juicio necesaria para representarla como es debido, y que, por tanto, debería abdicar en su hijo, llamado el Príncipe Encantador. Como los años no perdonan, entre tanto, el Príncipe se había convertido en un tipo maduro, y había mezclado su sangre azul con una plebeya, lo que, para algunos, era la prueba de que estaba convencido de que su padre sería el último Rey de la dinastía.

Así estaban las cosas cuando el Rey anunció, a través de sus palafreneros y portavoces reales, que va a someterse a una nueva operación de reparación. Como no abdica, dejó encargado a su hijo para que siga haciendo lo que el venía haciendo. Y la jauría contestataria aprovechó la nueva oportunidad para redoblar su furia, como corresponde.

Pero, como las cosas son como son y no como parecen, el Príncipe Encantador, por pura coincidencia, tendrá su oportunidad para consolidar su posición como Rey en el país republicano, e ir tirando unos cuantos años más. Ha llegado el momento de demostrar que la unidad del Reino depende de la gracia que los dioses conceden a sus representantes, que era lo único que faltaba por probar para poner el claro la necesidad de tener un Rey, al margen de lo que le apetezca a la mayoría.

FIN

Archivado en:Cuentos y otras creaciones literarias Etiquetado con:angel arias, cuentos de verano, enfermedad, mayoría, necesidad, operación, príncipe encantador, República, rey, separatismo

Explorando alternativas (Start the alternatives Explorer)

24 febrero, 2013 By amarias2013 Dejar un comentario

Es hora de que dediquemos tiempo a explorar alternativas de solución a los problemas que ya tenemos perfectamente detectados. El sistema no funciona, y como hacemos cuando el ordenador detecta dificultades de comunicación con las redes disponibles -de las que tanto dependemos-, se nos ofrece la opción de dejar que el propio programa encuentre soluciones.

Por fortuna para los usuarios, la mayor parte de las veces, después de misteriosas comprobaciones, el asunto queda resuelto de forma automática (1). Sin embargo, hay una posibilidad fatídica de que el programa de chequeo interno nos ordene “consultar al administrador” , que, como somos nosotros mismos, equivale a “no encuentro solución”, y hay que ir con el aparato debajo del brazo a un experto para que nos saque del apuro o nos proponga reformatear el disco duro, cuando no, comprar un equipo nuevo.

Dejando a un lado la metáfora informática, tenemos que decidir entre Transición o resetear. Los más prudentes, de entre los que apuestan por el cambio, hablan de la necesidad de una Transición (la Segunda o la Tercera desde 1978, según cómo lo miren).

Los más inquietos o desanimados, abogan por Volver a empezar. Al menos, en varias cuestiones fundamentales. Que repaso con el lector:

1. Control empresarial. El descubrimiento de que elementos principales de la cúpula empresarial (incluída la bancaria) dedicaban una parte sustancial de sus esfuerzos a hacer trampas al sistema, no puede quedar sin consecuencias para los infractores, pero tampoco debe engañarnos a todos. Tenemos elementos suficientes para sospechar que todo el sistema está corrupto. Que, cada uno a su escala, viene haciendo trampas a la Hacienda Pública. Generando facturas falsas, contratando trabajadores a los que paga una parte del salario en dinero b, mintiendo respecto a los objetivos, las relaciones internas o externas con el resto de los llamados poderes fácticos, etc. Quedaría así explicado, por fin, por qué los directivos de las grandes empresas ganan tanto, porqué algunos propietarios o ejecutivos de entidades de aparente escasa entidad disponen de casas o vehículos aparatosos o realizan viajes de placer muy costosos. con cargo a ingresos desconocidos. Por supuesto, el control social, la inspección fiscal, las posibilidades de denuncia de colegas, vecinos o conocidos de los miles de privilegiados por el sistema, está fallando.

2. Control político. No necesitamos que los líderes políticos de los principales partidos que dicen representar a la ciudadanía se pongan más colorados, ni que busquen, con su reconocida labia para bordear las zonas de peligro, que no sabían de las fórmulas extracontables de generación de dineros para sus entidades y recompensar así a sus líderes o militantes con sobresueldos. Los síntomas son suficientemente evidentes; los silencios  (o los balbuceos pretediendo dar explicaciones), expresivos; la falta de vigor en la denuncia, bastante, para que entendamos que todos, quien más quien menos, se encuentran atascados en la mierda. Habrá culpables mayores o menores, pero la cuestión, en su caso, sería detectar grados de incumplimiento de lo establecido legalmente, no quién está totalmente libre de culpa (aunque sería un alivio que hubiera partidos en esa situación, y no solo los recién constituídos, aún libres de pecado).

3. Control de la Jefatura del Estado. Podemos estar lamentando durante unos años o décadas más que la institución monárquica, que ha cumplido (decimos todos) tan importantes misiones para evitar la segunda guerra civil del siglo XX o una restauración de la dictadura militar, haya demostrado tener los pies del barro de los demás mortales. Ovejas más o menos negras hay en todos los rebaños. Pero también aquí el meollo de la cuestión no es aislar a un miembro del clan para lancearlo. Lo principal es atender al fondo: reconocer que tenemos una familia monárquica relativamente pobre (comparémosla con la británica o…con la casa de Alba), ambiciosa, como es lógico en un sistema capitalista , en mejorar rápidamente en eso del dinero (nunca se sabe si vendrán mal dadas a la primera de cambio, que ejemplos hay muy próximos), bien relacionada con los poderes fácticos y con imagen mítica para el pueblo llano, proclive a la santificación al primer milagro que se le atribuya al beato. Y, como elemento complementario, digno de una reflexión igualitaria, la República nos ha funcionado bastante mal, porque nos han faltado líderes agultinadores que saltaran por encima de las dos facciones en que se ha dividido siempre el país. La Tercera República no tiene visos de funcionar mejor, con los elementos que están a la vista. No me tranquilizan esos tipos que enarbolan banderas que no tienen el soporte de una ideología o de propuestas sólidas. Y en todo, caso, se precisaría consolidar líderes con capacidad de dirigirla, de los que no se dispone y se tardará en encontrarlos, en convertirlos en motor (si es que no los asesinan antes). Lo único que hay cierto es el descontento, las ganas de cambio, la necesidad, también, de cambiar.

4. Financiación del estado social. Es un elemento clave. En realidad, el objetivo de todo cambio. Conseguir recuperar empleo suficiente para garantizar la tranquilidad popular, mantener las prestaciones sanitarias, educativas, asistenciales en general. Hay que ser muy fino en definir cómo sostener la calidad y, sobre todo, cómo se va a financiar, hoy y en el futuro. Las cifras no pueden ser improvisadas, ni elucubraciones de supuestos experto. Tienen que ser proporcionadas desde la función pública. Y, claro está, no es creíble que la gestión privada sea mejor que la pública; ni tampoco al revés. Lo que es insustituíble es que el control sea bueno, y sea público.

Con estos elementos a la vista, creo que necesitamos un período de intensa reflexión, en la que no deberíamos dar demasiada importancia (es decir, no toda la importancia) a los casos descubiertos y admitir que, por lo que sea (nuestra propia tendencia colectiva a trampear y, en mi opìnión particular, a no ser finos en ello, a descidar la ocultación de los engaños) estamos pillados en una encrucijada que nos obliga a ser espléndidos en el perdón con nosotros mismos.

Difícil situación, sin duda. “Siento lo que ha pasado. No volverá a ocurrir“, puede ser una frase que empiece a prodigarse. Pero cabe preguntar: ¿Seguro? ¿Quién lo garantiza? Y, sobre todo,  ¿Cómo podríamos evitar que vuelva a suceder?

No tengo todas las respuestas. Pero estoy convencido que, entre todos, las obtendremos todas. Sin necesidad, en mi opinión, de tener que reformatear o resetear el sistema.

—

(1) Aunque no quiero llevar la comparación innecesariamente lejos, el atractivo del símil es alto, Por ejemplo, una vez que el sistema no propone elegir entre varias soluciones y, aceptada por el usuario una de ellas, el programa de autocontrol detecta que el problema parece resuelto, pregunta al lego funcional, pero, al fin y al cabo, responsable racional y propietario del equipo  algo parecido a ésto: “¿Cree que el programa de búsqueda de soluciones le ha sido útil? Ayúdenos a mejorarlo dándonos su opinión.”

Archivado en:Economía, Política, Sociedad Etiquetado con:bancos, banderas, económicos, educación, empresas, entidades financieras, estado social, justicia, Monarquía, problemas, República, resetear, sanidad, sistema, sociales, tercera transición, Universidad

Feliz cumpleaños, Felipe

30 enero, 2013 By amarias2013 Dejar un comentario

Cumple hoy, 30 de enero, S.A.R. Don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias y muchos otros títulos nobiliarios más, 45 (cuarenta y cinco) tacos. Es, según su padre, el Rey D. Juan Carlos, todos sus hagiógrafos y la inmensa mayoría de quienes lo han tratado “el Príncipe de Asturias” (o sea, el heredero del Trono) “mejor preparado de la Historia de España“.

Pertenezco a un selecto (por reducido) grupo de escépticos respecto a la capacidad de la naturaleza humana para avanzar hacia objetivos comunes. Estoy convencido -intuición, exclusivamente- de que los principios de selección natural de las especies no han conducido, en lo que se refiere a los seres humanos, a que nos dominen ni los mejores, ni los más hábiles, ni los más fuertes.

Y aunque se hayan introducido impecables teorías para, desde la ética más que desde la racionalidad, introducir elementos correctores a lo que parece desviación humana hacia la perversión, contrariando lo que para el resto del mundo animal parece ser un principio oportunista para susbsistir -lamento haberme explicado de forma algo confusa-, entre nosotros, los que están arriba, no importa cómo hayan llegado allí, tratan de impedir el acceso a todos los que estén en el camino, y especialmente, a los que serían más idóneos.

Si hicieran falta ejemplos, dejo constancia de que quienes fueron descubridores de la mayoría de lo que consideramos grandes avances de la Humanidad, son desconocidos, murieron en la pobreza o el olvido, o fueron víctimas de crueles engaños y suplantaciones.

Aunqe la historia particular de algunas familias concretas se encuentre mejor documentada que la de la inmensa mayoría, no por ello me parece más ejemplar, ni me suscita más respeto que cualquier otra. Las hazañas bélicas, las conquistas -incluso tecnológicas- de pueblos más pobres, la acumulación de riqueza a despecho de la miseria, ignorancia o necesidad de otros, no me mueve más que al espanto, a la descalificación o a la lástima.

No me voy a enrollar más, porque lo tengo ya todo dicho en otros lugares. Feliz cumpleaños, Felipe. A pesar del boato que te rodea, de las expectativas generadas a tu alrededor, de la chismología que te encierra o te recubre, de los deslices de alguno de tus familiares y tus esfuerzos por recomponer destrozos regionales, políticos o internacionales, te considero uno más. Uno de los nuestros.

Un hombre maduro bien preparado. Conocedor de idiomas, serio, con muy buena imagen física, discreto. Seguramente, trabajador normal, fiel a la familia y amigos.

No te veo como Rey de España. Por supuesto, no veo a nadie como Rey ni como Reina, ni admitiría que alguien se pusiera por encima solo por pertenecer a una familia, una saga, una tradición. No quisiera verte como Rey de este país, y no solo porque sea un convencido republicano, sino porque imagino la forma más brillante, para un país en la que lo ingenioso tiene siempre lugar, de acabar con una falsedad histórica.

Propón tú mismo la eliminación de esa trampa constitucional que nos conecta con la incongruencia que supone que España sea, hoy, una Monarquía Constitucional. Prepara el tránsito a una democracia completa, también en lo formal, a una República federal.

Tú puedes tener sitio en ella, desde luego, como persona madura y bien formada. Tenemos ejemplos -¿en tu familia también?- de reciclado desde lo público a lo privado.

Pero no quiero, en lo más mínimo, amargar tu cumpleaños, con un escrito que, además, no vas a leer jamás. Debes saber también que muchos de los que piensan como yo, somos pragmáticos, posibilistas, leales a la mayoría.

Por eso, aunque no te veo ni te veamos como Rey de España, me sumo a los que te consideran el Príncipe de Asturias mejor preparado de la Historia. No tienes competencia en ese asunto, desde luego. Pero si hay que mantener a la Monarquía como fórmula para presidir nuestro Estado decadente, y convertirte en Rey, yo apoyo la moción.

Hoy por hoy, no tengo alternativa mejor.

Archivado en:Sociedad, Uncategorized Etiquetado con:alternativas, Alteza Real, estado, federal, feliz cumpluaños; príncipe Felipe, renuncia, República

Entradas recientes

  • Nací con vocación de emigrante (Poema)
  • Del Diario de un Hombre Educado (Poemas)
  • Salvados por la UME
  • Frail democracies (Débiles democracias)
  • Elogio y servidumbre del centro
  • No hay mejor momento (Poema)
  • Son todos muy jóvenes (Poema)
  • Entendiendo mejor el Cáncer de vejiga
  • Un soneto tempranero
  • Si no me conocéis, este es mi nombre (Poema)
  • Falsa alocución de Navidad de Felipe VI en 2020
  • ¿Qué fue del grafeno?
  • Para empezar, aconsejo un caldo calentito (Poema burlesco)
  • Escribiría un poema de amor esta noche (Poemas)
  • Infantilismo, pasotismo y Alzheimer en la política española

Categorías

  • Actualidad
  • Administraciones públcias
  • Administraciones públicas
  • Ambiente
  • Arte
  • Asturias
  • Aves
  • Cartas filípicas
  • Cataluña
  • China
  • Cuentos y otras creaciones literarias
  • Cultura
  • Defensa
  • Deporte
  • Derecho
  • Dibujos y pinturas
  • Diccionario desvergonzado
  • Economía
  • Educación
  • Ejército
  • Empleo
  • Empresa
  • Energía
  • España
  • Europa
  • Filosofía
  • Fisica
  • Geología
  • Industria
  • Ingeniería
  • Internacional
  • Investigación
  • Linkweak
  • Literatura
  • Medicina
  • mineria
  • Mujer
  • Personal
  • Poesía
  • Política
  • Religión
  • Restauración
  • Sanidad
  • Seguridad
  • Sin categoría
  • Sindicatos
  • Sociedad
  • Tecnologías
  • Transporte
  • Turismo
  • Uncategorized
  • Universidad
  • Urbanismo
  • Venezuela

Archivos

  • enero 2021 (5)
  • diciembre 2020 (17)
  • noviembre 2020 (9)
  • octubre 2020 (5)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (8)
  • junio 2020 (15)
  • mayo 2020 (26)
  • abril 2020 (35)
  • marzo 2020 (31)
  • febrero 2020 (9)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (11)
  • noviembre 2019 (8)
  • octubre 2019 (7)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (4)
  • julio 2019 (9)
  • junio 2019 (6)
  • mayo 2019 (9)
  • abril 2019 (8)
  • marzo 2019 (11)
  • febrero 2019 (8)
  • enero 2019 (7)
  • diciembre 2018 (8)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (5)
  • junio 2018 (9)
  • mayo 2018 (4)
  • abril 2018 (2)
  • marzo 2018 (8)
  • febrero 2018 (5)
  • enero 2018 (10)
  • diciembre 2017 (14)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (12)
  • septiembre 2017 (10)
  • agosto 2017 (5)
  • julio 2017 (7)
  • junio 2017 (8)
  • mayo 2017 (11)
  • abril 2017 (3)
  • marzo 2017 (12)
  • febrero 2017 (13)
  • enero 2017 (12)
  • diciembre 2016 (14)
  • noviembre 2016 (8)
  • octubre 2016 (11)
  • septiembre 2016 (3)
  • agosto 2016 (5)
  • julio 2016 (5)
  • junio 2016 (10)
  • mayo 2016 (7)
  • abril 2016 (13)
  • marzo 2016 (25)
  • febrero 2016 (13)
  • enero 2016 (12)
  • diciembre 2015 (15)
  • noviembre 2015 (5)
  • octubre 2015 (5)
  • septiembre 2015 (12)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (6)
  • junio 2015 (9)
  • mayo 2015 (16)
  • abril 2015 (14)
  • marzo 2015 (16)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (16)
  • diciembre 2014 (24)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (14)
  • septiembre 2014 (15)
  • agosto 2014 (7)
  • julio 2014 (28)
  • junio 2014 (23)
  • mayo 2014 (27)
  • abril 2014 (28)
  • marzo 2014 (21)
  • febrero 2014 (20)
  • enero 2014 (22)
  • diciembre 2013 (20)
  • noviembre 2013 (24)
  • octubre 2013 (29)
  • septiembre 2013 (28)
  • agosto 2013 (3)
  • julio 2013 (36)
  • junio 2013 (35)
  • mayo 2013 (28)
  • abril 2013 (32)
  • marzo 2013 (30)
  • febrero 2013 (28)
  • enero 2013 (35)
  • diciembre 2012 (3)
enero 2021
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031
« Dic